“No queremos ser el pato de la boda. Miren para arriba”. Palabras más, palabras menos fue el mensaje que dejaron Facundo Melo y Leandro Araque, dos de los agentes de la AFI que están investigados en la causa de espionaje de Lomas de Zamora y que, insisten, participaron en algunos de los seguimientos a políticos y periodistas por instrucciones de sus superiores. En esa línea, apuntaron primero a su jefe directo, el director de Operaciones Especiales, Alan Ruiz, que reportaba a las máximas autoridades de la AFI en tiempos de Mauricio Macri.
Precisamente, en esa necesidad de justificar sus tareas, Araque y Melo fueron a la Comisión Bicameral de Seguimiento de los organismos de Inteligencia. Araque, el dueño del teléfono celular en donde encontraron gran parte del material de inteligencia que demuestra los seguimientos, ya había desfilado en una reunión secreta el viernes pasado para contar detalles de esos operativos. Explicó en qué consistía su trabajo, contó cómo se había negado a hacer el operativo en el Instituto Patria y relató como rechazó el pedido de su jefe a robarle el celular a un periodista para conocer detalles de sus reuniones y llamadas.
Este martes, en tanto, fue el turno de Melo, el abogado-espía que fue mencionado por el narcotraficante Sergio “Verdura” Rodríguez para destapar el escándalo del espionaje ilegal que se investiga en Lomas de Zamora. Aunque no se trataba de la causa judicial, Melo negó conocer a “Verdura” y haber estado vinculado al atentado del ex funcionario de Defensa, José Luis Vila, pero se dispuso a revelar datos de los operativos en los que participó o tuvo conocimiento.
Y fue ahí que empezaron a aparecer detalles hasta ahora desconocidos: habló de un excel que Alan Ruiz había mandado el grupo de Whatsapp al que había bautizado “Super Mario Bross” con un detalle de los presos kirchneristas a varias columnas: la causa por la que estaban tras las rejas, su abogado y contactos, y quién se encargaba de escuchar sus conversaciones, revelaron a Infobae fuentes del caso.
Pero el espionaje en la cárcel Melo lo vivió en carne propia. Es que él era el defensor de Damián Lagaronne, uno de los barras de Independiente que estaban presos en la causa por asociación ilícita en el club Independiente.
Lagaronne, Bebote Alvarez y otros estaban alojados en el penal de Melchor Romero -una alcaidía de la provincia de Buenos Aires a donde habían enviado a todos los detenidos en esa investigación y en donde -según pudo saber Infobae- se había acondicionado una celda para Pablo Moyano, en donde se encontraron la semana pasada cámaras y micrófonos en desuso. El lugar, destacaron las fuentes consultadas, no estaba bajo la órbita directa del Servicio Penitenciario Bonaerense sino que dependía de la subsecretaria penitenciara a cargo de Juan Baric, bajo la órbita del ministro de Justicia provincial Gustavo Ferrari.
Lo cierto es que -según el relato de Melo-, Alan Ruiz comenzó a decirle que, en su doble rol de agente y abogado, tenía que hacer que su cliente Lagaronne declarara contra Pablo Moyano. El agente inicialmente intentó esquivar los pedidos. Fue en ese momento cuando -aseguró- Alan Ruiz le hizo llegar una conversación que había tenido en el penal con Lagaronne. El mensaje era claro: sabían todo lo que hablaba.
Melo, finalmente, terminó renunciando a la defensa de Lagaronne. Y ya desplazado de la AFI y con una pésima relación con Alan Ruiz, este abogado-espía se presentó en Comodoro Py para denunciar una intimidación que sufrió cuando se negó a participar de la presión para direccionar la causa contra Moyano. Lo hizo en la causa que llevan el juez Ariel Lijo y el fiscal Ramiro González investigando la denuncia de Moyano por persecución judicial.
Precisamente, Melo reveló ante los legisladores de la bicameral una participacion directa de la cúpula de la AFI en ese entramado: según dijo, con la denuncia ya hecha, las máximas autoridades mantuvieron una reunión con Jorge Saez y Leandro Araque -los otros espías imputados por el juez Villena- para intentar solucionar la mala relación que tenían con Alan Ruiz. Y, según Melo, en ese diálogo se les ofreció reincorporar a Melo a la AFI si éste no ratificaba la denuncia en la causa Moyano.
Pero la declaración de Melo en la comisión bicameral también incluyó otros pasajes sobre los seguimientos que hacía el grupo comandado por Alan Ruiz. Puntualmente habló de seguimientos al directivo del diario La Nación Julio Saguier y al columnista Carlos Pagni. Ya estaba acreditado en la causa la vigilancia al periodista de ese diario Hugo Alconada Mon.
Un detalle más dejó el paso de Melo por el Congreso: cómo se gestó la vigilancia en la causa de Salvatore Pica, el novio de Florencia Macri, hermana del entonces presidente de la Nación. Según contó Melo, Alan Ruiz siempre se quejaba de que él no era activo ni en los mensajes ni en las operaciones. Fue por eso que Sáez, que lo había hecho entrar, le dijo que se sumara al procedimiento que iban a hacer en una casa de Libertador, en San Isidro.
Ahí vivía el novio de Florencia y la excusa que recibieron los agentes es que el italiano estaba implicado en una causa judicial. Según explicó Melo, Ruiz tenía el contacto de un arquitecto que estaba haciendo reformas en una casa vecina y que les facilitó el ingreso a ese predio para sacar todas las fotos que necesitaban.
Tanto Araque como Melo terminaron distanciados de Alan Ruiz. Habían creado su propio subgrupo de chat, al que le habían puesto Argentina y los terminaron echando del grupo de “Super MarioBross”. Las tareas de inteligencia que los otros agentes que respondían a Ruiz. Araque y Melo sostienen que la información de lo que siguieron haciendo cuando a ellos los apartaron debe estar todavía en esos teléfonos y en el resto del material que secuestró el juez Villena. A la causa, sin embargo, aún no pudieron acceder.