El ex secretario de Salud durante el gobierno de Mauricio Macri, Adolfo Rubinstein, elogió esta mañana la cuarentena obligatoria establecida por el presidente Alberto Fernández como medida preventiva ante el avance del coronavirus en la Argentina, pero opinó que ahora es necesario formular un plan de salida y flexibilización para evitar que baje el acatamiento.
“Es cierto que Chaco es el foco del interior, pero hoy la epidemia está concentrada en el AMBA. El 95% de los nuevos casos se están dando ahí. En el resto del país o no hay casos o hay muy pocos casos o un brote que se controla rápidamente con estrategias muy proactivas”, señaló en diálogo con el periodista Ernesto Tenembaum, en Radio con Vos. En ese sentido, celebró las estrategias de testeo que se llevan a cabo en las últimas semanas en las villas de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano pero consideró que debería ser “mucho más generalizado”.
Consultado sobre las decisiones que él mismo tomaría en caso de estar a cargo de la administración de la pandemia, el experto en Epidemiología indicó que, según su criterio, la decisión de un plan de salida debería tomarse de acuerdo a “indicadores objetivos duros e irrefutables” como “la ocupación de camas de terapia de intensiva, el número de muertes, la duplicación de muertes o los respiradores que están disponibles”.
“No me parece que tengamos que estar atados al número de casos, que es lo que genera miedo, pánico y desconcierto”, expresó. “Lo que yo estaba viendo es que las decisiones estaban muy atadas a la curva de contagiosidad, cuando el número de casos hoy está fuertemente influido por la estrategia de testeo. No sé si estás detectando casos nuevos, son casos que ya estaban circulando en la comunidad pero los estás detectando cuando antes no lo hacías”.
En cuanto a la flexibilización de medidas de prevención, Rubinstein consideró que lo que debería ejecutarse es “una salida ordenada y estratégica”. “Tenés que empezar a soltar de a poco, no tenés que soltar todo de golpe”, manifestó. “El uso de barbijo, las medidas de distanciamiento físico y todas las medidas de prevención tienen que seguir y van a seguir, yo creo, mucho tiempo, probablemente hasta que venga la vacuna, que no va a pasar menos de un año o un año y medio”.
El ex secretario de Salud aclaró sin embargo que él no permitiría el retorno a clases de inmediato. “Uno podría considerar un cronograma atento a la trayectoria de la epidemia. Tal vez a fin de agosto comenzar a ver, no todas las clases sino algunas”, señaló. “Yo no me quiero poner tampoco en experto, creo que tenemos que tener protocolos especiales para la reanudación de cada una de las actividades educativas, laborales, comerciales, donde tiene que estar muy claro los resguardos en cada ámbito. Pero hay que empezar a ensayar un plan de salida”.
“Mi mayor miedo” -agregó- “es que la cuarentena en el AMBA comience a deshilacharse y que el incumplimiento sea progresivo porque la gente se impacientó, se cansó y no puede tolerar más. Todas esas cosas pueden ser contraproducentes si no se administra un poco mejor”. Además, señaló, él relajaría las medidas que prohíben, por ejemplo, visitar a un familiar. “Por suerte, como hay una mayor cantidad de tests, si bien no es suficiente, se pueden llevar a cabo estos ejercicios. Pero acá hay que apelar a dos cosas: capacidad de testeo y responsabilidad individual y social”, remarcó.
En caso de una potencial flexibilización del aislamiento, sin embargo, Rubinstein opinó que la administración del transporte público es “el principal talón de Aquiles” de la salida de la cuarentena y que el Gobierno deberá pensar estrategias creativas para no saturarlo.
En ese sentido, el ex secretario de Salud reflexionó que el consejo de expertos que asesora al Presidente debería ampliarse con especialistas de otras áreas. “La etapa de los infectólogos es muy importante, yo soy médico y los conozco a todos y he trabajado con ellos en diferentes oportunidades, pero me parece que ahora hay que ampliarlo eso”, dijo. “No solamente a epidemiólogos o sanitaristas que me parece que no hay demasiados, sino sobre todo a profesionales o expertos de otras disciplinas y otros campos de la economía, de las ciencias sociales, de la psicología, de la filosofía, de la ética, que tengan miradas diferentes y que puedan aportar perspectivas diferentes en distintas cuestiones que obviamente están directamente atadas a la cuarentena y a lo que significa la pandemia no solo sanitaria sino también económica, social o institucionalmente”.
Desde su perspectiva, Rubinstein consideró que el Gobierno nacional pasó por tres etapas en la administración de la cuarentena. Una primera entre principios de febrero y principios de marzo donde "hubo una subestimación y minimización del impacto de la epidemia”, una segunda donde “se pusieron las pilas y se tomaron las decisiones acertadas y oportunas” y ahora una tercera, donde se define cómo salir del aislamiento: “Estamos en una etapa donde yo veo al gobierno entrampado en la salida de la cuarentena. Hay vacilaciones, titubeos, no se sabe qué hacer ni cómo salir. Pero es evidente que tenemos que en algún momento plantearnos salir porque no podemos seguir en este estado de confinamiento hasta que venga la vacuna. Es inviable”.
El ex secretario aclaró sin embargo que la decisión del cierre de fronteras y el establecimiento de la cuarentena fue "muy buena”: “No puedo asegurar que hayamos salvado miles de vidas porque hay que ver cómo termina la historia, pero claramente lo que ganamos es tiempo crítico para prepararnos mejor, para poder soportar mejor si la cosa se dispara. En ese sentido quiero aplaudir la decisión del presidente”.
Para finalizar, Rubinstein manifestó que a pesar del trabajo conjunto de Alberto Fernández y el gobernador Axel Kicillof con Horacio Rodríguez Larreta el Gobierno debería “escuchar más a la oposición”. “Si no estuvieran trabajando juntos sería una catástrofe, pero digo que ampliemos la mirada. Me parece que la oposición política, como el partido de Juntos por el Cambio, tiene que estar sentada también”, señaló. “Ya no los gobernadores, o aquellos que gobiernan, que me parece muy importante, sino también una mirada desde la política y me parece que las instituciones políticas son los partidos políticos”.
"Me parece fundamental que acá es donde se convoque a todos los sectores para que haya un apoyo cerrado a todo esto, que sea una cuestión de Estado, que trascienda la política partidaria", señaló. "Hay que llamar no solo a un consejo económico y social para que apoye esto sino también llamar a la oposición que forme parte de los grupos que apoyan al gobierno".
“Entiendo la posición de quienes gobiernan y toman decisiones de enormes consecuencias pero hay que escuchar un poco más y no generar un discurso divisivo. Estamos todos juntos en esto”, concluyó.
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