Gustavo Béliz es un hombre clave en el gobierno de Alberto Fernández. En lo formal, ocupa la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la Nación Argentina. En los hechos, es un hombre de consulta diaria del Presidente. No suele hacer declaraciones, por eso este texto que publicó en el newsletter “Argentina en foco”, difundido por la Embajada Argentina en Washington D.C., es clave para saber lo que piensa sobre las consecuencias que dejará la pandemia y el futuro de las relaciones de la Argentina y de América Latina con el resto del mundo.
A continuación, el texto completo:
El mundo enfrenta una crisis económica y de salud sin precedentes, cuya magnitud y duración se desconocen. Se trata evidentemente de un problema global que requiere profundizar la coordinación y cooperación internacionales. Para enfrentar las consecuencias de esta pandemia y la reconstrucción de nuestras economías, debemos ser más audaces en las medidas que tomemos.
Todos los países e instituciones financieras internacionales deben unirse y actuar de manera resuelta. Tenemos la oportunidad de replantearnos la economía mediante el desarrollo de nuevas dinámicas de solidaridad. En diciembre de 2019, el Gobierno de los Estados Unidos lanzó una iniciativa conocida como “América Crece / Growth in the Americas” con el objetivo de brindar un nuevo y fuerte apoyo a los proyectos de inversión del sector privado en América Latina para impulsar un futuro crecimiento económico sostenible. De manera casi simultánea, el presidente Alberto Fernández asumió el cargo en Argentina con un mandato claro de volver a crear condiciones sociales y económicas necesarias para una nueva era de prosperidad en una economía golpeada por años de estancamiento. La iniciativa citada fue identificada como prioritaria por el presidente recién nombrado, como lo sigue siendo hoy.
La iniciativa fue en aquel entonces innovadora con respecto a su audaz apoyo a los proyectos de infraestructura en la región. En la actualidad, en vista de la necesidad de la recuperación en el período pospandémico, “América Crece” está llamada a ser una piedra angular para que vuelva a arrancar la economía regional en ese período.
En los últimos cinco años, desde que ocupé un cargo en el Banco Interamericano de Desarrollo, tuve la oportunidad de monitorear de cerca la agenda social y económica en América Latina, y enfocarme en las inversiones tan necesarias en la infraestructura social regional.
Si bien la pandemia está afectando a todo el mundo, afecta sobre todo a los mercados emergentes en América Latina, especialmente en vista del estancamiento del comercio mundial, acceso a la financiación, cambio en la dirección de los flujos de capital y aumento de las vulnerabilidades ocasionadas por la deuda. Este shock no puede ser enfrentado con medidas tradicionales de estímulo por parte de las instituciones financieras internacionales.
Urge hacer más esfuerzos en este sentido. El Grupo del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, organizaciones clave para el desarrollo regional, están llamados a proporcionar un apoyo apropiado a nuestros países para hacer frente a esta repentina recesión económica, mediante el desarrollo de un conjunto completo de herramientas de políticas económicas que suministren liquidez en todo el mundo, promoviendo fondos para mitigar los efectos de la pandemia y su impacto sobre la economía global al crear un ambiente fortalecido para una sólida recuperación a medida que se mitiga la pandemia.
Reconstruir nuestra estructura económica y volver a crear las mejores condiciones posibles para asegurar un crecimiento económico sostenible son elementos prioritarios en la agenda de cada uno de los gobiernos y en este panorama crítico, la iniciativa “América Crece / Growth in the Americas tiene el potencial de jugar un papel clave en la reconstrucción de nuestra región durante el período pospandémico.
La iniciativa citada reconoce y aborda el tema del déficit en las inversiones en infraestructura en nuestros países y su vínculo directo con el crecimiento sostenible; asimismo, resulta oportuna para mostrar el tipo de respuesta necesaria para ayudar a los países en desarrollo en sus esfuerzos por apoyar a los sectores privados nacionales al impulsar la inversión en gran cantidad de proyectos, entre los cuales se encuentran la energía, tecnologías de la información, telecomunicaciones e infraestructura.
El impacto de la Iniciativa en países como la Argentina, junto con el de la Corporación del Fondo de Desarrollo (DFC), revolucionará las herramientas de inversión disponibles y promoverá de manera decisiva la generación de empleo y el crecimiento económico a través de proyectos caracterizados por un gran impacto social y ambiental en el momento preciso en el cual tendremos que hacer frente al impacto de las consecuencias de la pandemia en nuestras economías.
Argentina reconoce el enorme potencial de “América Crece” para diversificar su estructura productiva en la era post-container y en el desarrollo de una prosperidad fundamentada en nuevas tecnologías, inteligencia artificial, seguridad energética e infraestructura nueva. La reducción de la pobreza y el restablecimiento de la confianza requerirán solidaridad internacional y recursos considerables. A través de la iniciativa “América Crece”, Estados Unidos se posiciona una vez más como un socio proactivo para el desarrollo de América Latina, al tiempo que contribuye a reformar nuestra red productiva a través de inversiones de alta calidad en industrias clave como las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial, junto con los muy necesarios proyectos de infraestructura y energía que contribuirían de manera decisiva para poder hacer frente a las amenazas globales.
SEGUÍ LEYENDO: