En busca de advertir sobre el poco conocimiento científico que aún se tiene del coronavirus y la posibilidad de convivir con “procesos de avances y retrocesos” en las medidas que se toman para combatir esta pandemia, el presidente Alberto Fernández y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, utilizaron como ejemplo a otros dos países en los que las autoridades locales tuvieron que dar marcha atrás con la reapertura de algunos sectores, tras detectar nuevos brotes de la enfermedad.
Durante su exposición en la conferencia de prensa de este jueves, el mandatario de la Ciudad de Buenos Aires aseguró que su administración tendrá que volver a implementar restricciones de circulación más severas “si los casos aumentan, si hay una escalada o si por alguna razón se rompe esta responsabilidad (de la sociedad en cumplir con las medidas sanitarias)”.
En este sentido, insistió: “Es una enfermedad nueva de la que no se tiene conocimiento científico y, por más estimaciones que se hagan, no se puede saber cuántos infectados va a haber mañana, la semana que viene o al otro mes”.
“Pasa en todo el mundo. Esta semana, en dos de los mejores ejemplos de cómo atacar la pandemia, Israel y Corea del Sur, volvieron a cerrar las clases. En varias ciudades europeas que hicieron alguna apertura se generó algún descontrol y tuvieron que volver para atrás”, resaltó Rodríguez Larreta.
Por su parte, al momento de responder las preguntas de los periodistas, Alberto Fernández se mostró cauto ante la posibilidad de retomar la actividad escolar de manera presencial y se refirió a esos mismos dos países.
“Nosotros no tenemos que descuidarnos porque miren lo que pasó en Corea o en Israel. Acaba de pasar, abrieron las escuelas y tuvieron que volver atrás porque rápidamente los chicos se contagiaron”, explicó.
El Presidente señaló, además, que hay que tener en cuenta también a los maestros antes de avanzar con una medida semejante, ya que “muchos de ellos integran grupos de riesgo”. Pero, ¿qué fue lo que pasó realmente en la nación europea y en la asiática?
Israel
En este país se registró un aumento de infectados de coronavirus apenas dos semanas después de que las autoridades locales reabrieran completamente los colegios: incluso hubo 130 casos en una misma escuela.
Desde entonces, docenas de establecimientos educativos se cerraron luego de que el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu ordenara interrumpir la actividad en las escuelas cuando se detecte algún contagio.
Sin embargo, esto no significó estrictamente una marcha atrás de la reapertura, ya que las clases presenciales siguen funcionando en aquellos establecimientos donde no hay circulación del virus.
De hecho, el ministro de Educación de Israel, Yoav Gallant, explicó que el número total de infectados en las escuelas del país sigue siendo bajo, por lo que no estaría justificado cerrarlas todas por algunos casos aislados.
Corea del Sur
La situación en el país asiático es diferente. Se trata de una de las naciones que al comienzo de la pandemia fue la segunda más perjudicada, por detrás de China, pero que luego logró mantener controlada la enfermedad, principalmente a través de campañas de concientización.
A principio de mayo, el gobierno surcoreano decidió flexibilizar la cuarentena y abrir varias actividades, entre ellas la escolar, por lo que los chicos volvieron a clase. Sin embargo, en el último tiempo regresaron las restricciones.
Por un lado, las autoridades locales establecieron que los colegios primarios y secundarios, así como los jardines de infantes ubicados en la zona metropolitana de Seúl, la capital del país, podrán recibir solamente a uno de cada tres estudiantes que tengan inscriptos. Los dos alumnos restantes deberán continuar con la enseñanza de manera remota. Así se decidió con el objetivo de evitar nuevos focos de contagio, tras algunos brotes que se detectaron en estos días.
Asimismo, volvieron a cerrar los museos, parques, bares, cafeterías, clubes, karaokes y galerías de arte que habían abierto como parte de la flexibilización. Por esta razón, en este caso sí se podría hablar de una marcha atrás por parte de las autoridades.
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