La Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó el “fuerte liderazgo” del gobierno argentino en la adopción de medidas de contención para enfrentar el COVID-19, aunque remarcó que “ahora es el momento de mantenerse firme, permanecer vigilante y aplicar agresivamente medidas probadas de salud pública” para evitar un pico de contagios masivos del coronavirus que implique una catástrofe en la salud, tal como se está viendo en otros países de América Latina.
“En Argentina, específicamente, lo importante es seguir trabajando fuertemente en las medidas básicas de salud pública recomendadas por la OPS/OMS para bajar la curva de casos, mientras se vayan levantando las restricciones a lo largo del país y abriendo gradualmente la economía a una nueva normalidad”, explicó a Infobae la representante de la Organización Mundial de la Salud en Buenos Aires, la doctora Maureen Birmingham.
A la vez, esta experta en salud que junto con otros epidemiólogos asesora al presidente Alberto Fernández en estos momentos de pandemia, destacó que en el caso de los países que lograron bajar la curva de casos no se puede suponer que la tendencia a la baja haya ocurrido de manera natural: “Se logró gracias a las fuertes medidas de salud pública que los países implementaron para romper la cadena de transmisión en las comunidades. Esto implica una inversión y escalamiento en la arquitectura de salud pública, es decir el personal e insumos para hacer la detección y aislamiento precoz de casos y el rastreo y cuarentena de contactos”, dijo.
Birmingham, quien representa desde 2015 a la OMS en el país, se graduó en Medicina Veterinaria de la Universidad de Illinois y realizó una Maestría en Salud Pública en la Universidad de Harvard. Desde 2006 trabajó en Bangkok como jefa de una Unidad Regional de la OMS en la prevención y control de enfermedades emergentes y el desarrollo de capacidades básicas en el marco del Reglamento Sanitario Internacional. En 2008, se desempeñó como representante de la OMS en Tailandia y luego estuvo en México para posteriormente venir a la Argentina.
En una entrevista con Infobae Birmingham destacó que las medidas tomadas en la Argentina “ayudaron a aplanar la curva y ganar tiempo para preparar mejor el sistema para hacer frente al aumento en los casos” pero está claro que a su entender “ahora es el momento de mantenerse firme, permanecer vigilante y aplicar agresivamente medidas probadas de salud”.
-¿Cree que los niveles de contagio en Argentina podrán escalar más en los próximos meses?
-Es muy difícil predecir esto con precisión porque depende de la calidad y escala sostenida de las medidas de salud pública implementadas y el compromiso comunitario para hacer su parte. Puede ser que haya disparos de contagios debido a una amplificación súbita del virus en lugares concurridos, pero experiencias en varios países nos demostraron que se puede controlar estos disparos con las medidas de salud pública si son rápidas, exhaustivas y bien hechas. Como sabemos, la situación en América Latina hoy es compleja. Por eso, tal como advirtió la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, ahora es el momento de mantenerse firme, permanecer vigilante y aplicar agresivamente medidas probadas de salud pública. En Argentina, específicamente, lo importante es seguir trabajando fuertemente en las medidas básicas de salud pública recomendadas por la OPS/OMS para bajar la curva de casos, mientras se vayan levantando las restricciones a lo largo del país y abriendo gradualmente la economía a una “nueva normalidad”. Estas medidas son la detección temprana, el aislamiento, el tratamiento de casos junto con un rastreo y cuarentena durante 14 días de contactos de manera muy proactiva y exhaustiva, mientras se mantiene el compromiso comunitario para hacer su parte en cuanto a higiene y distanciamiento físico. Esto es importante en todas las jurisdicciones del país, pero puede ser un gran desafío en poblaciones en situación de vulnerabilidad como las que viven en barrios informales o en centros de asistencia para personas mayores, así como en entornos “cerrados” como las cárceles y hospitales psiquiátricos. En el caso de los países que lograron bajar la curva de casos, no podemos suponer que la tendencia a la baja ha ocurrido de manera natural: se logró gracias a las fuertes medidas de salud pública que los países implementaron para romper la cadena de transmisión en las comunidades. Esto implica una inversión y escalamiento en la arquitectura de salud pública, es decir el personal e insumos para hacer la detección y aislamiento precoz de casos y el rastreo y cuarentena de contactos. Hay que destacar que esta inversión es importante pero muy pequeña en comparación con los enormes costos socioeconómicos de una cuarentena general de la población.
-¿Piensa que se debería flexibilizar más la cuarentena en Argentina?
-Como venimos mencionando, según las recomendaciones de la OMS/OPS, las medidas de control o de restricciones general de la población pueden levantarse de manera controlada y escalonada una vez que se cumple con los seis criterios siguientes: 1) la transmisión está bien controlada; 2) el sistema de salud tiene capacidad para manejar un posible aumento de casos y las medidas de salud pública están bien escaladas para poder detectar, someter a pruebas, aislar y tratar a cada caso y rastrear y poner en cuarentena durante 14 días a cada contacto; 3) los riesgos de brotes en establecimientos de salud se han reducido al mínimo; 4) se han aplicado medidas preventivas en entornos sociales como los lugares de trabajo y las escuelas; 5) los riesgos de importación de casos pueden manejarse; y 6) las comunidades están plenamente informadas, comprometidas y empoderadas para ajustarse a esta “nueva normalidad”. Argentina viene trabajando en estos puntos, pero en el territorio nacional nos encontramos con distintas situaciones según la jurisdicción. Por eso, es importante que, por un lado, el gobierno nacional haga su propia evaluación de riesgo y recomendaciones según el contexto nacional y, por otro lado, cada gobernador e intendente haga sus análisis, ya que son quienes mejor conocen sus realidades, teniendo en cuenta estos puntos. Para evaluar la reactivación de cada actividad, se recomienda evaluar si cumple con los criterios recomendados por la OPS/OMS y realizar una evaluación de riesgos de cada actividad para determinar si el nivel de riesgo a la exposición es bajo, medio o alto, y si las medidas preventivas para mitigar estos riesgos son suficientes para permitir la reactivación. Esto debe realizarse de manera específica para cada entorno de trabajo y cada puesto.
-¿Hay una relación directa entre número de contagios y cantidad de testeos correcta?
-En general, en los países donde las pruebas se han realizado de forma bastante extensa y eficiente, se ha visto que entre el 3 y el 12% de las pruebas son positivas. Esta cifra, en Argentina, está dentro de este rango. Cuando se registra un porcentaje de pruebas positivas aún más pequeño, puede ser que se esté buscando el virus en el lugar equivocado. Y un porcentaje muy alto sugiere que hay una transmisión significativa y puede ser que haya más gente positiva no testeada. La prueba es un sistema detector. Y los países deben tener en cuenta también por cuánto tiempo y cuántas pruebas se tendrán disponibles. Entonces, en función de esa ecuación, deben pensar cómo usar esas pruebas de manera eficaz y eficiente. Eso puede hacer que varíe la tasa de positividad sobre el número de pruebas realizadas. La OPS/OMS está trabajando con cada país para escalonar la capacidad de los laboratorios para la realización adecuada de pruebas. De hecho, apoyamos al Ministerio de Salud de la Nación en conseguir los primeros reactivos y en el proceso que llevó adelante para ampliar la capacidad de los laboratorios e incrementar el número de profesionales con la preparación para hacer las pruebas.
-¿Es posible que los contagios en las villas miseria generen un pico en todo el país?
-Para contener el virus, las principales recomendaciones son las mencionadas anteriormente. Para eso, una buena comunicación y participación comunitaria es absolutamente clave y puede requerir la participación de líderes de opinión locales en quienes la comunidad confía, especialmente aquellas en situaciones de vulnerabilidad, como las personas que viven en barrios informales, comunidades migrantes y poblaciones indígenas. Y puede ser necesario un apoyo específico al contexto para hacer posible que una persona infectada pueda estar aislada o un contacto pueda completar 14 días de cuarentena. Las medidas de protección social para aliviar las dificultades socioeconómicas causadas por la pandemia y sus medidas de contención también son críticas para prevenir la tensión social. Es importante además ser muy prácticos al adaptar las medidas al contexto local. Por ejemplo, la higiene de manos en ciertos entornos puede ser difícil si no hay suficiente disponibilidad de agua. Las autoridades gubernamentales deben abordar esto rápidamente para evitar un mayor contagio. El aislamiento de casos leves también puede ser difícil en entornos superpoblados, pero se puede superar poniendo a disposición espacios cómodos para la atención de las personas infectadas con síntomas leves hasta que ya no sean contagiosas, tales como hemos visto que ha dispuesto el Estado en varias jurisdicciones. Estas medidas de aislamiento de casos y cuarentena de contactos han demostrado tener éxito en otros países para nivelar la curva y luego reducirla, cuando está bien hecho de manera proactiva y exhaustiva.
-¿Cómo son los avances de investigación para contar con una vacuna contra el COVID-19 en estos momentos en el mundo?
-Hay más de 120 vacunas en desarrollo a nivel mundial, incluidas diez en fase clínica, y varias opciones terapéuticas en fase de preevaluación. La OMS está comprometida a asegurar que, a medida que se desarrollen medicinas y vacunas, se distribuyan de manera equitativa a todos los países y las personas. Investigadores de todo el mundo está trabajando con ahínco para acelerar el desarrollo de vacunas y opciones terapéuticas para la COVID-19. La OMS ha establecido varios grupos de trabajo para acelerar diversos aspectos del desarrollo de vacunas. Hubo un llamamiento de 130 científicos, financiadores y fabricantes para acelerar la disponibilidad de una vacuna contra la COVID-19. Junto con diversos actores del ámbito de la salud y asociados mundiales, la OMS presentó el “Acelerador del acceso a las herramientas contra la COVID-19”, una colaboración mundial para acelerar el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a nuevos medios de diagnóstico, opciones terapéuticas y vacunas para la COVID-19.
-¿Cree que la OMS avalará la idea de investigar el origen del virus como piden la Unión Europea y Estados Unidos?
-La OMS viene trabajando con los países y sus socios desde un inicio de la pandemia para conocer más sobre el origen del virus, lo cual es fundamental para la salud pública. Sin conocer el origen del virus, es difícil evitar que esto pase nuevamente. Es un reto que se plantea con todos los agentes patógenos desconocidos, pues la mayoría de estos agentes patógenos proviene de los animales. Los resultados de estos estudios son fundamentales para evitar que el virus que causa la COVID-19 se introduzca nuevamente en la población humana. La OMS aceptó además la recomendación que hizo el 1 de mayo el Comité de Emergencias relacionado con el Reglamento Sanitario Internacional para esta pandemia, integrado por expertos de distintos países, de trabajar para determinar la fuente animal del virus por medio de misiones científicas colaborativas internacionales, organizadas con la Organización Mundial de Sanidad Animal y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
-Por último, ¿cree que argentina está en el buen camino o piensa que falta mejorar para evitar un colapso sanitario?
-El gobierno argentino adoptó un enfoque que involucró a todo el gobierno y toda la sociedad, actuando de manera rápida y decisiva, adaptando en su mayoría las recomendaciones de la OMS/OPS. También tomó lecciones de las experiencias de otros países, sobre lo que funcionó donde el virus se contuvo con éxito y lo que no funcionó, donde explotó sin control. Por lo tanto, estuvo listo para actuar cuando se detectaron los primeros casos importados para aislarlos, testearlos y tratarlos, mientras rastreaban y ponían en cuarentena los contactos. Estas acciones rápidas dentro de las primeras semanas fueron claves para prevenir una escalada descontrolada de casos que pueden abrumar al sistema de salud. Las medidas tomadas ayudaron a aplanar la curva y ganar tiempo para preparar mejor el sistema para hacer frente al aumento en los casos. Las medidas de restricción tomadas por el Gobierno no son decisiones fáciles en ningún país por su gran costo socioeconómico. Lo que es notable en Argentina es el alto compromiso comunitario de la población para cumplir con estas medidas. Creo que esto posiblemente se deba a algunos factores: 1. Fuerte liderazgo al más alto nivel junto con un proceso consultativo con expertos en salud pública, el sector empresarial, los sindicatos, los gobernadores, la oposición política y los líderes de opinión; 2. Implementación rápida de un conjunto de medidas basadas en evidencia pero adaptadas a su propio contexto; 3. Excelente comunicación con mensajes claros y unificados, preparando la población para los próximos pasos y explicando por qué; 4. Aumento en las medidas de protección social para ayudar a la población a hacer frente a los efectos colaterales, especialmente a las personas en situaciones de vulnerabilidad, y 5. Uso de una estrategia adaptativa. Con este último punto quiero decir “aprender sobre la marcha”; de lo que funciona y lo que no funciona en el contexto, aprendiendo desde sus propias experiencias, así como las experiencias de otros países, e implementando iniciativas para hacer frente contra las consecuencias colaterales que surjan de las medidas. De hecho, en el Plan Estratégico de Preparación y Respuesta actualizado de la OMS a COVID-19, se mencionan tres características como factores para el éxito en la contención de COVID-19: velocidad, escala y equidad. Creo que estas características también son parte de la respuesta argentina. Ahora, Argentina está en un periodo crítico de levantamiento escalonado de las restricciones generales para reactivar la economía. Es especialmente crucial en este período la intensificación de la detección y aislamiento de casos y el rastreo y cuarentena durante 14 días de contactos. Estas medidas de salud pública junto con la participación comunitaria con las medidas de higiene y distanciamiento físico son claves para evitar un escenario en el que haya que reponer las restricciones generales. Y son absolutamente clave para eventualmente bajar la curva. Requerirá un escalamiento de la arquitectura de salud pública, incluyendo el personal necesario y su movilización con los insumos adecuados para las actividades de detección, aislamiento, rastreo y cuarentena. Estas medidas de salud pública son dirigidas y muchas más costo-efectivas y sostenibles que las restricciones generales. La experiencia de otros países nos demuestra que estas medidas, si están implementadas de manera proactiva, exhaustiva y sostenible, permitirán una contención sostenida y un retorno a una nueva normalidad y recuperación.
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