La ex senadora y ex primera dama, Hilda “Chiche” Duhalde, dijo sin eufemismos que los integrantes de los movimientos sociales son personajes nefastos. Los cuestionó, les catalogó como un problema y los acusó de tratar como “rehenes” como a los sectores más vulnerables de la sociedad a cambio de alimentos y planes. Agregó que si el ministro de Desarrollo Social de la Nación no se anima a confrontarlos debería renunciar: “Si Arroyo no tiene huevos para pararse frente a estos personajes, que son nefastos para la política argentina y para el crecimiento y dignidad de la gente, que se vaya".
Daniel Menéndez, coordinador nacional de Barrios de Pie y subsecretario de Políticas de Integración y Formación de la Secretaría de la Economía Social, salió a contestarle a través de un comunicado de prensa. En tono más mesurado, calificó sus dichos de “desafortunados”. “Quiero decirle a la señora Duhalde que los movimientos sociales estamos conformados por la experiencia histórica que significó la militancia social de las manzaneras. Y que estas son épocas en que las que estas organizaciones estamos poniendo el cuerpo cada día. Ya sufrimos casi una decena de militantes sociales fallecidos y otro tantos están con respirador”, apuntó.
“La crítica de la señora Duhalde es cuanto menos muy desafortunada, siendo que ella es solo una espectadora de la pandemia, mientras nosotros ponemos el hombro y muchas vidas para sacar el país adelante. Es una pena que no comprenda, como ya lo explicó el presidente Fernández, que los movimientos sociales son parte de la solución y no el problema”, expresó Menéndez.
“Chiche” Duhalde se había referido a la posibilidad de recuperar el programa de las manzaneras, una red de abastecimiento de comida a los barrios vulnerables del conurbano bonaerense durante la gobernación de Eduardo Duhalde en la década del noventa. El nombre oficial era trabajadoras vecinales, quienes debían encargarse de la distribución de los alimentos del Plan Vida en zonas de extrema necesidad. El plan fue creado el 5 de septiembre de 1994 cuando estaba al frente del Consejo Provincial de la Familia.
También reveló que Daniel Arroyo antes de asumir le había planteado la posibilidad de revivir el proyecto. “No lo pudimos realizar producto de que las áreas desde las que hay que hacerla están ocupadas por las organizaciones sociales y partidos políticos”, contestó. Y confesó, también, que el flamante ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés Larroque, le preguntó por la recomposición de la red: “Le dije que el abordaje debe ser integral, ya que en los barrios carenciados no solo están atravesando la pandemia, no tienen trabajo, les falta salud”.
“De qué manera una red de mujeres voluntarias que vayan con las mejores intenciones van a poder trabajar si en el mismo barrios los movimientos sociales le pagan a la gente para que trabajen para ellos y tienen el tupé de pagarles si responden a sus requisitos”, argumentó la ex senadora. Asimismo, sugirió que las organizaciones sociales funcionan con un esquema de clientelismo político: “Es una inmoralidad, tienen de rehenes a los sectores vulnerables”. Duhalde también criticó la sesgo político que adoptaron las agrupaciones: "Cuando los movimientos sociales pasan a ser parte, como el Movimiento Evita con el Chino Navarro en Jefatura de Gabinete, o Pérsico o Menéndez en el Ministerio de Desarrollo, dejan de ser movimientos sociales para ser movimientos partidarios. No se puede ser juez y parte. O se es un movimiento social o un movimiento político, cuando los veo en la calle reclamando lo que ellos mismos tienen que tratar de solucionar se me genera un conflicto en la cabeza”, expresó.
Menéndez, en su comunicado, centró su argumento en las urgencias de los barrios carenciados en tiempos de pandemia y aprovechó para tirarle, sobre el cierre de su alegato, un dardo a “Chiche” Duhalde: “Es momento en el que necesitamos de la ayuda de todas y todos, a nadie le alcanza solo. Se está haciendo un enorme esfuerzo desde lo institucional y desde todos los gobiernos para que se llegue con la asistencia a todos los barrios. Mejor sería arremangarse y colaborar desde la acción que criticar desde afuera”.
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