Tras 14 días de cuarentena comunitaria estricta, la Villa Azul, ubicada en Quilmes, entrará a partir de este lunes en una nueva fase del confinamiento llamada “aislamiento focalizado”, el cual se centrará en apartar a los infectados del resto de los vecinos del barrio.
Así lo decidió el Comité Operativo de Emergencia encargado de analizar la situación en este lugar, tras confirmar una baja en los contagios de coronavirus que se fueron registrando durante los últimos días en este asentamiento.
La noticia fue confirmada la semana pasada durante un encuentro del que participaron vecinos y vecinas representativas del barrio, los intendentes de Quilmes, Mayra Mendoza; de Avellaneda, Jorge Ferraresi; los ministros provinciales de Seguridad, Sergio Berni, y de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque; y el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, entre otros.
Según un comunicado oficial, “a raíz de la mejora sanitaria registrada durante las últimas dos semanas", las autoridades de ambos municipios "determinaron el cambio de medida en la situación de esa zona”, algo que fue avalado por los gobiernos nacional y bonaerense.
“Después de un extenso intercambio, que incluyó un agudo diagnóstico de la situación social del barrio y de la salud de los 344 infectados, el COE definió que gracias al buen resultado del aislamiento comunitario y debido a la baja tasa de contagios y casos positivos de coronavirus que se dieron en los últimos días en Villa Azul, desde el lunes 6 AM se pasará a un aislamiento focalizado”, se detalló.
De acuerdo con el Comité de Emergencia, en las últimas jornadas, los casos positivos diarios “descendieron” y “la tendencia marca que la curva de contagios persiste a la baja, fundamento por el cual se tomó esta decisión”.
Esto significa que a partir de ahora se va a flexibilizar la circulación dentro del asentamiento y hacia afuera bajo las mismas normas vigentes del aislamiento social preventivo obligatorio que rige para el resto de la Provincia.
Podrán ingresar y salir de la Villa Azul quienes sean trabajadores esenciales, aunque siempre siguiendo con un estricto control sanitario y de seguridad. Además, se volverá a recibir al público en todos los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) de la zona y en el que está ubicado en Quilmes se dejará instalada también una unidad móvil tomando muestras ante la aparición de casos sospechosos.
No obstante, aquellos infectados que todavía estén haciendo el aislamiento domiciliario o los contactos estrechos que estén cumpliendo con la misma medida de prevención no podrán salir de ninguna manera de sus casas.
Continuará habiendo una presencia policial fuerte para garantizar el cumplimiento de la cuarentena y se establecerán puestos específicos de acceso al barrio. Asimismo, las autoridades sanitarias realizarán un seguimiento y supervisión de la evolución de todos los casos confirmados hasta el momento, tanto los que se encuentran dentro de la Villa Azul como de aquellos que fueron trasladados hasta la UNQ.
Por otra parte, también se mantendrá la asistencia alimentaria para las familias que sean contactos estrechos durante 14 días desde el último contacto con el paciente que resultó positivo de coronavirus.
Por último, en el comunicado se defendió el aislamiento total al que fue sometido este lugar durante 14 días: “De no haberse tomado esta medida extrema, el brote de contagios que tuvo el barrio tras un torneo de fútbol no autorizado; las personas con Covid-19 positivo hubieran generado un foco de dimensiones desbordantes”, se analizó.
Según informaron desde la gobernación bonaerense, durante todo este tiempo se realizaron en este asentamiento popular más de tres mil entrevistas para detectar casos sospechosos, a partir de las cuales se pudo confirmar que 287 vecinos se infectaron y dos personas murieron a causa de la enfermedad.
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