Alberto Fernández ya lo tiene decidido. Tiene previsto anunciar una nueva extensión de la cuarentena, pero que esta vez incluirá el regreso a una fase anterior. Sabe que no será fácil de comunicar después de 100 días de aislamiento. Por eso, les hablará a los argentinos para pedirles un último esfuerzo que evite dilapidar lo hecho hasta ahora.
El Presidente volverá a recibir el jueves en la quinta de Olivos a Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof como quedaron después del encuentro de ayer. Existen diferencias entre los planteos del jefe de Gobierno porteño y el gobernador bonaerense. Mientras Rodríguez Larreta es partidario de aguardar 10 días más antes de anunciar un endurecimiento de la cuarentena, Kicillof insiste en la necesidad de resolverlo cuanto antes. Alberto Fernández se inclinaría por la posición del gobernador y el regreso a la fase 1 de la cuarentena comenzaría el lunes 29 de junio y se extendería hasta el 12 de julio.
Será una fase 1 con algunas diferencias. La etapa de “aislamiento estricto”, que comenzó el 20 de marzo pasado con el objetivo principal de “planchar la curva” de contagios, fue la medidas más drástica desde el inicio de la pandemia y la más estricta: de acuerdo al cuadro que elaboró el Ministerio de Salud, implica únicamente la circulación de las actividades esenciales. En este caso, a partir del lunes, se permitirá la apertura de los negocios de cercanía. Y, a diferencia de las primeras dos semanas de cuarentena, los bancos mantendrán la atención al público.
El cambio más drástico será en el transporte. Si bien no será suspendido –como propuso por ejemplo el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni– habrá una fuerte restricción en los colectivos interurbanos. Un colectivo que realiza el trayecto Constitución-Tigre no podrá cruzar de la Capital a la provincia de Buenos Aires y terminará su recorrido en la General Paz. También se multiplicarán los retenes de control en los puntos críticos.
Quienes estuvieron durante las últimas horas con el Presidente lo vieron tranquilo por lo realizado hasta ahora, pero preocupado por las proyecciones que recibió de manos de los especialistas. La velocidad de circulación del virus en la zona metropolitana es mayor que la que habían anticipado los infectólogos.
“En algún momento vamos a tener que cortar para descomprimir las camas de terapia intensiva. Es mejor hacerlo ahora que tenemos el agua al pecho que cuando nos llegue al cuello, como quiere hacer Horacio”, lo escucharon decir a Alberto Fernández en la intimidad de la quinta de Olivos.
El Presidente sigue convencido de la necesidad de hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para minimizar la cantidad de muertes por coronavirus.
Tanto Alberto Fernández como Kicillof y Rodríguez Larreta creen que los porteños y los bonaerenses comprenderán la necesidad de tomar una medida como esta. En ese sentido, el jefe de Gobierno porteño sostiene que los casos de María Eugenia Vidal y Martín Insaurralde ayudaron a que la gente tomara más conciencia de la forma en que ya está circulando el virus. “Está pasando algo que antes no ocurría: todos conocen a alguien cercano que está contagiado. Un vecino del edificio, un compañero del trabajo o alguien de la televisión. Todo eso va a permitir ir a un sistema más riguroso por algunas semanas”, explicaron cerca del jefe de Gobierno porteño.
El temor de los funcionarios se sustenta en los antecedentes registrados en Europa, donde la propagación del coronavirus tuvo un comportamiento exponencial y cuando se desató el brote los sistemas de salud se vieron velozmente saturados. En la Argentina, hay que sumarle una deficiencia estructural del sistema de salud que según datos oficiales aumentó en 3.000 camas su capacidad durante los casi 100 días que se extendió el aislamiento social obligatorio.
Sólo en la Ciudad de Buenos Aires, hay 400 camas de terapia intensiva en hospitales públicos y 1.600 en centros de salud privados. La ocupación total de toda la Capital Federal ronda el 50%, informó este martes el ministro Fernán Quirós. Hay 179 pacientes con COVID-19.
La provincia de Buenos Aires informó el 18 de junio que había 191 personas internadas en terapia intensiva sobre un total de 4.946 camas.
El ministro de Salud, Ginés González García, se pronunció este martes a favor de realizar un “stop” en el Área Metropolitana para frenar la circulación de personas en medio del aumento de casos de coronavirus registrados en las últimas semanas.
“Yo creo que tenemos que restringir la circulación. Hay que persuadir de volver a ese compromiso que tuvimos al principio. Lo que tenemos que hacer es un stop. Frenar podría ser muy útil para parar un poquito. Hay mucha circulación. Hay mucha gente que va y que viene en la Ciudad de Buenos Aires y es un momento crítico”, analizó.
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