En medio de la cuarentena, los trabajadores de la industria de la alimentación comenzaron anoche un plan de lucha ante el estancamiento de las negociaciones salariales luego de que el sector empresarial “no realizó ningún ofrecimiento” pese a que la paritaria está vencida desde abril.
La decisión, adoptada por la Federación de Trabajadores de Industrias de Alimentación (FTIA), liderada por Héctor Morcillo, comenzó en el turno noche con asambleas en los lugares de trabajo y, aunque preveía protestas recién desde este jueves, en muchas fábricas los operarios votaron por el inicio inmediato de las medidas de fuerza.
Los sindicalistas mantuvieron reuniones con los empresarios del sector desde hace un mes y pidieron la reapertura de paritarias, al considerar que la actividad se encuentra en pleno funcionamiento, ya que es considerada esencial por el Gobierno desde que empezó la cuarentena.
Sin embargo, los empresarios “no realizaron ningún tipo de ofrecimiento hasta ahora y pidieron la postergación de las negociaciones alegando que no es posible realizar actualizaciones salariales en el marco la crisis desatada por la pandemia de coronavirus”, según informó la filial Buenos Aires del sindicato, cuyo secretario general es Rodolfo Daer (hermano de Héctor, el cotitular de la CGT).
“Queremos que se mantenga el poder de compra de los salarios”, dijo Daer a Infobae. Agregó que “es cierto que es situación muy especial la que vive el país y el resto del mundo por la pandemia, pero nuestra actividad trabaja, en particular el sector de galletitas, y hay sectores empresariales que tienen una vasta variedad de productos que podrían compensar haciendo un esfuerzo como el que hacen nuestros compañeros”.
El dirigente, de todas formas, no quiso precisar qué porcentaje de recomposición salarial está reclamando el sindicato. “Es erróneo hablar de porcentajes, pero sí necesitamos que exista un reconocimiento económico que se transforme en un valor porcentual”, sostuvo Daer, partidario de que acuerde “una cifra puente hasta se normalice la actividad y se pueda discutir desde otro vértice las paritarias”.
El titular de Alimentación Buenos Aires destacó que los trabajadores de su actividad pertenecen a un sector que permite “sostener, junto con otros gremios hermanos, el funcionamiento de nuestro país gracias a la producción de los alimentos”.
De todas formas, el sector de alimentación tiene algunos sectores semiparalizados y otros que están paralizados. Daer había alcanzado un acuerdo para suspender a unos 500 trabajadores sin tareas de la planta Victoria de la empresa Mondelez, similar al rubricado por la UIA y la CGT, pero que fue criticado por el jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, Máximo Kirchner.
En la sesión virtual de Diputados, el hijo de la vicepresidenta consideró que “Mondelez, fábrica de alimentos, puso a los trabajadores a producir golosinas bajo el paraguas de «industria alimenticia y servicio esencial», se stockeó todo lo que pudo bajo el valor actual para venderlo vaya a saber cuándo, y le bajó el sueldo a los trabajadores y las trabajadoras suspendiendo la actividad”. “Equivocadamente el Gobierno le homologó ese acuerdo. Espero que se corrija eso”, sostuvo.
Daer justificó el acuerdo firmado y dijo: “Desde que estamos al frente del gremio siempre defendimos a los trabajadores. Y también defendemos los puestos de trabajo y a las empresas porque sin empresas no hay trabajadores".
Explicó, además, que si bien en la actividad se está trabajando desde el comienzo de la cuarentena, la planta de Victoria fabrica sólo golosinas y estos productos “no se están vendiendo”. “Cuando empezó el aislamiento la gente compraba de todo como si se fuera de vacaciones -agregó-, pero ahora se compra sólo lo necesario para comer y por eso bajó la producción".
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