La semana pasada estuvo en Santiago del Estero y en Tucumán, mañana y el viernes viajará a Misiones y a Formosa. El lunes y el martes cumplió agenda en Casa Rosada, a donde llegó manejando su propio auto. Hoy estará en Zárate, recorriendo una fábrica automotriz. La semana próxima tiene pensado visitar dos provincias patagónicas. Y continuar con su presencia por lo menos dos veces por semana en la sede oficial del Gobierno.
Alberto Fernández empezó a salir de la Residencia de Olivos en un intento por retomar la normalidad, volviendo a Casa Rosada y recorriendo el país, como era su proyecto cuando asumió la Presidencia en diciembre de 2019. No puede hacer alardes de que abre su propia cuarentena en medio de las medidas estrictas que está viviendo el AMBA, pero voceros oficiales confirmaron que se trata de “una decisión que tomó el Presidente de salir del encierro y el confinamiento, para tomar el pulso por sí mismo de lo que está pasando en la calle”.
“No le alcanza a Alberto (Fernández) con lo que le cuentan, está acostumbrado a percibir por sí mismo cómo está viviendo la gente lo que pasa, por eso le gusta manejar su propio auto cada vez que puede, y así fue a Casa Rosada el lunes 25 de mayo y ayer martes 26”, dijeron cerca del Presidente.
Agregaron que “la mayoría de las provincias, además, están dando aperturas de su cuarentena, por lo tanto es parte de su responsabilidad respaldar la nueva etapa con su presencia, buscando retomar la normalidad con los cuidados necesarios, en un camino que será más o menos largo, pero que evidentemente en muchos lugares Argentina ya empezó”.
El ejercicio máximo del Gobierno se había trasladado a Olivos. La Casa Rosada siempre se mantuvo abierta, con la presencia diaria de unos pocos funcionarios que nunca dejaron de asistir, empezando por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero (que fue visto todos los días trabajando en su despacho), la vicejefa Cecilia Todesca y la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra. Solo está habilitado el ingreso desde la puerta que da a la explanada, donde unos pocos empleados testean la temperatura y hacen el control de seguridad.
Una de las actividades industriales que ya se retomó es la automotriz. Por eso la semana pasada el Presidente visitó la planta de Volkswagen en Pacheco y hoy, a las 11, estará recorriendo la planta de Toyota en Zárate, acompañado por el gobernador Axel Kicillof.
Cada apertura encuentra su propio desafío. En este caso, en Escobar, distrito lindero a Zárate, el Municipio se vio forzado a cerrar por 72 horas por un posible contagio de coronavirus a la autopartista Yazaki, proveedora de Toyota. En la intendencia informaron que es solo a los efectos de controlar los protocolos sanitarios y garantizar una desinfección del predio, pero tensó la recorrida presidencial que se concretará hoy.
A Misiones el Presidente llegará el jueves por la tarde, acompañado por el ministro de Salud, Ginés González García, y la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa, en lo que será la “primera visita oficial de Alberto Fernández a la provincia”, según ya informó el gobernador Oscar Herrera Ahuad, quien también anticipó que desde Nación le enviarán más respiradores y otros insumos sanitarios para hacerle frente a la pandemia.
Fernández se quedará a dormir en Misiones y partirá al otro día a Formosa, una de las dos provincias que no tuvo ningún caso de coronavirus, lo que es motivo de un orgullo especial de parte del gobernador Gildo Insfrán, cuyo equipo tomó el hábito de realizar diariamente una larga conferencia de prensa con detalles de la lucha contra la pandemia, sin mayores noticias.
La semana próxima, el Presidente volverá a pasar por lo menos dos días por la Casa Rosada y viajará otros dos días por el interior. Como se adelantó más arriba, el viaje sería por la Patagonia, visitando dos provincias que aún no fueron definidas, lo que hace preveer que para la semana siguiente podría viajar a las provincias del oeste, aunque nada anticiparon sus voceros al respecto.
Lo que sí está claro es que, más allá de enojos y declaraciones, Fernández empezó a explorar el camino de una nueva normalidad en su agenda y lugares de trabajo. “Quedarse en el castillo de Olivos no forma parte de su personalidad”, dijo un funcionario que lo conoce desde muchos años y pasa buena parte del tiempo con él.
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