Cómo se gestó la decisión de restringir las salidas de Alberto Fernández de la quinta de Olivos

Entretelones de una decisión que al Presidente le costó tomar. Por qué no se hace el hisopado

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Alberto Fernández durante el viaje del viernes pasado a La Rioja
Alberto Fernández durante el viaje del viernes pasado a La Rioja

Exactamente 90 días después de haber anunciado el aislamiento social preventivo y obligatorio, el Presidente aceptó la recomendación profesional de no salir de la Quinta Presidencial de Olivos hasta nuevo aviso. No es la primera vez que la Unidad Médica Presidencial que encabeza Federico Saavedra habla con el Presidente para pedirle que se cuide, pero después de los últimos episodios que vivió antes de tomar el vuelo para Catamarca y las prevenciones que despierta la comitiva presidencial cada vez que sale del AMBA, esta vez decidió hacerle caso.

Efectivamente, Fernández tomó nota de que en Formosa hubo debate en las redes sociales antes de su llegada, y algo similar sucedió en Villa La Angostura, donde pasó la noche junto a su mujer Fabiola Yáñez, aprovechando la hospitalidad del gobernador Omar Gutiérrez, que le ofreció la residencia oficial para cambiar de ambiente unas pocas horas y disfrutar del aire patagónico.

Cuando a la semana siguiente partió para visitar La Rioja y Catamarca le dijeron que en la única provincia sin casos de COVID-19 los ministros provinciales tuvieron que salir a explicar que la avanzada presidencial había sido testeada y no tenía coronavirus, ya que incluso hubo pedidos de amparos judiciales para prohibir el ingreso del Presidente. Alberto Fernández lo atribuyó a la situación política.

Pero cuando en La Rioja se enteró de que el intendente Martín Insaurralde se había contagiado y que 48 horas antes había estado con el titular de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, no dudó en dar por terminado el viaje. Él mismo quiso volver a Buenos Aires, refugiarse en Olivos, esperar el resultado del hisopado a su ministro y bajar un cambio por unos días.

La confirmación de que Arroyo había dado negativo le devolvió el alma al cuerpo y el sábado, otra vez, imaginó de nuevo que todo podría seguir igual y anticipó que viajaría a Rosario para los festejos por el Día de la Bandera, desafiando a la opinión pública santafesina, movilizada por los anuncios de intervención y expropiación de Vicentin. Cuarenta y ocho horas después volvió sobre esa idea. Estará presente, pero en forma virtual.

“El Presidente quería mostrar empatía con lo que está pasando en el país, que es muy distinto a lo que se vive en el AMBA, por eso volvió a trabajar en la Casa de Gobierno y a viajar por las provincias. No imaginó que podrían generarse polémicas por su presencia, ya que eran visitas para posicionar que Argentina ya volvió a ponerse de pie, aunque en forma desigual en distintas regiones”, explicó un funcionario a Infobae.

Alberto Fernández y Daniel Arroyo el viernes pasado, en La Rioja.
Alberto Fernández y Daniel Arroyo el viernes pasado, en La Rioja.

Por cierto, no parece sencillo transmitir un mensaje para frenar la actividad en CABA y el Conurbano si lo ven a Fernández recorriendo el país. Aunque tampoco fue fácil que actuara más como un presidente del AMBA que de la Argentina. “Tendrá que hacer muchos más Zooms con el interior, no queda otra”, dijeron.

—¿Por qué el Presidente no se hace el hisopado? —es la pregunta que se reitera en la calle.

—El protocolo sanitario indica que deben hacerlo quienes tengan síntomas compatibles o sean contacto estrecho con alguien que se haya contagiado. El Presidente no califica en ninguno de los dos casos, por lo tanto lo único que tiene que hacer es mantenerse aislado para protegerse y seguir trabajando normalmente, aunque con los menores contactos posibles fuera de su círculo habitual.

Esa es la explicación que le dieron a este medio desde el entorno presidencial.

La situación plantea otra ventaja política notable, como es ayudar al gobernador Axel Kicillof en su necesidad de retrasar el fin de la cuarentena, cuando la población busca retomar sus tareas habituales aun sin permiso explícito. Es la batalla más urgente y, quizás, la más difícil de encarar en estos tiempos complejos, dominados por la angustia y la falta de ingresos.

Su equipo de comunicación estuvo todo el día de ayer pergeñando cómo anunciar que el Presidente tendría una actividad más liviana en los próximos días, y sin salir de Olivos. El recurso del consejo médico por escrito, que es el que los profesionales le vienen haciendo desde el día uno de la cuarentena, es el que mejor cuajó con la emergencia sanitaria. De paso, quita presión sobre la agenda presidencial, que Fernández se resiste a anticipar en forma diaria y ordenada.

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