Dicho por el propio Presidente, la velocidad de contagio del coronavirus es “la más alta” desde que la enfermedad arribó a la Argentina. Con más de 1000 nuevos infectados por día a lo largo de esta semana, Alberto Fernández manifestó que “deberíamos estar en la fase 1, que es la cuarentena absoluta”. En la Ciudad, donde a la par del avance del COVID-19 salieron miles de runners a correr por parques y plazas sin respetar las medidas de distanciamiento, el ministro de Salud porteño Fernán Quirós alertó que “lo peor está por venir”.
Ginés González García siempre fue preciso al explicar que la salida del aislamiento social, preventivo y obligatorio sería “con un pie en el aclelerador y otro en el freno”.
Ante la posibilidad de la inminente marcha atrás de la cuarentena en el AMBA, varios municipios que estaban a tiro de avanzar hacia la fase 5 -donde están permitidas casi la totalidad de las actividades económicas y las reuniones sociales-, debieron recalcular, retroceder y extremar las medidas de confinamiento.
Tras 80 días sin casos positivos, la localidad de Laprida volvió este viernes a la fase 1 luego de que días atrás apareciera el primer infectado. Desde el municipio del interior bonaerense manifestaron: “Estábamos en fase 4, por pasar a fase 5”.
Sería por una persona que viajó a Olavarría donde la situación epidemiológica se descontroló en las últimas semanas. En Laprida el virus avanzó -hasta el momento- entre sus contactos estrechos: al día de hoy son siete los casos activos.
El Decreto Municipal que comenzó a regir desde las cero horas del viernes, hasta el 22 de junio, establece que sólo podrán funcionar las actividades consideradas esenciales entre las 9 y las 17 horas: supermercados, locales de proximidad de venta de alimentos, farmacias, ferreterías, estaciones de servicio, veterinarias y cajeros automáticos.
“Hemos decidido regresar a fase 1 y creemos que este período de 11 días nos permitirá ver si logramos encapsular el foco del contagio o, al menos, detectar cuál fue el caso cero”, declaró el intendente de Laprida, Pablo Torres.
En diálogo con Infobae, Marcos Larsen, concejal de la UCR que integra el comité de crisis para atacar la pandemia en Laprida, enfatizó: “Por ahora hasta el 22 de junio seguimos con las mismas restricciones que teníamos al 20 de marzo, con la complejidad de que ahora si tenemos casos”.
“Eramos conscientes de que en algún momento esto podía pasar, el virus los trasladan las personas y si bien estamos a 450 kilómetros de Capital tenemos mucha relación comercial con Olavarría, con gente que viaja a Buenos Aires”, admitió.
Con una población de 12 mil habitantes, Larsen se mostró optimista al reconocer que si “se cierra el círculo entre los nexos” del primer infectado se podrá regresar a la fase 4 con miras hacia la etapa de distanciamiento social, preventivo y obligatorio.
Consultado por la reacción de los vecinos ante la marcha atrás en la cuarentena, el dirigente radical explicó: “El humor social cambió mucho; comercios de indumentaria y calzado que se preparaban para el día del padre, habían hecho su inversión después de estar 60 días cerrado, y nuevamente volver a fase 1... es entendible que cambie el humor social". “Hay que tomar las cosas con calma, que los vecinos se recuperen pronto, y volver a la normalidad cuanto antes”.
“En esta etapa de la cuarentena, después de tantos días, uno tiene que apostar a la responsabilidad social y al compromiso de cada vecino”, manifestó Larsen con respecto a la posibilidad extremar medidas de seguridad. “No se puede estar en todos lados, no tenemos la cantidad de personal de seguridad para controlar todo. Apelamos a la responsabilidad de cada persona sabiendo que ahora sí el virus está en nuestra ciudad”, remarcó.
La localidad más complicada del interior bonaerense es Olavarría que, tras un rebrote exponencial de contagios de COVID-19, desde la semana pasada se encuentra nuevamente en fase 1. Allí no se registraban casos desde el 5 de abril, sin embargo hace poco más de una semana se confirmaron cuatro infectados y la situación epidemiológica se descontroló: el último parte indicó que son 86 los contagiados; hay 9 personas internadas, de las cuales 2 están en terapia intensiva, y el último jueves se confirmó el primer fallecido. Con respecto a la víctima fatal aún no se sabe si murió por coronavirus, ya que ingresó al hospital con una falla renal y luego de ser testeado por protocolo se confirmó que dio positivo. Un dato no menor: el 85% de los pacientes son menores de 60 años.
En declaraciones a Infobae, el intendente Ezequiel Galli comentó que la preocupación en estas horas está centrada en que “hay casos dentro de un geriátrico de la ciudad”. Con seis nuevos casos positivos según los registros de este viernes, “se está trabajando más para detectar los nexos que existen entre los infectados”.
Pese a que Galli había solicitado al Gobierno de Axel Kicillof la reapertura de actividades tras 74 días sin casos, desde hace una semana se encuentra nuevamente en fase 1. Sólo están habilitados los comercios de proximidad de venta de alimentos, farmacias, estaciones de servicio, cajeros automáticos y veterinarias.
De estar en condiciones de pasar a fase 5 a regresar prácticamente a una situación similar al 20 de marzo, la reacción de la gente “fue muy dispar”, explicó el intendente de Juntos por el Cambio. “Muchos de los que estaban en actividad no querían volver atrás, pero entendieron la situación”, agregó.
Debido a que había mucha gente circulando sin el permiso, se redoblaron los esfuerzos de las fuerzas de seguridad, y se sumó el apoyo de efectivos de la Policía bonaerense.
En Necochea, el baby shower clandestino rompió con el control epidemiologico. Tras más de dos meses sin nuevos infectados, por la imprudencia de este grupo de personas hubo casi 30 infectados y se dio marcha atrás con las salidas recreativas y actividades deportivas que habían sido habilitadas.
“Después del brote que tuvimos hace un par de semanas que implicó 28 infectados, logramos controlarlo y hoy estamos en fase 4; hace 5 días que no tenemos casos positivos”, expresaron este viernes desde el Municipio.
“La pausa significó cierre de comercios y de salidas recreativas, la situación significó un retroceso importante pero no tan estricto como a fines de marzo”, explicaron desde el entorno del intendente Arturo Rojas.
En Necochea la reacción popular fue similar a la de los otros casos mencionados, mientras el grueso de la sociedad entendió la situación, “muchos comerciantes no estuvieron de acuerdo e incluso hicieron una marcha en la puerta de la municipalidad”, revelaron.
Hace dos semanas la localidad del interior de la provincia volvió a la etapa 4 del aislamiento; desde el jueves pasado están habilitadas nuevamente las caminatas, se aprobó la pesca recreativa y a partir de este sábado está permitido el golf y los deportes acuáticos que se practiquen al aire libre y de forma individual. En tanto, a partir del próximo lunes estará habilitado el running y el ciclismo pero con horarios y zonas acotadas.
Más allá de que si la situación se mantiene controlada el Ejecutivo bonaerense daría el visto bueno para que avance hacia la fase 5, en Necochea se irá viendo con el correr de los días si se pasa a la etapa de distanciamiento social: se tendrá en cuenta el estado epidemiológico, el humor social y el comportamiento de la gente en las actividades que están siendo habilitadas.
Más allá del aumento exponencial de casos que hubo en la provincia de Buenos Aires en las últimas jornadas, a mediados de mayo las localidades de Chascomús, Castelli y Baradero habían dado marcha atrás a las flexibilizaciones.
En Chascomús, tras dos semanas sin nuevos infectados, aparecieron casos en el Hospital Municipal y en un hogar de ancianos lo que obligó a restringir habilitaciones. La marcha atrás implicó el cierre de comercios minoristas que empezaban a trabajar con atención al público y con las habilitaciones para caminatas saludables.
“Chascomús estaba pasando a fase 4 y no alcanzamos a implementarla, nos quedamos en fase 3”, comentó este viernes el intendente Javier Gastón. Actualmente, con un solo caso activo, el municipio volvió a la fase 4 y se empieza a evaluar el avance hacia la próxima instancia. “Resuelto ese brote, volvimos de nuevo; hoy tenemos salidas saludables y la actividad económica está prácticamente abierta”, explicó el jefe comunal.
“Si de acá a 10 días el único caso que tenemos no genera inconvenientes pasamos a fase 5”, adelantó Gastón. Sobre el humor social cuando se congelaron las flexibilizaciones, sostuvo que la gente “nos bancó por el temor de que el virus estuviera circulando”, pero “cuando se aclaró el panorama, el sector comercial empezó a pedir que se contemple la vuelta al trabajo”.
A raíz de los contagios que sucedieron el mes pasado en Chascomús, Castelli tomó el mismo camino pese a no tener infectados durante toda la pandemia. “Fuimos los primeros en retroceder sin casos”, declaró el intendente Francisco Echarren. “Estábamos en fase 4, permitimos las salidas recreativas y actividades deportivas, pero tuvimos inconvenientes por que la gente no respetó las medidas de distanciamiento y volvimos a fase 3”, justificó el jefe comunal del Frente de Todos.
“Al principio decidimos volver y la gente estaba de acuerdo porque era consciente de que no se había respetado. Ahora notamos que la gente empieza a tener cansancio, sobre todo considerando que no hay ni casos positivos ni sospechosos, pero prefiero que me critiquen por ser conservador con respecto a la circulación de gente que me critiquen porque habilité todo y tenga 50 infectados, y se mueran 10”, graficó el intendente.
Tras más de 20 días en fase 3, Castelli volvió hace 10 días a la etapa 4 del aislamiento social: “Se habilitaron actividades recreativas y deportivas”, remarcó Echarren, aunque aclaró que no están permitidas las reuniones familiares, la apertura de bares y restaurantes. Si bien la situación epidemiológica siempre estuvo controlada, no descartan que si aparecen casos se vuelva a la fase 1, ya que con ocho camas de terapia intensiva, el riesgo de que avance la enfermedad y sature el sistema sanitario es alto.
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