La CGT consiguió que el Gobierno diera el primer paso para empezar a discutir el día después de la cuarentena: en un almuerzo que mantuvo la mesa chica de la central obrera con el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, se habló de conformar un “comité pospandemia”, que estará conformado por funcionarios nacionales, empresarios y sindicalistas, para analizar y debatir medidas concretas para reactivar la economía.
“Sin plan económico no hay empleo”, dijeron a coro los sindicalistas al ministro y la viceministra, que, según fuentes de la CGT, habrían coincidido en esa definición para lo que vendrá tras el aislamiento.
El encuentro, anticipado por Infobae, se realizó la Federación de Sanidad y tuvo lugar después de la videollamada que la CGT tuvo con representantes del FMI, en la que los sindicalistas dijeron que coinciden con la intención del gobierno argentino de pagar la deuda, pero descartaron cualquier tipo de ajuste o de reforma laboral. Reivindicaron, además, el “diálogo tripartito” con el Gobierno y los empresarios como herramienta “para defender el empleo y el poder adquisitivo de los salarios”.
Lo más llamativo es que la CGT y el FMI acordaron que el encuentro virtual no debía ser un hecho aislado y ambos se comprometieron a “darle continuidad” al diálogo iniciado.
La mayor expectativa sindical, de todas formas, estaba puesta en el contacto con Moroni y Todesca (estaba previsto que fuera el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, pero debió viajar con Alberto Fernández a Formosa): los funcionarios aceptaron la propuesta de la CGT de comenzar a definir cómo será el día después de la cuarentena mediante la creación de un “comité pospandemia”, idea que surgió en una reunión cegetista que se hizo el 14 de mayo en la sede de la UOCRA.
Allí se hizo primero un repaso de la situación socioeconómica y laboral. La comitiva sindical (los cotitulares cegetistas, Héctor Daer y Carlos Acuña, más Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri, Gerardo Martínez, Antonio Caló, Jorge Sola y Armando Cavalieri) le plantearon a Moroni y Todesca la necesidad de “mejorar” el plan de ayuda estatal para pagar los salarios (denominado Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, ATP), de manera de “agilizar la inscripción de las empresas y el pago” del 50% de los sueldos.
Cuando se planteó la creación de un “comité pospandemia”, los dirigentes gremiales le pidieron a Moroni y Todesca que no se armara “una mesa grande, sino reducida” para asegurar que puedan debatirse medidas concretas para reactivar la economía sin quedarse enredados en discusiones eternas y también propusieron que se haga hincapié en el sector industrial y de servicios, que son dos de los más afectados por la paralización de las actividades por la cuarentena obligatoria.
Según los sindicalistas, durante la reunión también se descartó cualquier reforma de la legislación laboral o del sistema de salud, tal como había trascendido en los últimos días. “La emergencia no es un buen escenario para hacer modificaciones tan profundas”, advirtió uno de los dirigentes.
Todesca comentó a la CGT que en la Jefatura de Gabinete existe un equipo que está trabajando en las alternativas socioeconómicas para salir de la cuarentena y destacó que para un trabajo serio habrá que tener “buenos números y estadísticas” que sirvan de base para la discusión de ideas.
Moroni prometió que mantendrán nuevas reuniones sobre el tema y que elevará al Presidente las conclusiones de lo que habían hablado, pero no brindó precisiones sobre los próximos pasos.
De todas formas, la CGT sigue hablando extraoficialmente con sectores empresariales para avanzar en los temas sobre los que buscarán acuerdos y a la espera de que el Gobierno vuelva a convocarlos para descongelar el comité de crisis que se había constituido o armar el futuro “comité pospandemia”.
Desde Formosa, mientra tanto, Alberto Fernández les dio buenas noticias a los sindicalistas cuando dijo que “el Impuesto a las Ganancias que aportan los que viven de un sueldo está mal y eso hay que corregirlo”. Era uno de los puntos que la CGT quería poner sobre la mesa del diálogo tripartito.
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