Unos 800 puestos de trabajo quedaron garantizados luego del acuerdo al que llegaron las empresas concesionarias del Puerto de Buenos Aires y los sindicatos del sector, en el que intervinieron los ministerios de Transporte y de Trabajo, que se aceleró ante el vencimiento de las concesiones de las terminales porteñas, que se produjo el viernes pasado y finalmente se prorrogó por dos años.
“Este fue el primer conflicto laboral concreto que en medio de la pandemia se resolvió a favor de los trabajadores y de la postura de los sindicatos”, destacó a Infobae el titular de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (FEMPINRA), Juan Carlos Schmid.
El acuerdo alcanzado contempla “la preservación de las fuentes de trabajo" y, además, “mantener el statu quo en la distribución de la carga de las diferentes terminales”. Además, la Administración General de Puertos prorrogó las concesiones de las terminales porteñas por dos años más.
El conflicto comenzó por la disputa comercial existente entre Terminales Río de la Plata SA y Terminal 4 SA-APM Terminals, integrante del Grupo Maersk, a la que acusaron de desviar carga a otros puertos para desestabilizar a su competencia. Según Schmid, esta última empresa, “monopólica y de integración vertical, había empezado a derivar la carga hacia otro lugar y así iba a poner en jaque a los 800 mil trabajadores de la terminal más grande del Puerto de Buenos Aires en este momento”.
“Fue clave para solucionar el conflicto la fuerte intervención del Estado, pero, sobre todo, la presión sindical. Estábamos dispuestos a ir a un plan de lucha en plena pandemia”, destacó el dirigente, que lidera también el Sindicato de Dragado y Balizamiento. “Ahora cambió todo el panorama porque no hay que perder de vista que hace un año, durante el anterior gobierno, se hablaba de negocios inmobiliarios con un solo operador, que iban a modificar el paisaje portuario”, agregó.
“El puerto federal será competitivo y alineado con los grandes intereses nacionales –consideró–. El diálogo social es la única manera de que cada parte aporte y descarte la eliminación del otro. Ese instrumento permite compatibilizar intereses, lo que será necesario en el mundo que viene”.
La federación que encabeza Schmid venía advirtiendo desde que asumió el presidente Alberto Fernández la situación inestable de los trabajadores del Puerto de Buenos Aires y había dado un “ultimátum” ante el vencimiento de las concesiones porque, a su juicio, los desvíos de cargas del grupo Maersk hacia otros puertos escondían “la intención de vaciar de funciones a su competidora en Buenos Aires, haciendo uso de su posición dominante en el comercio mundial”.
Schmid dijo que en la reunión de la CGT del jueves pasado compartió la preocupación por los casi 1.800.000 trabajadores del sector privado que están sin tareas, según datos de la central obrera, pero les pidió a sus colegas que "también se siguiera de cerca a los que estamos obligados a trabajar las actividades que están exceptuadas de la cuarentena y que, en muchos casos, están sometidos a la presión de las patronales para modificar las condiciones de trabajo bajo la amenaza de la pandemia”.
Sostuvo que la actividad en el sector marítimo y portuario “es menor porque ya había parálisis en forma previa a la cuarentena, pero se están cumpliendo las tareas", y señaló que en el sector de dragado y balizamiento “se trabaja el doble que antes porque la bajante histórica obliga a ubicar las balizas y las boyas y a poner las trazas todos los días en el corredor fluvial Paraná-Paraguay”.
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