El presidente Alberto Fernández se manifestó en contra del Impuesto a las Ganancias que pagan los trabajadores del sector privado en una conferencia de prensa que encabezó en la provincia de Formosa, en donde remarcó la necesidad de avanzar con reformas estructurales una vez que finalice la pandemia por el coronavirus.
“El Impuesto a las Ganancias que aportan los que viven de un sueldo está mal y eso hay que corregirlo. Ya no me importa quién es el culpable. Eso hay que corregirlo y rediseñar un nuevo país", planteó el jefe de Estado en un encuentro con periodistas del que también participó el gobernador local, Gildo Insfrán.
El jefe de Estado aseguró que su Gobierno ya está trabajando en la postpandemia, una etapa donde -dijo- le preocupa más la velocidad con que se construye “un país más justo” que la de la marcha de la economía.
“Cuando veo la recaudación impositiva y se da cuenta de que la mayor parte de la recaudación impositiva son impuestos al consumo que pagan por igual el más pobre y el más rico, digo ‘¡qué injusticia!’. Tenemos la oportunidad de revisar todo porque la economía del mundo se dio vuelta. Está todo dado vuelta. No perdamos la oportunidad de escribir un sistema más justo”, planteó.
Y agregó: “Esto no es perseguir a nadie. Aparecen esas las ideas locas de que nos queremos quedar con las empresas, que queremos castigar a los ricos. No, no, no, lo que queremos es hacer un país más justo. Ha quedado al descubierto que este capitalismo financiero dura diez segundos cuando aparece un virus imperceptible a la vista humana”.
Con esa frase pareció tomar distancia del proyecto de la diputada kirchnerista Fernanda Vallejos, que pidió que el Estado se quede con acciones de las compañías a las que asistió durante la crisis provocada por el coronavirus.
En ese proceso de “revisar todo”, el mandatario incluyó la coparticipación que reciben las provincias y que según argumentó hoy tiene una tendencia centralista. “No perdamos la oportunidad de escribir un sistema más justo, sin perseguir a nadie. Tenemos una gran oportunidad de diseñar un nuevo país más justo, que todos tengan oportunidades”, agregó.
En tanto, el Presidente consideró que “no me gusta vivir en un país donde el poder central determina a quién puede ayudar”, y en ese momento tuvo un desliz cuando se refirió a la administración de Mauricio Macri, aunque rápidamente se corrigió: “Le puede pasar lo que le pasó a Gildo, que le toque un loco… me voy a corregir, le puede pasar a alguien que yo sea un loco y que decida no ayudar a una provincia porque no me gusta el Gobernador. Hay que revisar el sistema de coparticipación".
“En algún momento la provincia de Buenos Aires resignó ocho puntos de la coparticipación y Alfonsín determinó que ese dinero se redistribuyera entre las provincias para evitar la concentración urbana en la provincia de Buenos Aires, pero eso terminó con millones de personas viviendo en el conurbano. Tenemos que revisar todo y terminar con la discrecionalidad del poder central. A muchos les gusta seguir la lógica del centralismo, y yo no estoy feliz viviendo en un país donde hay ciudades que parecen la capital de Bélgica y otros sectores que tienen ingresos como en los lugares más pobres del mundo”, resaltó.
Por otro lado, consultado por la eventual vuelta de las clases, Fernández dijo que es un tema “delicado. Toda la historia de la pandemia empezó con las clases, cuando aparecieron los primeros casos hubo una discusión en el mundo sobre qué hacer con los chicos. Los chicos, si se contagian no tienen riesgo, para ellos es una gripe más, pero para todos los demás sí, los docentes, los padres, los abuelos. Abrir las clases o no lo vemos con cuidado con (el ministro de Educación Nicolás) Trotta”.
“Hay docentes que están cerca de la edad de riesgo o que tienen enfermedades prevalentes. Como somos peronistas, la educación es un tema central. Nicolás está estudiando los casos con los docentes. Hicimos un enorme esfuerzo y las clases virtuales funcionaron bastante bien. El futuro está en la inteligencia, todo lo que hagamos para educar a los nuestros es lo mejor que podemos hacer para el futuro”, afirmó.
Por último, cuando le preguntaron por las acciones de la administración de Insfrán para controlar la pandemia, dijo que “Formosa actuó con una velocidad envidiable, y tuvo la suerte de que no tuvo casos importados, que fue el comienzo del problema. “Cuando vio que no tenía casos importados se puso estricto en el control de accesos a la provincia. A todos nos disgusta ser tan severos con el movimiento que viene de otras provincias, pero es entendible porque a 160 kilómetros tienen un epicentro de coronavirus en Chaco”, resaltó.
En ese sentido, concluyó que "hay tres aspectos muy elogiables de la acción que tomó el gobierno: la primera acompañar la cuarentena aunque no tenían casos; entender que el riesgo existe; y ser muy estricto con el ingreso a la provincia y obligar a cuarentenas a los que vienen de afuera. Todo lo que rodea a Formosa tiene coronavirus. A todos nos irrita y afecta la cuarentena, pero tienen que entender que es por el bien de todos”.
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