En uno de los salones del Aeropuerto Internacional de Ezeiza se improvisó ayer un encuentro de embajadores europeos. La intervención de Vicentin, uno de los grandes temas de la semana, formó parte de las conversaciones informales de los diplomáticos que esperaban al ministro de Transporte, Mario Meoni.
El funcionario había citado a los diplomáticos europeos y a autoridades de Aerolíneas Argentinas y de la Aviación Civil para empezar a mostrar un esquema ordenado del transporte aéreo post cuarentena. Pero antes de que llegara, hubo un diálogo informal entre los representantes que diversos países designaron en Buenos Aires. Además de la situación de la agroexportadora, también se analizó la respuesta del gobierno ante el avance del coronavirus.
Según pudo reconstruir Infobae de distintas fuentes que estuvieron en ese encuentro, algunos de los embajadores que participaron de ese diálogo manifestaron su preocupación por el avance del Estado sobre la actividad privada y creen que este tipo de decisiones pueden complicar la recuperación económica una vez terminada la pandemia. Sin embargo, no hubo unanimidad. De hecho, hubo diplomáticos que simplemente se limitaron a escuchar y no opinaron sobre el tema.
Si bien Alberto Fernández explicó ayer que la expropiación de Vicentin era una decisión “extraordinaria” de su Gobierno, algunos de los diplomáticos europeos dijeron que no tienen en claro si ese mensaje es real y sospechan que puede haber otras expropiaciones. Uno de ellos aludió a recientes declaraciones del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, quien aseguró: “No vamos a expropiar todas las empresas concursadas”.
Los países europeos más preocupados por el caso Vicentin son Holanda y Suiza. El primero porque Vicentin tiene una deuda de 100 millones de dólares con una empresa holandesa y nadie sabe si el Estado podrá pagarla en el caso de que se expropie la compañía alimenticia argentina. En el caso de Suiza, el tema es que el Gobierno tomó la decisión de avalar la permanencia de la compañía Glencore como socio de la futura empresa intervenida si el Congreso aprueba la nacionalización. Al parecer, la intención del Presidente es que Glencore sea el socio minoritario del proyecto que mantiene con la empresa que hasta ahora manejan las familias Nardelli y Padoan: la joint venture Renova. “No hay unanimidad en la evaluación de este tema y habrá que escuchar a Glencore”, expresó un embajador ayer en la reunión de los 22 diplomáticos europeos.
Cuando llegó Meoni, los comentarios sobre el caso Vicentin se evaporaron. Inmediatamente se pasó a analizar un protocolo seguro y eficaz que permita restablecer el servicio aereocomercial en medio de la pandemia. El ministro de Transporte repasó todas las medidas llevadas adelante por el Gobierno para mejorar las condiciones sanitarias, tanto de los trabajadores como de los pasajeros, antes y durante la cuarentena.
“Vivimos un momento excepcional, en especial para la industria aeronáutica porque no hay antecedentes en la historia de una crisis como esta”, dijo Meoni. Y recordó que “desde un primer momento, Alberto Fernández decidió evitar la pérdida de la vida, la salud y el trabajo"; y en ese orden, destacó que la Argentina quiere empezar ahora a recuperar las capacidades operativas aeronáuticas aerocomerciales con “responsabilidad”.
Sin embargo, el ministro de Transporte no logró garantizar a los embajadores europeos una fecha concreta para la vuelta de los vuelos internacionales porque, explicó, dependerá de la evolución de la pandemia.
“En la nueva etapa para rediseñar la industria aerocomercial hay que dar señales claras para que los aviones vuelvan a volar y la gente tenga confianza en volar, y para tener confianza necesitamos protocolos trabajados de manera conjunta”, sostuvo el ministro de Transporte.
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