El embajador de la India en la Argentina, Dinesh Bhatia, se encuentra en funciones en nuestro país desde agosto del año pasado. Claro para esa fecha, el mundo todavía era otro y nadie imaginaba que una pandemia estaba a punto de eclosionar en cada país, dejando un tendal de muertos y millones de contagiados.
En una entrevista con Infobae, el embajador de la India analizó el avance del COVID-19 en su país, contó cuáles fueron las medidas que se tomaron y cómo se está llevando a cabo la reapertura de la economía. Además, hizo hincapié en la importancia del yoga y la meditación, dos disciplinas que ayudan a calmar la mente, algo tan necesario en los tiempos que corren. Aseguró que hay varios aspectos positivos que se pueden sacar de esta crisis y que la cooperación internacional es fundamental para vencer al virus a nivel global.
-¿Cómo vive la cuarentena en nuestro país y qué diferencias encuentra entre las medidas que se tomaron en la India y en la Argentina para hacer frente a la pandemia de COVID-19?
Desde agosto de 2019, estoy en Buenos Aires cumpliendo mis funciones diplomáticas, acompañado por mi mujer, Seema. Tengo dos hijos que viven en Toronto, Canadá, donde anteriormente me desempeñé como cónsul general. Argentina e India tienen prácticamente la misma curva y las medidas contra el COVID-19 se han tomado casi al mismo tiempo.
De a poco, en mi país estamos comenzando la reapertura, del mismo modo que aquí hay provincias con pocos casos que tienen reactivadas casi todas las actividades. En India, tenemos algunas regiones donde hay muchos casos: por eso, tuvimos que dividir al país en zonas de color rojo, naranja y verde. Las de color rojo concentran la mayor cantidad de casos, mientras que las de color verde están libres del virus.
Asimismo, la modalidad de la cuarentena allí es muy similar a la de aquí. En India, la empezamos el 24 de marzo, aquí el 20. Estamos abriendo más lugares, pero tomando los recaudos de distancia social y el uso obligatorio de máscaras. Desde el 8 de junio, tenemos abiertos los mercados, las industrias, los centros comerciales, las iglesias y los templos.
Ahora estamos más abiertos que en la Argentina, pero veo que aquí la actividad también va volviendo de a poco, porque ya hay muchas tiendas funcionando, como locales de ropa.
-¿Qué medidas económicas y financieras se tomaron en su país para paliar los efectos de la crisis del COVID-19?
Somos 1350 millones de habitantes y tenemos un país muy grande. Geográficamente, India es el séptimo país más grande del mundo y Argentina es el octavo. Como tenemos tanta población, pusimos muchas medidas en todas las provincias del país. Incluso, durante unas 8 semanas, se repartieron raciones de comida a aquellas personas que viven por debajo del límite de la pobreza, y luego se empezó a reabrir la economía.
El Gobierno Federal anunció un importante paquete de medidas que significa casi el 10% del PBI de India, es decir, unos 265 mil millones de dólares destinados a apoyar a las actividades y a las empresas que lo necesitan, como las PYMES, las compañías más pequeñas, las industrias y el sector de la agricultura.
La curva de Argentina e India son casi iguales, ya que Buenos Aires y Nueva Delhi son los sitios más afectados de ambos países. Nueva Delhi es una ciudad muy grande y tiene muchos casos. Por eso, la hemos dividido en las tres zonas que le mencioné antes. Si hay muchos casos, la zona es roja; si no hay casos, la zona es de color verde.
-¿Cómo se equilibra la salud y la economía de un país frente a esta pandemia?
Cuando nuestro Primer Ministro anunció la cuarentena total dijo algo muy importante: “Si hay vida, hay mundo. Es cierto: si no hay vida, no hay mundo. Nos dijo que, antes que nada, iba a cuidar la vida. Eso es lo mismo que se hace en la Argentina. Primero se cuida la vida, después se harán el resto de las cosas.
El transporte público funciona y hace unas semanas volvieron los vuelos domésticos, con muchas medidas de control en los aeropuertos. Por ahora, no permitimos vuelos internacionales. Hemos tenido vuelos especiales de nuestra aerolínea de bandera, para traer a India a nuestros ciudadanos que estaban varados en otros países.
-¿Cómo fueron las repatriaciones de los indios varados en el mundo y, en especial, en nuestro país?
Hay muchos indios que viven en otros países: tenemos una gran comunidad que vive afuera y una diáspora que es una de las más grandes del mundo. En total, hemos repatriado a casi 10 mil personas y este proceso continúa cada día, con unos 30 vuelos para llevar a las personas de vuelta a casa. Hay muchos ciudadanos que están trabajando en otros países y quieren volver a India.
Por otro lado, en la Argentina no tenemos una comunidad muy grande, es pequeña en comparación con otros países. Por ejemplo, Chile tiene una comunidad de indios que duplica a la de Argentina. Uruguay tiene unos 650 indios trabajando para una empresa de información tecnológica. En la primera fase, cuando hicimos un sondeo para saber cuántos querían retornar, no obtuvimos un número muy grande.
Por otro lado, un vuelo de Latam fue a India y a Tailandia para traer a los argentinos que estaban varados. Entonces, usamos ese vuelo para mandar a los indios a casa. Fue un viaje muy largo ya que comenzó en Argentina, siguió en Chile, luego Australia, después Tailandia y finalmente India. Fue un viaje interminable, pero los indios varados pudieron volver. Ahora tenemos unos 40 ciudadanos que quieren volver a su país y estamos haciendo la segunda fase de la repatriación.
Entre India y Argentina hay casi 16 mil kilómetros de distancia, entonces, ese viaje tiene que tener al menos una escala. Buscamos la posibilidad de enviar a nuestros ciudadanos a sus hogares cuanto antes. Los turistas indios fueron los que volvieron en la primera fase, ahora me refiero a los que repatriaremos en la segunda fase, es decir, los que estaban trabajando para empresas multinacionales y cuyo contrato ya finalizó.
Tenemos una parte de profesionales indios en este país y la otra en Uruguay. Estoy en contacto permanente con la Cancillería Argentina y contamos con su total apoyo. Han sido muy amables con nosotros y hemos recibido una ayuda total.
-¿Qué importancia se les da a los testeos en su país y qué cantidad se hacen diariamente?
En febrero tuvimos el primer caso de COVID-19 y teníamos un solo laboratorio que hacía el test. Ahora tenemos más de 900 laboratorios y a diario hacemos más de 300 mil testeos. El Gobierno ha trabajado muchísimo para crear facilidades en los testeos, tanto en el sector público como en el privado. Además, hemos generado un test propio.
Tenemos 367 mil casos pero es muy importante saber que el número de personas recuperadas es de más del 50%, ya que en esa cantidad de casos hay 194 mil recuperados. En Nueva Delhi, tenemos más de 47 mil casos. Al día de hoy, han fallecido 12.237 personas en todo el país.
-¿Qué acciones bilaterales se llevan a cabo entre India y Argentina?
Los Cancilleres de ambos países hablaron, a principios de mayo, en una videoconferencia. No sólo tomaron medidas conjuntas respecto a la pandemia, sino que también, dialogaron sobre la cooperación bilateral.
Luego de esa llamada, se incrementó la exportación de medicinas y de insumos sanitarios, como respiradores. India también dio permiso para exportar dos medicamentos muy importantes: 6 mil kilos de paracetamol y, también, hidroxicloroquina, este fármaco que sólo proviene de nuestro país. Argentina fue uno de los primeros países en darle ese permiso a la India para poder exportar hidroxicloroquina.
Ahora, queremos exportar respiradores y, también, otros medicamentos. Podría decirse que India es la capital de la fabricación mundial de medicamentos: somos el país con los medicamentos más baratos del mundo y más del 80% de las drogas genéricas se producen en nuestro país. Si Argentina importa los medicamentos de la India, el gasto del sistema de salud pública va a bajar muchísimo.
Sólo por dar un ejemplo: una caja de paracetamol en la Argentina puede salir unos 400 pesos, y la misma caja en la India cuesta solo 10 pesos. Y hablo de un paracetamol de marca, no de uno de medicina genérica. India es el país más barato en la producción de medicinas. Un paracetamol de la mejor marca puede salir 20 pesos. India puede ayudar a muchos países en cuestiones de medicamentos.
En Europa, Canadá o en los Estados Unidos, casi todas las medicinas que se compran en las farmacias son genéricas y más del 80% de ellas provienen de India. Si en Argentina esto se hiciera sin intermediarios entre ambos Gobiernos, las medicinas serían muy económicas. Es un sector con muchas posibilidades para trabajar en conjunto. Por otro lado, hay varias inversiones indias en la Argentina, ya que tenemos unas 16 empresas que funcionan aquí.
-¿Cómo vive esta cuarentena a nivel personal y laboral?
Los primeros días de la cuarentena no salía de casa y trabajaba desde allí. Esta pandemia le ha cambiado la vida a todas las personas, en todo el mundo.
Uno de sus efectos es que me hizo perder el sentido del día y la noche, ya que en India estamos 8 horas y media por delante de Argentina. Entonces, en la embajada estamos trabajando casi 24 horas diarias, los 7 días de la semana. Hacemos todo a través de videollamadas o videoconferencias.
Desde el 27 de abril, nos permiten trabajar 3 horas al día de manera presencial en la embajada y ahora lo hacemos desde las 9.30 hasta las 15. Sin embargo, cuando vuelvo a mi casa sigo trabajando. Por eso digo que la pandemia nos ha cambiado la vida por completo: el concepto del horario de oficina ya no vale más. Para mí, ese es un cambio muy importante.
Para los diplomáticos, los encuentros personales son muy importantes y por la pandemia sólo podemos reunirnos virtualmente. Pero, cuando el país pueda abrirse y tengamos una situación más normal, necesitamos trabajar en persona, aunque sea usando un barbijo, porque el contacto directo es muy importante en cualquier actividad.
Respecto a mi familia, la tengo lejos y no hay vuelos. Mis padres están en India y me preocupan mucho. Mis hijos están en Toronto. Todos estamos lejos y esperando que esto termine para poder reencontrarnos.
-Ya conocemos el lado negativo de la pandemia, pero: ¿le parece que podremos sacar un lado positivo de esta situación?
¡Claro que sí! Cada crisis es una oportunidad y, en este caso, puede haber muchas oportunidades. Volver a la normalidad nos va a llevar mucho tiempo. Pero la humanidad tiene la capacidad de recuperarse muy rápido, así que vamos a volver muy pronto a la normalidad porque no se trata de un sólo país o de una sola comunidad: se trata de todo el mundo, que está sufriendo y que tiene ganas de volver a la vida de antes.
Esta es una oportunidad para todos, porque hay un resquicio de esperanza entre las nubes oscuras, ya que todo el mundo ha sufrido y quiere salir de la pandemia. Todos los países estamos buscando los medicamentos y la vacuna para frenar a este virus. Lo negativo es la pandemia, sólo es eso. Pero, además de la pandemia, veo más progresión entre la humanidad y entre todos los países: veo una gran cooperación entre todos y esa es mi esperanza.
Una pandemia puede afectar a todo el mundo y eso nos hizo ver que necesitamos más cooperación global entre países, no sólo para afrontar a esta pandemia: para todo.
-Su país es la cuna de la meditación y del yoga: ¿Cómo ayudan ambas disciplinas frente a esta situación?
En India hacemos meditación, pero aún más, hacemos veneración a Dios. Todos los libros nos enseñan que hay que calmar la mente. Para eso hacemos meditación, veneración y yoga, porque con esas herramientas logramos calmar la personalidad y sentirnos en paz. Muchas personas creen que el yoga es algo solamente físico pero se equivocan. Se logra equilibrar el cuerpo, la mente y el alma, pero también brinda un vínculo con Dios e integra el interior y el exterior de la persona.
Cuando hacemos yoga y veneración, conseguimos calmar nuestro interior y unificarlo con el exterior, para ser personas más sanas.
Este domingo 21 de junio celebramos el Día Internacional del Yoga, declarado por las Naciones Unidas. Por la pandemia, vamos a hacer “Yoga en casa” en todo el mundo, ya que por la cuarentena no podemos reunirnos. Los argentinos pueden seguirlo a través de www.diadelyoga.com.ar
Van a participar muchas personalidades famosas de la Argentina que hacen yoga, como la artista Nacha Guevara y el jugador de River, Leonardo Ponzio, entre otros. El domingo haremos tres horas de yoga, de charlas con celebridades, meditaremos y terminaremos la actividad con una canción religiosa. Todo se hará de manera digital y el conductor será Julián Weich.
Es importante combinar meditación con yoga: la gente que hace yoga es más sana. En esta pandemia y en plena cuarentena, el yoga y la meditación son muy importantes. En India utilizamos el sistema de Ayurveda, que va de la mano con el yoga.
Por supuesto, aún no tenemos una medicación que frene la pandemia, pero tenemos algunas medidas que pueden ayudar a la salud en general, como el uso de jengibre o de ciertas especias de nuestro país. Encontrarán mucha información sobre eso en nuestras redes sociales.
-¿Qué mensaje le gustaría dejarle a los argentinos?
Creo que en la Argentina están los máximos amantes de India. A veces, la gente no sabe que el yoga viene de nuestro país, pero lo practican. Como embajador, he recibido mucho afecto de parte de los argentinos y, también, de parte de su Gobierno, porque he tenido muy buenas respuestas en cualquier situación. Estoy muy cómodo aquí.
Argentina es un país que tiene todo: de norte a sur. Tiene todos los recursos que cualquier país desea tener. Puede hacer mucho más para el resto del mundo. Espero que cuando la pandemia termine, tengamos una relación aún más estrecha, ya que ambos países son muy cercanos en muchos temas, pero quisiera que tuviéramos una cooperación más intensa. Quiero ver más argentinos visitando a la India, y viceversa, quiero ver más indios conociendo a la Argentina.
-¿Cómo imagina el regreso a la “nueva normalidad”?. ¿Cree que hay un antes y un después de la pandemia?
La nueva normalidad sería muy difícil de explicar en este momento, porque las personas son impredecibles. La vida normal después de la pandemia ya no va a volver a ser la de antes, pero hay algo muy interesante y es que la gente aprendió a vivir con menos. La vida anterior fue muy materialista y, con estos meses de cuarentena, hemos aprendido que en la vida no necesitamos tantas cosas: se puede vivir con mucho menos.
Por un lado, eso es bueno. Claro que, por otro lado, es malo para la economía porque la gente no consume. Pero es bueno para la salud mental.
Cuando no teníamos nada que hacer, íbamos al centro comercial a comprar cosas que no necesitábamos. Pero ahora, cuando podamos volver a salir y retornar a los centros comerciales, vamos a pensar mejor para qué o por qué necesitamos ese objeto, que antes hubiéramos comprado sin pensar.
Han sido casi tres meses de cuarentena, pero también, de pensamiento interior. La vida va a volver a ser normal, pero la definición de normal, ya no va a ser la misma que la de antes.
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