Mientras espera la llegada de su sexto hijo, el intendente de General Pueyrredon, Guillermo Montenegro, se encuentra dando una batalla sin tregua frente al COVID-19. Su grado de compromiso es tal que, cada día se ocupa de llamar personalmente a las instituciones médicas para conocer y seguir la evolución de los tres pacientes infectados que se encuentran internados en Mar del Plata.
Pero Montenegro no sólo se ocupa de la salud, también se involucró fuertemente en la reapertura de la mayoría de los comercios de Mar del Plata -ciudad cabecera del Partido de General Pueyrredon- a quienes les exige un estricto cumplimiento del protocolo. Busca reactivar la economía lo más pronto posible, pero respetando las medidas sanitarias para que los casos no aumenten y puedan continuar con el desescalamiento gradual.
Montenegro asegura que recibió una buena predisposición desde el principio de la cuarentena y que sus ciudadanos entendieron la importancia de seguir a rajatabla los protocolos y las medidas de prevención.
Desde el 10 de marzo, 1195 personas fueron estudiadas por COVID-19, de las cuales 1149 fueron desestimadas, 10 continúan en estudio y 36 fueron confirmadas. De las personas tratadas, 28 están recuperadas de la infección, 2 fallecieron y 6 están en tratamiento.
-¿En qué momento empezó a darse cuenta de la gravedad que podía tener el coronavirus en nuestro país?
La primera persona que tomó el tema con mucha seriedad fue nuestra secretaria de Salud, Viviana Bernabei. En enero, nos empezó a hablar del coronavirus y nos dijo de iniciar la compra de insumos. Todos nos miramos, porque creíamos que era una enfermedad de China y que se veía como algo muy lejano. Pero ella estaba convencida de que iba a llegar a nuestro país, así que empezamos con todos los trámites de compras para estar preparados. En febrero, empecé a ver una situación más compleja en el mundo e iba viendo cómo el virus se iba moviendo por los países. Para fines de febrero, ya estábamos muy alerta. El 10 de marzo nos cayó la ficha porque llegó el primer enfermo de coronavirus a Mar del Plata. En esa semana, se detectaron los primeros casos de COVID-19 en la Argentina.
Ese primer enfermo en nuestra ciudad había venido de España y, apenas llegó, un amigo lo llevó directamente a la Clínica 25 de Mayo. Ahí, empezamos a trabajar para atrás en la investigación epidemiológica de los casos, como aquellas personas que estaban en el colectivo en el que llegó a la ciudad, el chofer, etc. Tuvimos que aislarlos e hisoparlos.
Todos los primeros casos tenían un claro nexo importado. Por eso, a todos los que llegaban, les empezamos a hacer un seguimiento y pedíamos los listados en Migraciones. Eso nos permitió testear a mucha gente y actuar rápido. Hicimos infinidad de testeos en las clínicas privadas y en los hospitales públicos. Incluso, tuvimos aislados a 60 profesionales de la salud para hacer toda la investigación epidemiológica.
Me ocupo mucho de las personas que están enfermas. Ahora tenemos a tres pacientes internados y cada noche llamo a las tres clínicas para que los infectólogos me den el parte.
Mar del Plata está cerrada desde las doce de la noche hasta las seis de la mañana para vehículos particulares y solamente pueden pasar vehículos de carga de gran porte, de salud o de seguridad. Hay un promedio de entre 120 y 140 autos particulares a quienes se les rechaza el ingreso a la ciudad, con lo cual, es increíble que quieran seguir viniendo.
-Después de tanto esfuerzo y empeño que Ud pone contra esta lucha, ¿qué le genera enterarse y ver que hay personas que no cumplen la cuarentena, ni respetan las medidas de precaución?
Me pasa lo mismo que le pasa por la cabeza a todos los marplatenses. Realmente, toda la ciudad se puso al hombro el problema y fue muy respetuosa con el distanciamiento social, la higiene y el uso de tapabocas. Los primeros 30 días, la ciudad estaba desierta. Después, y por la buena situación sanitaria que tenía General Pueyrredón, se empezó a generar algún tipo de movimiento en la ciudad con los permisos pertinentes.
Hoy, podemos seguir pidiendo que nos habiliten actividades por el esfuerzo en cumplir que hizo la ciudad. De hecho, si vas a un comercio y no tenés el tapabocas, no te atienden. Si no mantenés la distancia social te lo hacen ver. Si estás comiendo en la calle, te lo marcan. Siempre digo que el gran secreto es cómo la sociedad ayuda y es solidaria con el otro. Hubo un gran ejemplo de solidaridad en los comerciantes, en cómo trabajan todos los días y en cómo se esfuerzan. Todos los centros comerciales se pusieron de acuerdo, todos presentaron protocolos y los cumplen, se mandan mensajes entre ellos para estar conectados y hacen un horario reducido estricto de 11 a 17.
Tuve mucha colaboración del gobierno provincial y del nacional para las aprobaciones de las distintas actividades y en el mantenimiento de retenes por medio del ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Una gran parte de mi población es de adultos mayores, con lo cual, hay personas de riesgo y nos ponemos más exigentes para poder cuidarlos. Hubo una muy buena reacción de la ciudad y, también, tuvimos el acompañamiento de los distintos sectores políticos. Siempre digo que el virus no distingue de grietas, hemos trabajado todos de manera mancomunada: el municipio, la provincia y la Nación. Mi trabajo siempre estuvo acompañado por los otros dos niveles.
-Siente que ante esta situación, ¿la grieta se cerró?
En lo particular, tengo que decir que sí. Esa discusión quedará para otro momento. Ahora, mi única preocupación no es solamente la salud y la vida de todos los marplatenses y los habitantes de General Pueyrredon, sino también, empezar a generar esta reactivación económica tan necesaria. Todavía no empezamos con la parte recreativa, ni con la deportiva, porque entendíamos que era clave mantener la evaluación sanitaria correcta para poder seguir trabajando en la reapertura de otras actividades. A pesar de que aún no tenemos autorizadas las salidas recreativas, los chicos pueden salir con uno de sus padres a hacer una compra pero en un local barrial.
Le pedimos al turismo que no venga: Jamás imaginé en mi vida que un intendente de Mar del Plata les iba tener que pedir a los argentinos que no vengan. Hablé con el ministro de Turismo de la Nación y desalentó la venida de turismo. Con el ministro de Transporte de Nación, terminamos suspendiendo vuelos, colectivos y trenes a Mar del Plata desde todo el país. Lo anuncié para que la gente no viniera y teníamos todo 100 % reservado. Estoy hablando del fin de semana del 20 al 24 de marzo.
A nosotros la cuarentena nos permitió varias cosas, como ordenar el sistema de salud, empezar a convivir con los distintos protocolos que nos cambiaron la vida, porque nos saludamos distinto, no compartís más el mate, no te das un abrazo, no compartís un asado con amigos, no vas al club ni a la cancha.
Nos cambió la vida a todos y, en el mientras tanto, nos tenemos que acostumbrar a los nuevos protocolos para poder empezar a trabajar muy fuerte en la reactivación económica de la ciudad. Si eso sigue así de bien y todo el parámetro sanitario lo permite, vamos a seguir avanzando -con la aprobación de la provincia y de la Nación- en salidas recreativas y deportivas.
Después, veremos la reactivación de otros rubros que hoy estamos solamente evaluando sus protocolos, como en el caso de los gimnasios, de la gastronomía y de la hotelería.
-¿Cómo imagina la temporada de invierno y la de verano, ya que Mar del Plata es una ciudad turística y la segunda urbe más importante del país en esa actividad, detrás de Buenos Aires?
No creo que en las vacaciones de invierno haya ninguna modificación de la situación actual. Además, una vez que termine la cuarentena, la gente va a andar con miedo y no sé si va a querer venir a Mar del Plata a comer, por ejemplo. Lo mismo le va a pasar a un marplatense, tal vez tenga ganas de ir a un restaurante pero puede que tenga temor. Tendremos que hacer un protocolo para que se usen la mitad de las mesas o que las pongan en la vereda.
Vamos a tener que ponernos creativos para recibir al turismo. Creo que tenemos una oportunidad en el verano. Estoy convencido que ahí va a estar todo terminado, y con el valor agregado de que llegar a esta ciudad es muy fácil, ya que no hace falta tomarte un avión.
Tenemos que ver los distintos controles que vamos a generar dentro de las distintas áreas de recreación, pero espero que para ese momento todo haya terminado. Estamos trabajando con todos los sectores para ver cómo invitamos a que vengan a la ciudad. El turismo en el mundo es una de las industrias más afectadas. Hay que empezar a buscar cuáles son las soluciones que implementaron otros países, que ya están saliendo del COVID-19.
Seguramente, hagamos peatonales a algunas calles para que los restaurantes y bares puedan poner mesas en las veredas con las distancias pertinentes. Vamos a tener que ponernos muy creativos para dar respuesta a la necesidades que van a tener los nuevos protocolos de actuación, en todo lo que tiene que ver con gastronomía y entretenimiento.
-¿Cómo es la situación de las tiendas de ropa y de los restaurantes?
Las tiendas están abiertas con la modalidad de que llamás, encargás y buscás la ropa por el local. Los restaurantes están cerrados pero se puede pedir comida por teléfono y pasar a buscarla, o usar el servicio de delivery. El resto de los locales funcionan con la modalidad de encargar y llevar. Los probadores de ropa están clausurados. Hay un protocolo de devolución de las prendas, que tienen que estar a una temperatura específica o colgada durante 48 horas en un lugar donde quede cuarentenada, para después poder volverse a poner a la venta.
¿Qué protocolo tiene pensado implementar cuando se puedan reabrir las playas?
Tenemos que analizar específicamente el caso de las playas porque hay que ver el tema del distanciamiento, tal vez poner menos carpas, más espacios libres... Lo vamos pensando permanentemente, incluso con las unidades que todavía no están adjudicadas, para hacer playas mucho más amplias. Tenemos más de 40 kilómetros de costa, eso nos hace poder dar una mejor respuesta.
Si bien, uno está acostumbrado a ver cuatro o cinco playas donde hay mucha gente, contamos con una gran variedad, donde la oferta se puede dividir entre el norte, el sur y el centro con bastantes posibilidades, de acuerdo a los gustos: el que le gusta la playa con más o menos olas, viento, arena, etc. Creo que ese tipo de ofertas las podemos hacer. Obviamente, que vamos a ir esperando las recomendaciones de quienes ya abrieron y de ahí empezar a copiar, mientras seguimos trabajando con los infectólogos y epidemiólogos. Es clave tener presente que uno tiene la responsabilidad de seguir cuidando la salud y la vida de la gente.
-Hay una eterna discusión entre quienes priorizan la salud por encima de la economía y viceversa. ¿Cómo se logra un equilibrio entre ambas?
A mí me parece que es un falso dilema. La situación sanitaria te permite trabajar con distintas aperturas que, obviamente que si el sistema de salud no te lo permite, vas a tener que cerrar. Esto tiene que ver con la situación sanitaria, con la cantidad de camas y de casos, con la curva de crecimiento, de duplicación y de repetición. Me parece que uno tiene que ser sumamente cuidadoso. Hoy, a nosotros, la situación sanitaria de nuestra ciudad nos permite la apertura de distintas actividades. Salvo gastronomía, gimnasios y eventos masivos, todo lo demás está abierto en nuestra ciudad. Con mucho respeto, con horarios reducidos y que eviten la aglomeración de gente, con tapabocas, distanciamiento social, el uso de alcohol en gel y de lavandina.
Insisto en que es un falso dilema, porque si el virus entra fuerte, la economía se cae. Si tenés 10 contagiados en una fábrica, la tenés que cerrar. Entonces, lo más importante es el cuidado de la salud para que la economía no se caiga. La clave pasa por ahí.
-¿Qué mensaje le gustaría dejarle a los argentinos que quieren ir a Mar del Plata en plena cuarentena y a los marplatenses, que están colaborando tanto con el cumplimiento de las medidas de prevención y los protocolos?
A los argentinos les pido que nos esperen, que vengan después, cuando se pueda venir. Los vamos a estar esperando, pero en este momento mi preocupación más importante es el cuidado de la salud de nuestra gente. Hoy tengo que ser sumamente cuidadoso, no solamente de la salud, sino de lo que hemos logrado con las aperturas de los distintos rubros en la ciudad y que tiene que ver con este esfuerzo que hicimos los marplatenses de respetar todo a rajatabla.
Eso también se lo agradezco a los marplatenses, porque no son decisiones del Gobierno: por más que yo diga una cosa, si la gente no la cumple, no la cumple. Estoy orgulloso de mi ciudad: me llena de orgullo que seamos tan respetuosos y responsables de la situación que estamos viviendo.
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