Alberto Fernández busca alejarse de la agenda del coronavirus y le dejó a Eduardo “Wado” de Pedro el control político de la apertura en el marco de la cuarentena, que tiene que ser autorizada por el Gobierno nacional. En rigor, según la decisión administrativa elaborada por el Gobierno, el máximo responsable es el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, pero también el Ministerio del Interior forma parte de esa mesa. En su calidad de ministro político, Wado citó a Horacio Rodríguez Larreta para hablar del desborde que ayer se verificó con los runners en los parques de la ciudad de Buenos Aires.
En el Gobierno porteño lo negaron. “No se habló del virus en absoluto, fue para seguir trabajando la relación política de la Ciudad y la Nación”, aseguran. Y tampoco hay precisiones de parte del Ministerio del Interior. Por lo menos en el equipo de comunicación solo dicen que la reunión duró 40 minutos y que, efectivamente, De Pedro tiene responsabilidad en la apertura del aislamiento obligatorio en las provincias.
Sin embargo, en Casa Rosada aceptan que la convocatoria a Rodríguez Larreta se concretó hoy y hacen trascender que en el oficialismo existe la sensación de que “no se puede permitir que se repita una situación como la que se vio anoche, “poniendo en riesgo el esfuerzo que en todo el país venimos haciendo”.
Todo indicaría que Rodríguez Larreta comparte el diagnóstico. Por eso, anoche mismo empezó a discutir con su equipo alternativas para evitar lo que ayer se vio en las calles, igualmente preocupado frente a la posibilidad de provocar un salto de contagios por la falta de distanciamiento que hubo entre las 20 y las 22, el horario donde se concentraron los corredores. El Gobierno porteño anunciará cambios para evitar nuevos desbordes: habrá calles y avenidas cercanas a los parques que se transformarán en peatonales.
Entre las distintas alternativas, el jefe de Gobierno le transmitió la posibilidad de habilitar más espacios públicos, que podría consistir en la habilitación de grandes avenidas para correr y caminar, cerrando el paso al transporte y los automóviles. Así, se mantendría el horario habilitado hasta ahora, es decir, no se ampliaría la franja horaria, como ya están solicitando algunos runners.
Por lo que se supo, De Pedro consultó vía Whatsapp con algunos expertos desde la misma reunión y avaló la decisión, lo que no comprometería al Gobierno nacional si nuevamente las personas salen en masa a las calles, tal como se vio anoche.
Cuarenta minutos después del encuentro, Rodríguez Larreta salió por la explanada sin hacer declaraciones y se dirigió a la sede del Gobierno porteño para reunirse con su equipo.
La implementación exigiría una movilización especial de la Policía de la Ciudad, alguna capacitación de último momento para diseñar el esquema callejero, con poco tiempo para ensayar y evitar errores, lo que hace presuponer que podría implementarse recién dentro de 24 o 48 horas.
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