El presidente Alberto Fernández reconoció este martes que durante su visita a la provincia de Formosa “debería haber sido más cuidadoso” de respetar los protocolos sanitarios para evitar contagios de coronavirus y brindar así un mejor ejemplo a la ciudadanía.
El mea culpa llegó días después de que una foto se viralizara y causara revuelo en las redes sociales. El viernes de la semana pasada el mandatario brindó una conferencia junto al gobernador Gildo Insfrán en la que se sentaron a menos de un metro de distancia y sin barbijo. Incluso llegaron a abrazarse y saludarse con un beso.
“Con Gildo deberíamos haber sido más cuidadosos”, admitió Fernández durante una entrevista para el programa de Matías Martin, en radio Metro. Sin embargo, explicó que suele respetar las medidas sanitarias y solo se saca el barbijo “para hablar públicamente”.
Aunque luego agregó otra excepción: “Muchas veces cuando me piden una foto me bajo el barbijo, me suena muy antipático no hacerlo”. “Si yo le pidiera una foto a Bob Dylan no me gustaría que salga con la mitad de la cara tapada”, agregó en broma.
No obstante, señaló que como cualquier otra persona él también se equivoca y remarcó que eso no invalida las recomendaciones que hace el gobierno nacional.
“Si Alberto se equivoca, eso no desestima nada. Si Alberto se bajó el barbijo, está mal. Y si se sacó una selfie, no hay que seguir el ejemplo de Alberto”, argumentó.
Aunque también intentó bajarle el tono a la polémica alegando que a la hora de analizar las selfies muchas veces la forma en que se proyecta la distancia es engañosa. “Están a más de un metro de distancia”, dijo.
También reveló que en todas sus apariciones públicas hay un miembro de su equipo que está permanentemente rociándolo con alcohol.
Al igual que viene haciendo en sus frecuentes apariciones públicas, Alberto Fernández defendió la cuarentena y destacó que la mayor parte del país “está evolucionando bien”. “El problema es que nosotros tenemos una mirada muy porteña”, dijo en relación la difícil situación en el AMBA.
En ese sentido, les recomendó a los críticos del aislamiento que “vean lo que está pasando en Necochea, donde convirtieron un baby shower en un foco de contagio” en una ciudad que “parecía que estaba libre de riesgo”.
“Se habla con irresponsabilidad. ¿Sienten que con 60 días alcanza? Vayan y pregunten en Necochea si 60 días alcanza”, desafió.
También les respondió a quienes aseguran que se enamoró del aislamiento obligatorio: “¿Realmente creen que el sueño que yo tuve es una Argentina paralizada por la cuarentena? Mi sueño es un país que trabaja y que crece”.
Por otro lado, explicó que la política de aislar barrios de emergencia también busca preservar la vida de sus residentes, ya que “permite detectar quiénes están infectados y darles la atención que corresponde”.
“Eso que algunos irresponsablemente llaman guetos es un sistema de control de las personas que viven en esos barrios”, dijo en alusión a los cuestionamientos de Daniel Menéndez, funcionario y dirigente de Barrios de Pie.
Finalmente, sobre el cierre de la entrevista le preguntaron si haber elogiado al sindicalista Hugo Moyano también había sido un error. El Presidente comenzó por aclarar que le da mucho valor a la palabra y que cuando dice algo es porque lo piensa.
Entonces recordó que cuando llegó al gobierno en 2003 como jefe de Gabinete de Néstor Kirchner “alguien que ayudó mucho a salir de la crisis fue Hugo Moyano”. Y agregó: “Yo sería muy ingrato si no lo dijera”.
Además, recordó una anécdota de aquellos años. Según dijo, una vez le tocó reemplazar al ministro de Trabajo Carlos Tomada durante una negociación paritaria de los camioneros. “Nunca vi a un sindicalista exigirle tanto a un empresario. Pero ese es el rol del sindicalismo”, dijo Fernández, que también reconoció que se trata de un “hombre polémico”.
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