Con ausencia de la oposición, que abandonó el recinto cuando debía empezar la discusión, el oficialismo rechazó por unanimidad los dos decretos de necesidad y urgencia de la gestión de Mauricio Macri que traspasaron las escuchas de la Procuración a la Corte Suprema y ahora será la Cámara baja la que deba confirmar la derogación.
Después de casi cinco horas de la tercera sesión virtual -con algunas fallas en la conexión en ciertos tramos-, y de que la coalición opositora lograra bloquear la sesión especial convocada por Cristina Kirchner para darle sanción definitiva a la ley de alquileres y a la de educación a distancia, el oficialismo se despachó en críticas a Cambiemos por la deuda y el supuesto espionaje de la administración de Macri a través de la AFI a dirigentes del kirchnerismo y de Juntos por el Cambio, a periodistas y sindicalistas.
Con 42 votos, el Frente de Todos aprobó además 10 decretos de Alberto Fernández vinculados a la crisis por el coronavirus despachados por mayoría en comisión. “Hoy se retiraron del debate, pero nosotros estamos acá. Nosotros podríamos hacer cosas por unanimidad, pero no vamos a hacer eso porque somos equilibrados, queremos las cosas como corresponde”, se ufanó José Mayans, el jefe del bloque del Frente de Todos en la Cámara alta, en su discurso de cierre, que de a ratos despertó carcajadas en Cristina Kirchner.
Juntos por el Cambio se había retirado del recinto después de bloquear la sesión especial, que necesitaba los dos tercios de los presentes, y de un encendido discurso por parte de Luis Naidenoff, el jefe del interbloque opositor, el único orador.
“El oficialismo avanzó con una hoja de ruta que nada tiene que ver con los intereses de la sociedad”, reclamó el senador radical, molesto, como sus colegas, por la inclusión de los dos decretos de la gestión Macri: la transferencia “del Departamento de Interpretación y Captación de las Comunicaciones (DICOM) dependiente de la Procuración General de la Nación del Ministerio Público a la órbita de la Corte Suprema de Justicia de la Nación” –del 2015–, y la reformulación “del plazo de vigencia de los mandatos de las autoridades de la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado del Poder Judicial de la Nación” –del 2016–.
“Queremos dar el debate. Acá no se salvó nadie: empresarios, políticos, periodistas, hombres del espectáculo, y algunos curas. El cardenal (Jorge) Bergoglio, el Papa Francisco, tampoco se salvó. Hay que acordarse de (Jaime) Stiuso y del rol que se le dio en el Estado. De un error muy potente cuando (César) Milani fue designado en el Ejército y tuvo a su cargo la inteligencia. Este es un agujero negro, si hay que hablar, hay que hablar de todo. No tengo ningún empacho en decir que en materia de inteligencia la Justicia, muchos jueces de Comodoro Py, no son parte de la solución si no del problema del espionaje ilegal en la Argentina”, remarcó Naidenoff antes de que la oposición abandonara la sesión.
Después de eso, el oficialismo se despachó en críticas airadas sobre deuda e inteligencia.
Guillermo Snopek, cuñado del gobernador Gerardo Morales, invitó por ejemplo a la oposición a su provincia para “ver el manejo autoritario y el armado de causas”.
Oscar Parrilli, uno de los más cercanos a CFK, resaltó que a “muchos radicales les dolió muy fuerte” el supuesto espionaje que la AFI de Macri realizó a propios y extraños. Habló de un “mecanismo de inteligencia ilegal”, y pidió por la vuelta de la oficina de escuchas a manos de la Procuración.
El cierre de su discurso fue muy duro, a pesar de que no había opositores para escucharlo. “Por todo lo que estamos viendo, por como se terminaron espiando entre ellos, haciendo operaciones de inteligencia, amenazando con supuestas posibles bombas, todo esto creo que estas personas llegaron a tener una enfermedad. Se llama la coprofagia, que es esta vocación que tienen algunos seres vivos de ingerir voluntariamente las heces, su propio excremento", tiró.
Alberto Weretilneck, ex gobernador de Río Negro, subrayó que había sido víctima de la interceptación de su correo electrónico, y que “seguramente” también le habían infiltrado “el teléfono”.
El cierre, a cargo de Mayans, apuntó a la gestión de Cambiemos: dijo que “el pueblo tiene el derecho a saber quién se robó la plata”, en alusión a la toma de deuda, abundó en que Macri no fue reelecto por “incompetente” -lo comparó con Fernando de la Rúa- y mencionó a Patricia Bullrich y a Miguel Ángel Pichetto, “estrellas de sus programas” de televisión.
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