Ante el avance sostenido de los casos de coronavirus en las villas de emergencia, la cúpula de los movimientos sociales se reunirá hoy, a las 18, con autoridades del Ministerio de Desarrollo Social y Salud de la Nación para redoblar la ayuda comunitaria de los barrios más empobrecidos del área metropolitana.
El encuentro se concretará en medio de la conmoción por la muerte de Ramona Medina, vocera de la organización “La Garganta Poderosa” y referente de la Villa 31 que denunció la falta de agua en los barrios de la Ciudad de Buenos Aires. De la cita participarán los dirigentes “cayetanos” de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y Barrios de Pie.
La reunión estaba programada antes del fallecimiento de Medina, un indicador del momento bisagra que atraviesa la pandemia en el país. Desde hace semanas, la curva de contagios de coronavirus en los barrios populares está en franco ascenso, lo que suma tensión a las necesidades sociales y económicas de las familias afectadas.
En concreto, los movimientos sociales reclamarán un refuerzo del programa con voluntarios del programa “El Barrio cuida el Barrio”, principalmente en la Provincia de Buenos Aires. La iniciativa es el nombre oficial a través del cual las organizaciones territoriales, comedores comunitarios y entidades religiosas acercan artículos de primera necesidad a los vecinos de los barrios de emergencia como alimentos, objetos de higiene personal y bidones de agua.
En paralelo, será parte de esa agenda el lanzamiento del DETeCTar en el conurbano bonaerense, que apunta a la detección temprana “casa por casa” de eventuales contagiados de coronavirus en los barrios populares. Esta semana se multiplicarán operativos conjuntos de los ministerios de Desarrollo Social y de Salud y arrancarán en los municipios de Moreno, Merlo, Almirante Brown, San Martín, La Matanza y Lanús. Esos dispositivos incluirán un sistema telefónico de “emergencias villeras” y protocolos para eventuales casos de violencia de género.
“Creemos que ahí hay un potencial. Las organizaciones que están articuladas en la comunidad somos el sostén de las políticas públicas, como la prevención, el cuidado y la implementación de las políticas sanitarias", señaló a Infobae Daniel Menéndez, subsecretario de Políticas de Integración y Formación de la Secretaría de Economía Social de la Nación. "En la mayoría de los barrios tenemos comedores, hacemos concientización y trasladamos a los vecinos a los centros de aislamiento. Hay que redoblar los esfuerzos para que no nos pase lo de la Ciudad de Buenos Aires, que actuó tarde, y evitar que la situación empeore. Estamos a tiempo”, agregó.
Según la visión de Menéndez y otros dirigentes sociales, las tareas de prevención y de cuidado contra la propagación del coronavirus depende de los propios vecinos. La estrategia está en sintonía con la política de aislamiento comunitario que resolvió el Estado nacional al comienzo de la cuarentena obligatoria.
“Los centros comunitarios, clubes de barrio, iglesias o escuelas están siendo la primera línea de contención promoviendo las medidas de seguridad y garantizando el acceso a la alimentación de cientos de miles de personas. En aquellos lugares donde se ha podido articular con los dispositivos locales institucionales, esta acción se potenció”, convocó el dirigente de las agrupaciones Somos y Barrios de Pie.
Las iniciativas que están en consideración en la mesa de trabajo de este lunes es impulsar un “ejército” de promotores comunitarios -que integran los movimientos sociales- y profundizar la colocación de postas sanitarias con elementos de aseo en las zonas periféricas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
“Queremos que se masifiquen los puntos de referencia donde se recojan los artículos de subsistencia e higiene. De esta forma, intentamos evitar que la gente ingrese y salga del barrio”, ejemplificó.
En esa línea, el gobierno porteño colocó desde el lunes unas nueve postas sanitarias de prevención en los barrios 21.24, el Padre Ricciardelli (la ex “1.11.14”) y el Barrio 31 para que los vecinos puedan tomarse la temperatura y evaluar otros síntomas para detectar posibles casos de COVID-19. Los dispositivos funcionarán entre las 8 y las 15.30, en un operativo conjunto con organizaciones barriales y sociales. La novedad llega después de la explosión de contagios en las zonas vulnerables de la Ciudad: son 1201 los contagios en los barrios populares.
Mientras tanto, en el Gobierno nacional busca reforzar su vínculo con los movimientos sociales con una agenda de medidas que apuntan a la contención de la conflictividad social. Las organizaciones más importantes y con cercanía política con el Frente de Todos integran en su mayoría el Gabinete nacional, con funcionarios en áreas específicas del ministerio de Desarrollo Social, que encabeza Daniel Arroyo.
Entre las medidas de contención, el Poder Ejecutivo avanzó en la descentralización de las compras de alimentos -de las que se aprovisionarán las organizaciones comunitarias-, el aumento de la ayuda a los 3.000 comedores y merenderos repartidos en todo el país, la creación de un “Fondo de la Economía Popular” para incentivar la producción a pequeña escala de las cooperativas, junto a planes de viviendas y cesión de tierras.
El ministro Daniel Arroyo coincide que necesita a los referentes territoriales a raíz de su “legitimidad” en los barrios populares. Según su visión, son a ellos a quienes los vecinos “se les abre la puerta” de las viviendas para que ingrese el el Estado. El plan es llevar las acciones preventivas y los dispositivos sanitarios a los 2.200 municipios del país. Los primeros operativos realizados en asentamientos de Quilmes y San Vicente registraron un solo caso positivo, entre más de 10 mil personas controladas.
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