Dentro de dos semanas, en la Facultad de Derecho de la UBA iba a exponer el juez brasileño y ex ministro de Justicia de Jair Bolsonaro, Sergio Moro, quien estuvo al frente de la causa conocida como Lava Jato, por la que el ex presidente Lula da Silva fue condenado a prisión. Sin embargo, se canceló luego del repudio expresado por parte de sectores políticos vinculados al kirchnerismo.
Sergio Moro iba a participar de una jornada de “Combate contra la corrupción, democracia y Estado de derecho” por teleconferencia, dada la situación epidemiológica que azota al mundo. Tras la presión que se ejerció contra su participación, los organizadores del evento dieron marcha atrás y decidieron suspender la charla.
La institución que había convocado al magistrado brasileño fue el Centro de Estudios sobre Transparencia y Lucha. La misma está dirigida por Carlos Balbín, ex procurador del Tesoro en el gobierno de Mauricio Macri. En diálogo con Infobae, Balbín destacó que “el objetivo era realizar un ciclo de conferencias con invitados que representaran diferentes voces” y advirtió que tiene una mirada crítica “sobre el juzgamiento de Lula y, en particular, a su participación en el gobierno de Bolsonaro”.
“Justamente por eso creí importante invitarlo en un contexto en el que hubiesen participado 500 profesores en un clima de absoluta libertad, debate y crítica. El eje central es la libertad de expresión”, agregó.
El anuncio de la participación de Moro por parte de la cuenta oficial de la Facultad de Derecho se viralizó rápidamente en las redes, a la par de los comentarios de rechazo contra el ex ministro de Bolsonaro. Muchas de las publicaciones en repudio de su participación hicieron hincapié en el rol que tuvo el juez en la condena de Lula da Silva por la causa Lava Jato.
Quienes comenzaron con la recolección de firmas en contra de su exposición, apuntaron que al haber sido parte del gobierno de Bolsonaro, Moro demostró “su absoluta parcialidad para con quien había juzgado previamente”. Y agregaron que la gestión del actual presidente de Brasil es reconocida “por violentar y atacar los derechos de las minorías étnicas, sexuales, religiosas, los derechos de las mujeres y por fomentar el odio y la discriminación como una herramienta política”.
Desde el gobierno de Alberto Fernández también expresaron su rechazo a la convocatoria que hizo la Facultad de Derecho de la UBA. A través de su cuenta de Twitter, la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, publicó: “Comparto el repudio a esta actividad, en una facultad pública en la que se debe formar para la defensa del Estado de derecho y las garantías constitucionales”.
La funcionaria compartió la publicación de una profesora de la propia Facultad, quien a su vez criticó “que hable de corrupción uno de los personajes más nefastos y oscuros que tiene Brasil hoy". “Y para variar, todos hombres...”, agregó.
El rechazo a Moro tuvo su réplica en varios representantes del Frente de Todos, principalmente del kirchnerismo.
El diputado nacional Rodolfo Tailhade expresó su “repudio absoluto al miserable de Moro”, mientras que Hugo Yasky publicó una foto de la invitación al evento pero editada: “Hola @DerechoUba, te arreglamos el flyer de la charlita con el golpista Sergio Moro”. “Combate contra la democracia y estado de derecho”, se leyó en la publicación.
Por su parte, la legisladora porteña Lucía Cámpora opinó: “Cuando te preguntes por qué el Poder Judicial está como está, acordate que la Facultad de Derecho de la UBA invita a hablar de democracia al golpista Sergio Moro, cara del lawfare latinoamericano. ¿No quieren sumar a Bolsonaro para hablar de medidas sanitarias también?”.
La designada embajadora argentina en Rusia, Alicia Castro, también mostró su “total repudio” a la actividad de la Facultad con el juez “emblema de la corrupción y manipulación de la justicia con fines partidarios o lawfare que provocó, sin pruebas, el juicio y el secuestro electoral de Lula da Silva”. La dirigente kirchnerista agregó que los organizadores no podrían invitar de manera física a Moro: “Nunca se animarían a hacerlo presencial”.
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