Mark Kent: “Lo importante es que todos los países tengan acceso a la vacuna contra el COVID-19”

En una entrevista con Infobae, el embajador británico repasó las etapas que atravesó su país frente la pandemia, analizó la situación actual y resaltó la importancia de un trabajo solidario entre todos los países para vencer al coronavirus: “Sin vacuna, va a ser difícil regresar a la vida de antes”, expresó

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El embajador británico, Mark Kent
El embajador británico, Mark Kent (Foto: Nicolás Stulberg)

La pandemia llegó para cambiar, al menos un poco y por un tiempo indefinido, la vida de todos. Mientras el embajador británico, Mark Kent, se preparaba para disfrutar de sus vacaciones junto a su mujer Martine y una pareja de amigos británicos que acababan de llegar a nuestro país por primera vez para iniciar el viaje juntos, el coronavirus cambió sus planes por completo. Las vacaciones nunca empezaron y el embajador tuvo que volver a su trabajo para ocuparse de la repatriación de los más de 400 británicos varados en nuestro país, incluso de la de sus dos amigos.

En una entrevista telefónica con Infobae, el embajador británico Mark Kent contó cómo la pandemia cambió su rutina diaria, hizo hincapié en la importancia de la solidaridad entre los países para poder vencer al COVID-19 y aseguró que -a pesar de todo- se pueden sacar varios aspectos positivos de una situación tan caótica.

-¿Cómo la pandemia está cambiando su vida diaria?

He tenido que adaptarme muchísimo a la nueva realidad, al igual que muchos otros embajadores. Nuestro trabajo tradicional es hacer contactos, tener reuniones, dar recepciones... siempre hay un contacto personal. Por lo general, los diplomáticos somos bastante extrovertidos y este virus ha cambiado el contacto directo humano.

Hemos tenido que adaptarnos a esta nueva realidad, que es más bien virtual. Incluso, el tipo de trabajo ha cambiado. Con la llegada del coronavirus, nuestro enfoque fue ayudar a los turistas varados en la Argentina. Todos los que trabajamos en la embajada estuvimos comprometidos con ese tema durante 2 meses y los 7 días de la semana.

Tuvimos que encontrar a los turistas británicos y, después, ver cómo los podíamos llevar de regreso a casa. Muchos se fueron en aviones regulares comerciales, pero después esa posibilidad ya no estaba. Así que el Gobierno británico arregló dos vuelos especiales para llevarlos hasta el Reino Unido.

El primer desafío fue saber cuántos turistas varados había aquí, porque no teníamos un sistema de registro. Utilizamos las redes sociales y los medios de comunicación con el fin de encontrarlos para poder llevarlos a casa. Llegamos hasta unos 350 turistas, después, tuvimos que localizarlos y ver cómo íbamos a llevarlos a casa.

Esto fue bastante complejo, porque la gente tiene situaciones diferentes, y están buscando cuáles son las opciones: si es mejor quedarse aquí o regresar a casa. A veces, cambian de opinión y eso es normal. Tuvimos ese diálogo regular, vía telefónica y electrónica, con los británicos varados en este país. La gran mayoría ya se ha ido. Repatriamos a más de 400 ciudadanos británicos y a sus familiares directos.

-¿En qué momento empezó a advertir la gravedad de la situación?

En enero y febrero, mirábamos las noticias y empezábamos a observar como institución cuáles serían los efectos, que después se aceleraron. En marzo todo fue muy rápido. Estaba por salir de vacaciones con unos amigos, que habían llegado del Reino Unido, y era la primera vez que estaban en la Argentina. Dos días después que llegaron, empezó la cuarentena. Entonces, tuve un desafío personal para ver cómo repatriar también a mis amigos, que ya están de vuelta en mi país.

-¿Cuáles fueron las primeras medidas que se tomaron en el Reino Unido?

En el inicio, hubo una fase de preparación para ver dónde estaba el virus y para explicarle a la gente sobre precauciones básicas, como la importancia de lavarse las manos durante veinte segundos y el distanciamiento social para impedir el contagio.

Cuando llegamos a un cierto nivel, fue el momento de imponer la cuarentena, que fue muy parecida a la de la Argentina pero con algunas diferencias, por ejemplo, con la posibilidad de hacer deporte una vez al día.

A partir del 8 de junio, implementaremos un período de cuarentena de 14 días para cualquier persona que llega al país, lo mismo que se hace en la Argentina. Ya que pasamos el pico de infecciones y está bajando el número de casos y de fallecidos, la idea es relajar la cuarentena poco a poco, pero tomar medidas para no tener una ola de personas que lleguen del exterior.

-¿Temen un rebrote del virus?

Todos los días estamos aprendiendo sobre el virus, y todavía no sabemos si vamos a tener o no rebrotes. Por lo menos, en los próximos meses, la vida no puede seguir como antes, porque tenemos que tener mucho cuidado con los rebrotes, sino vamos a tener que volver a imponer una cuarentena bastante rígida.

La cuarentena es un sacrificio muy grande y requiere de solidaridad en la sociedad. Hay que sacrificarse para protegerse entre todos.

En todos los países hemos visto el fenómeno de la gente que quiere salir y no desea estar más en su casa. Es difícil, pero es una medida necesaria para luchar contra la pandemia.

-¿Qué novedades tiene sobre el desarrollo de la vacuna en su país?

Creemos que sin vacuna va a ser difícil regresar a la vida de antes. Estamos donando 1000 millones de dólares para su desarrollo. Las vacunas son muy importantes, no solo para el coronavirus, sino para otras enfermedades. Si la gente no está recibiendo las atenciones de salud, hay riesgo que haya brotes de otros virus, como la malaria, el dengue, etc. Entonces, tenemos que continuar con todo esto.

Lo importante es que todos los países tengan acceso a la vacuna. No podemos ser nacionalistas y que sea solo para el Reino Unido, porque vamos a estar recibiendo más infecciones de afuera. Lo importante es que tengamos una estrategia coordinada internacionalmente. El papel de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es muy importante en esto, para que una vez que tengamos la vacuna, sea accesible a todos los países.

-¿Qué sucede con los testeos en su país?

Vemos varias estrategias en diferentes países y es verdad que el testeo es importante. Al inicio, no estábamos haciendo los suficientes. Hemos acelerado el proceso para hacer que todos los profesionales de la salud lo hagan y este programa va a continuar expandiéndose.

Con cautela y paulatinamente, para
Con cautela y paulatinamente, para evitar un posible rebrote, los británicos vuelven a la normalidad manteniendo el distanciamiento social REUTERS/John Sibley

-¿Qué es lo positivo que se puede sacar de esta situación?

Creo que hay posibilidades de sacar cosas positivas de la pandemia. Hemos visto niveles de colaboración internacional entre gobiernos y científicos, hemos visto mucha solidaridad y una integración como seres humanos, sin importar la política, los puntos de vista... Este es un peligro para todos, porque somos seres humanos. Es algo que hace pensar a la gente: hay más cosas que nos unen que las que nos dividen. Hace pensar que no tenemos que ser tan materialistas: la vida es la vida.

Además, hay un fenómeno que hemos visto y que está relacionado con el tiempo en nuestra actitud como sociedad y como seres naturales. Hasta la pandemia, todo fue siempre muy rápido, con las redes sociales, la tecnología... Todo era inmediato y no nos deteníamos tanto a pensar. Ahora, con el coronavirus, las cosas han cambiado. Tenemos mucho más tiempo para pensar, para hacer otras cosas, incluso, para pensar cómo van a ser estos virus en el futuro. Antes era imposible pensar en quedarse en casa, ahora nos damos cuenta que sí se puede.

Otra cosa positiva es que podemos repensar nuestras economías. El desafío grande es el cambio climático. En 2021, tenemos organizada la Cumbre de la Conferencia para el Cambio Climático. Tenemos que repensar cómo vamos a hacer para que nuestras economías utilicen menos carbono: los medios de transporte ecológicos y que la gente use más bicicletas, menos carbono para producir electricidad, más energía renovable, buscar medios de financiamiento, etc. La pandemia nos da la posibilidad de pensar en todo esto.

Otro punto es que, con el confinamiento y la cuarentena, vemos salir a la naturaleza a las calles, vemos más animales y menos contaminación. Esta situación, puede hacer que la gente piense su estilo de vida.

-¿Cómo es el proceso de desescalamiento en su país?

Está reabriéndose de a poco, muy gradualmente. También depende de la región, como Escocia, Irlanda del Norte, Gales... Las regiones están coordinándose pero con diferencias. Por ejemplo, ir al pub a tomar cerveza es parte de nuestras costumbres y se están reabriendo pero solo en la modalidad “take away”, es decir, para llevar a casa. Lo importante sigue siendo el distanciamiento social, ya la gente no puede reunirse en grandes grupos: normalmente, solo una o dos personas respetando la distancia de dos metros. También, hay que seguir con el cuidado de lavarse las manos con frecuencia.

-¿Qué opina sobre las teorías conspirativas en las que creen muchas personas?

Las he visto en las redes sociales. Creo que es un fenómeno común cuando hay momentos de crisis y la gente tiene mucha inseguridad y miedo. Para todos, esta es una situación muy difícil de entender y la gente quiere una explicación. Entonces, surgen muchas teorías que no son correctas. En este momento, es un desafío enfocarse en la ciencia y en los hechos: siempre hay que buscar las noticias auténticas. Por eso, el papel de los medios de comunicación sigue siendo muy importante en este aspecto.

-¿Cuáles fueron las medidas económicas que se tomaron en su país para paliar los efectos de la pandemia?

El Gobierno tuvo que implementar un programa masivo de ayuda económica tanto para las empresas, como para los individuos. Se garantizó un salario mínimo para aquellas personas que fueron suspendidas en sus trabajos o que perdieron su empleo. Esa fue una gran inversión en un momento en que en mi país, al igual que muchos otros países, la economía había bajado muchísimo. Después del coronavirus, vamos a tener desafíos económicos en todos los países. Esa es otra de las razones por las cuales tenemos que repensar nuestros modelos financieros y los sistemas económicos.

Para todos, esta pandemia va a ser un gran impacto y vamos a tener que ver cómo enfrentarla. Creo que vamos a necesitar la colaboración internacional para poder abrir los mercados, para que las cadenas de valor agregado pueden seguir funcionando, y para que el comercio y la inversión mundial puedan retomar su camino.

El embajador británico, Mark Kent
El embajador británico, Mark Kent (Foto: Gustavo Gavotti)

-¿Cómo se logra un equilibrio entre salud y economía, sin que una afecte a la otra?

Hay que buscar el equilibrio entre lo económico y lo social, y también, hay riesgos para la salud en la cuarentena. En mi país, he visto a menos gente ir al hospital o a los médicos por temor al virus. Entonces, vemos un crecimiento de otras enfermedades, por ejemplo, de ataques cardíacos que podrían haberse prevenido con una consulta a tiempo. Entonces, hay que ver los factores y tener una estrategia de salida gradual del coronavirus, retomando las actividades económicas.

-¿Cree que la noticia de que el Primer Ministro, Boris Johnson, se había infectado de COVID-19 hizo tomar más conciencia a los británicos de la gravedad de la situación?

A algunas personas sí. Al inicio había muy poca información y hubo quienes dijeron que se trataba solo de una gripe, o que la tasa de infección era más baja o que estaba enfocado solo en algunos sectores de la población. Pero después, el contagio fue creciendo en muchos países y los médicos tuvieron más información del coronavirus.

Ante una amenaza como la de este virus, la gente se da cuenta que no importa de quién se trate: un médico, un chofer de taxi... Todos podemos contagiarnos. La gente se dio cuenta que, si un Primer Ministro se contagió, es porque cualquier persona está expuesta a infectarse. Este virus nos toca a todos por igual como seres humanos. Por supuesto que hay más personas que están más expuestas que los demás, por eso, es un momento de solidaridad en la sociedad, para ver qué podemos hacer para protegerlas.

-Su país fue muy castigado por este virus, ¿qué estrategias implementaron para bajar la cantidad de contagios?

La historia de los números es algo compleja porque, comparado entre varios países, no siempre es sencillo y hay varias maneras de compilar los números. En algunos países se está testeando más, y en otros menos, pero nosotros hemos tenido números bastante altos y vimos el desarrollo de la pandemia más que en otros países de Europa. Hemos visto un crecimiento y después, gradualmente, una caída. En este momento estamos en caída y con el famoso número R.

El desafío es que cada persona que tiene coronavirus contagie a menos de una persona, así los números van a seguir bajando.

-¿Están desarrollando acciones bilaterales con la Argentina?

Sí, hay acciones bilaterales. Queremos ver qué podemos hacer en colaboración científica y en el trabajo para lograr la vacuna. El 4 de junio tenemos una Cumbre internacional sobre la vacuna y estamos invitando a participar a varios países, incluso a la Argentina. También, estamos hablando con este país sobre el cambio climático, que es un tema muy importante en paralelo con el coronavirus.

-¿Qué temor maneja a nivel personal, con su familia en el Reino Unido?

Un tema que nos estamos tomando muy en serio en el Reino Unido es la salud mental. Es muy importante en un momento como este, con tanta incertidumbre. En mi caso, mi familia está muy lejos: no hay vuelos, no hay posibilidad de regresar. Mi madre se cayó y se fracturó la pierna. Ahora está en el hospital. Estoy hablando con ella por teléfono. Entonces, este tipo de cosas te hacen pensar en tu profesión, que es trabajar en el exterior.

-Las secuelas que esta pandemia va a dejar también en la salud mental van a ser muy severas

Justamente por eso, acordamos en nuestra Cancillería llevar a cabo la Semana de la Salud Mental. Hay que tomar conciencia de lo que está pasando: todos vamos a pasar momentos buenos y otros menos buenos, donde tenemos preocupación, miedo y angustia. Estar todo el tiempo en casa es un poco raro. Tenemos que ser muy conscientes del desafío de la salud mental, estoy completamente de acuerdo.

-¿Cómo imagina la vida post pandemia?

Ojalá sea un cambio gradual. No sé si vamos a poder regresar a la vida que tuvimos antes. Vamos a tener que respetar el distanciamiento social y tener en cuenta los cuidados básicos para detener el virus. Poco a poco, podemos ir abriendo y volviendo a las actividades de antes, pero va a ser algo muy gradual. Eso es lo que me dicen todos los especialistas, que si la cuarentena se abre demasiado rápido corremos el peligro de un rebrote.

-¿Qué reflexión personal hace y qué mensaje le gustaría dejarle a los argentinos?

Es un momento para la solidaridad entre las sociedades y entre los países, sólo así podemos vencer este nuevo desafío. Creo que hay que mostrar empatía y responsabilidad. Me gustaría agradecerles a los argentinos por todo el apoyo que nos prestaron para ayudar a nuestros ciudadanos a regresar a casa y cuidarlos.

Quiero destacar la respuesta de los argentinos frente al coronavirus, que ha sido muy ejemplar. Quiero que todos se cuiden mucho y que cuiden a sus familias.

-¿Qué siente cuando ve a aquellas personas que no cumplen con los recaudos para prevenir el contagio, que salen a la calle en grupo, que incumplen el distanciamiento social, que hacen reuniones en sus casas...?

Esto lo hemos visto en todos los países. Al inicio, la gente no sabía mucho sobre este virus y algunos dijeron que era solo una enfermedad de ancianos. Después, hemos ido aprendiendo y sabiendo que puede ser un peligro para cualquier persona. Hemos visto que los jóvenes también han sufrido con este virus. No lo sabemos, es algo invisible y todos podemos contagiarnos. Por eso, hay que tener cuidado y ser responsables. Cuando la gente sale en grupo, se pone en peligro el trabajo y la solidaridad de los demás. Hay que seguir pensando en el futuro y en protegernos como sociedad.

-¿Considera que la clave está en la solidaridad entre los países?

Sí, porque por ejemplo, en relación a la ciencia no tiene sentido que todos estemos gastando recursos en lo mismo. Por eso, el papel de la OMS es muy importante para poder lograr una repuesta, compartir las investigaciones, la producción de equipos y de vacunas, y asegurar que todos los países estén haciendo lo mejor posible para protegerse. Hay que tener una estrategia, en la que todos estemos coordinados y compartiendo información. En este momento, la colaboración internacional es muy importante.

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