Está de buen humor. Con preocupación moderada sobre lo que sucede en su provincia, donde solo hubo tres contagios de coronavirus -dos de ellos ya fueron dados de alta- y aliviado porque casi dos meses después del comienzo de la cuarentena la economía local está funcionando en un 92%. El gobernador de San Juan, Sergio Uñac, tiene en claro que el mayor problema generado por la pandemia está lejos de la provincia que gestiona.
En una entrevista con Infobae, detalla la situación de las principales actividades económicas locales y deja a la luz que el grado de afectación que tuvo por la pandemia es mucho más bajo que el de otras provincias argentinas. Resalta el crecimiento en el valor de oro y que la minería solo estuvo parada diez días. También advierte que si se produce un pico de contagios inesperado no tendrá inconvenientes en volver hacia atrás e instalar la cuarentena con mayor rigurosidad.
-San Juan arrancó la cuarta etapa de la cuarentena. Tuvieron solo tres casos. ¿En qué situación están esos casos hoy? ¿Esta descartada la circulación viral?
-Dos ya se recuperaron. Una médica que provino de España y le dio positivo. Pudo hacer el aislamiento en su casa. Otra señora que hizo escala en Brasil, pero provenía de Europa, que ya se recuperó e hizo el aislamiento en el hospital. Y el tercer caso fue un transportista de carga que es sanjuanino, se fue a Buenos Aires, se contagió allá, le dieron negativo dos test de COVID-19, le dieron el alta y cuando vino acá lo llevamos al hospital para hacerle todos los estudios y le dio positivo.
-Teniendo en cuenta ese escenario. Esos tres casos. ¿Se podría haber iniciado antes la fase 4 en la provincia?
-Sí. Pero yo estoy con una perfecta correspondencia con el sector privado. Privilegiamos consolidar el estatus sanitario y estar lo más seguros posible de no tener que retroceder. Por ahí nos demoramos una semana más, pero esta fue la primer provincia que estableció la vuelta de la obra privada.
-¿Qué implicancia tiene la obra privada en el sistema económico? ¿Cuánta gente trabaja?
-Son mil obras que están registradas y tienen un promedio de 8.000 trabajadores. Ese número en una provincia grande es muy poco, pero para San Juan es un número muy significativo. Hemos avanzado más rápido. En la provincia se hicieron las primeras pruebas piloto para el regreso de las profesiones liberales. Como concepto general, nuestra idea es estar seguros de que cuando avanzamos no vamos a tener que retroceder de la misma manera y en un plazo determinado.
-¿Entonces considera que estuvo bien el tiempo que se tomó para que la provincia llegue a la cuarta fase de la cuarentena?
-Fue más lento. Las condiciones sanitarias sometían a discusión adelantar los procesos económicos. Puede ser. Ninguno tiene experiencia. Les pregunto a los sanjuaninos que tienen 90 años y a los que tienen 20 años. Ninguno tuvo experiencia en pandemia. Vamos avanzando, mirando lo que se va haciendo en otros lugares del país y del mundo, y pensando en que los pasos siempre deben ser para adelante. Y pensando en que un paso en falso no te tenga que obligar a retroceder.
Si somos inteligentes y capaces, la nueva normalidad en la política debería ser hablar, consensuar y, en algún punto, diferenciarnos
-¿Cómo se gestiona un gobierno provincial con este nivel incertidumbre que genera la pandemia?
-El mecanismo que establecí en San Juan ha sido bastante positivo hasta el momento. Después de la declaración de la pandemia establecimos dos comisiones. Una comisión sanitaria y otra económica. Fuimos estableciendo escenarios y consensuando medidas. Es difícil porque no hay un catálogo de cómo seguir cada una de las cosas que hay que hacer. Conversamos, discutimos y lanzamos medidas. Así llegamos a tener hoy en movimiento el 92% de la actividad económica de la provincia.
-¿En detalle, cómo se reactivó y qué actividades se reactivaron?
-Agricultura y ganadería nunca se paralizó. Hoy estamos con la cosecha de aceitunas. La ganadería, que es incipiente, pero hay varios feedlot acá, tampoco se paralizó. La minería estuvo parada diez días, pero después volvió con un protocolo, tanto la metalífera como la no metalífera. El último lunes volvió la industria y el comercio con protocolos de circulación. Una parte. El comercio aún no volvió con toda la fuerza.
-¿Qué les queda pendiente?
-El turismo. Que eso está paralizado en el mundo. Y que no hay ni siquiera un horizonte de cuándo volverá esta actividad económica que para San Juan, en el último tiempo, con el deporte y la cultura, ha sido muy fuerte.
-Dijo que el 92% de la economía está funcionando. ¿En el peor momento en qué porcentaje estaba?
-Estaba funcionando la obra pública y las industrias que tenían pedidos del sector sanitario. La minería estuvo muy poquito parada. Pasamos de un 20% de la actividad a un 90% en un término de dos semanas. Ha sido muy fuerte el salto. ¿En qué nos hemos basado para tomar esta decisión? En que por ahora no hay virus circulante en la provincia. Los tres casos han sido importados.
-El freno de la actividad económica tuvo su piso durante los primeros 15 días de abril. ¿Cuál es el impacto que puede generarle en el sistema productivo y en la economía provincial ese corto plazo?
-Fuerte. Estamos haciendo elaboraciones. Marzo, por la inercia misma de la actividad, fue un mes en el que se recaudó. En abril se recaudó muy poco. Hemos tenido ingresos estimados en un 30% menos de lo que estaba presupuestado. Y mayo va ser un mes muy complicado. Porque hay un fuerte componente de coparticipación nacional respecto del presupuesto provincial.
El rumbo que se está transitando, en lo sanitario y lo económico, es un rumbo correcto
-¿El golpe más fuerte es por la baja de la coparticipación, la falta de recaudación de los impuestos provinciales o por el parate en la actividad productiva?
-El mayor impacto es la coparticipación nacional. En segundo lugar no es tanto lo que podamos llegar a recaudar, pero es significativo: un 30% de los ingresos son provinciales y un 70% son nacionales. Las actividades económicas en pleno desarrollo genera que la gente no necesite planes de asistencia. El Ministerio de Desarrollo Humano ha repartido, en distintos programas, miles de ayudas alimentarias para que la gente que no tenía trabajo tuviese esa asistencia y pudiesen aguantar este tiempo adentro de la casa.
-¿En el sector vitivinícola y en la olivicultura cómo se trabajó? ¿Cuál es el daño que pueden sufrir en sus propias economías?
-Trabajaron con absoluta normalidad. Han crecido las exportaciones y ha crecido el consumo interno. Agricultura y ganadería, en mi provincia, no van a tener ningún impacto. Tampoco la minería. Porque si bien hay una merma en la producción, hay una suba constante en el precio de los metales preciosos. No así los metales industriales, que han bajado. Los metales preciosos, en especial el oro, que ha pasado en el último tiempo de 1400 dólares la onza a más de 1700 dólares. El pico histórico fue de 1700 dólares. La industria va a tener impacto por el tiempo que ha estado paralizado. Y el comercio es un sector sumamente afectado.
-¿En el caso de la minería, que destacaba el precio del oro, cómo va replicar esa ganancia en el PBI sanjuanino?
-Es muy positivo. Además, por las proyecciones que tiene. Proyecciones donde los precios de los metales, el próximo año, van a tener una suba constante. Ha aumentado la exploración minera que te permite conocer qué proyectos podés explotar en el corto plazo.
-San Juan tiene varios municipios chicos. ¿Cuál es la vida que se lleva en esos lugares en este tiempo de cuarentena y qué pasa en las ciudades más grandes?
-En los municipios más alejados, donde hay una fuerte presencia del sector minero, la vida ha sido relativamente normal. Pero ha impactado igual la cuarentena. Porque el comercio ahí ha estado cerrado. Y la industria, también. Pero a nivel circulación ha sido más fuerte las restricciones en todo el eje urbano, que son cinco municipios que tienen el 70% de la población sanjuanina, que en esos departamentos más alejados.
-¿Esta apertura de la economía que llevó adelante complicó su esquema de control sobre el cumplimiento de la cuarentena?
-Si. A los estados, en general, les cuesta mucho ejercer el poder de policía. Ahora se multiplicaron los pedidos de control del Estado para con el sector privado, para que se cumplan los protocolos. Ha sido un desafío fuerte. Hoy tenemos 5500 policías para casi 800 mil habitantes. Han sido los mismos 5500 policías los que han seguido atendiendo las comisarias y los que han controlado el despliegue de los sanjuaninos en las rutas y las calles. Los médicos igual. Atendían todas las enfermedades habituales pero además estaban predispuestos.
El virus está muy controlado en toda la provincia y, fundamentalmente, en los lugares más vulnerables
-¿Cómo está el sistema sanitario?
-Hemos armado seis hospitales de campaña. Tenemos un estatus sanitario interesante a la fecha. Eso no quiere decir que no hayamos hecho toda la previsión para que en el caso de que la curva suba de manera incontenible, tengamos donde colocar a cada uno de los sanjuaninos. Los seis hospitales totalizan un número que está por encima de las proyecciones que hacíamos respecto de los infectados.
-¿Tiene un plan de acción diseñado por si hay un recrudecimiento de lo contagios?
-Absolutamente. Nosotros sabíamos que en el mes de mayo podíamos llegar a tener en la curva máxima entre 2000 y 2500 contagiados, de los cuales algunos serían con mayor complejidad. Esa era la mayor proyección. Trabajamos previamente y sabíamos que si se daba eso íbamos a poder atender a los sanjuaninos. Tenemos la buena noticia de que no hay virus circulante. Que estamos volviendo, producto de ese estatus sanitario, a las actividades económicas. Pero está todo el sistema sin ocuparse. Gracias a Dios.
-¿En el caso de que haya que dar marcha atrás en alguna de las medidas restrictivas, cree que la gente toleraría nuevamente el encierro?
-El principio de subsistencia humana está por encima de cualquier otra cosa. Yo creo que a la gente le dolería, pero lo toleraría. Porque además, no nos quedaría otra. Los que ingresaban a San Juan desde otro país, iban a cuarentena en hoteles. Catorce días ahí y después siete días más en sus domicilios. Y los sanjuaninos lo respetaron. Hay un margen de tolerancia a las medidas restrictivas, siempre y cuando vos le expliques a la gente que lo que estás haciendo es cuidarles la salud.
-¿Cuál es ese margen?
-Cada vez es menos el margen. Porque mientras más pasa el tiempo, menos es la paciencia que tenés para esperar adentro de tu casa. Otras de las cosas que hemos consensuado con los sanjuaninos es que nosotros vamos a ir permitiendo las salidas pero lo primero que vamos a privilegiar es la producción.
-Lo recreativo pasa a un segundo plano...
-Recién este lunes es muy probable que empiecen las caminatas en sectores aprobados por el gobierno de la provincia. Acá se anda mucho en bicicleta. Para ir a trabajar o para hacer deporte. Es una provincia muy deportista pero, además, es muy inclinada al desarrollo del ciclismo. Y como eso se hace en la alta montaña, vamos a empezar a permitir. Llevamos en algunas actividades más de veinte días, en otras quince y en otras empezamos este lunes. El sanjuanino ha entendido que primero teníamos que proteger el trabajo y el bolsillo, y después, en ese marco, ir sumando nuevas actividades.
-En Buenos Aires se notó cierta relajación de la cuarentena. Los propios funcionarios lo han aceptado. Se formó una especie de cuarentena paralela. ¿Existió en San Juan un hecho similar?
-Sería injustificado que yo diga que el sanjuanino ha sido irrespetuoso. Ni quiero decir que el capitalino lo ha sido. Para nada. No me meto en otra jurisdicción que no me corresponde. Sí se ve que hay mayor circulación en el país. En San Juan han sido respetuosos con la cuarentena.
La elevación de los contagios va a ser imparable. Lo que se está tratando es de parar la velocidad con la que nos vamos a contagiar
-Alberto Fernández dijo: “Iniciamos un proceso dinámico donde habrá que reducir y, a veces, incrementar las medidas de la cuarentena”. ¿La economía, en el estado en el que está hoy, puede soportar un retroceso?
-Sería complicado, pero lo va a ir marcando el estatus sanitario que mantenga el país. Yo soy de este proyecto nacional. Mirando lo que ha pasado en el mundo, me parece que el Gobierno ha tomado medidas importantes. Ahora puede preverse una fluctuación. Hay provincias, sectores o municipios, donde la curva de contagio viene subiendo. Es probable que se pueda avanzar o retroceder. Yo no descarto que si el estatus sanitario varía en negativo en mi provincia, todo lo que avanzamos podamos, en algún punto, retrocederlo. No sé si en su totalidad, pero retroceder en parte. Estoy trabajando para que no se dé. Me imagino que ese mismo escenario ha mirado Alberto Fernández y ha sacado esa conclusión.
-Otra cosa que dijo es que hay que aprender a “convivir con el virus”. ¿Lo que viene es un etapa en donde el país comenzará a funcionar lentamente, la gente se irá contagiando y se tendrá que hacer equilibrio para que no se sature el sistema de salud?
-Yo creo que eso va a ocurrir. La elevación de contagios va a ser imparable. Lo que se está tratando es de parar la velocidad con la que nos vamos a contagiar. Hay que evitar poner al límite el sistema de salud, porque sino después no vamos a tener a dónde tratar a la gente. Hay que tener en cuenta que no solo tratás a los enfermos de COVID-19. Los 200 respiradores que tenemos son para ellos pero también para otras personas, con otras enfermedades, que también lo necesitan. Hay que tratar de equilibrar.
-¿Qué sucedió con el sistema de salud de San Juan en este tiempo de cuarentena? ¿Qué pudo mejorar? ¿La infraestructura, tener más respiradores, perfeccionar los protocolos médicos?
-En el último tiempo San Juan ha invertido mucho en infraestructura y en recursos humanos en el área de salud. En mi gobierno y en gestiones anteriores también. Tenemos uno de los hospitales más modernos del interior del país y tenemos en construcción dos hospitales más. Uno está a punto de ser entregado. El sistema sanitario en San Juan esta muy bien cubierto. Hemos incrementado la inversión. Hemos distribuido partidas presupuestarias para que estén con los elementos de seguridad y para que se pueda atender las necesidades del sector. Son sectores en donde no hay techo. Siempre podes seguir invirtiendo. Hay que seguir en esa línea.
-En Buenos Aires y CABA se ha recrudecido el nivel de contagio en los barrios más humildes. ¿Cómo es la situación en los lugares más vulnerables de San Juan?
-Esta muy controlada. Acá hubo un sistema de erradicación de casas de emergencias muy fuerte. Algunos lugares estaban planificados para que en el mediano plazo pasen de la casa humilde a una casa de construcción sismo resistente, como nos gusta decir a los sanjuaninos, porque no hay nada antisísmico. Está muy controlado el virus en toda la provincia y en esos lugares fundamentalmente. Venimos bien y trabajamos mucho en desarrollo humano para contener con alimentos y kits de limpieza a cada una de estas familias vulnerables.
-¿En este tiempo cuántas empresas le pidieron asistencia económica al gobierno de la provincia?
-La provincia de San Juan es copropietaria o accionista del Banco San Juan. Tenemos un porcentaje estimado en el 17%. Con el Banco San Juan, más allá de las líneas nacionales que acá han sido utilizadas por la mayoría de los empresarios, pusimos 1500 millones de pesos con tasas subsidiadas para que pudiesen pagar empleados, comprar mercadería y adquirir insumos.
-¿Tiene considerado algún escenario en el que haya cierre de comercios o pymes?
-No. Algunos se van a ver tan afectados que les va a costar volver. Estamos haciendo un relevamiento de cuál es la situación y a estos sectores que están más complicados, desde lo económico, tratamos de irle inyectando fondos para que puedan mantenerse y mantener los puestos de trabajo. Pero tan afectados como para no volver, nosotros hoy no tenemos. Pero estamos muy atentos porque esto recién empieza.
Nuestra idea es estar seguros que cuando avanzamos no vamos a tener que retroceder de la misma manera
-Este momento está marcado por la incertidumbre. Parece imposible descifrar cuánto durará este fenómeno.
-Yo creo que no estamos al final. Ni siquiera creo que estemos en el medio. Estamos arrancando, con una fase avanzada de inicio, pero todavía falta bastante para concluir esto.
-¿De acuerdo con el escenario que planteó, San Juan está mejor parada que otras provincias que sufrieron un mayor impacto por las actividades que tienen?
-No conozco en detalle la realidad de otras provincias. A lo mejor estemos mejor que algunas y no tan bien como otras. Hay un elemento que es importante para nosotros y es que hemos logrado que la actividad económica vuelva en más de un 90%. Y que dentro de esta crisis económica mundial, hay sectores en los cuales los inversores se quieren refugiar y uno de ellos son los metales. Y es justo una de las producciones más importantes que tenemos en la provincia.
-El ministro de Educación, Nicolás Trotta, dijo que existe la posibilidad de volver a las clases en forma escalonada. ¿Hoy San Juan está preparada para volver a las clases con algún protocolo especial?
-Es un tema muy sensible. Hay 220 mil alumnos entre nivel inicial, primaria y secundaria en la provincia. A eso hay que sumarle los sectores universitarios y terciarios. Vamos a ir coordinando con el gobierno nacional este tipo de medidas. Es probable que ellos visibilicen que en las provincias que tengan menos contagios pueda haber distintos escenarios. No creo que ninguna provincia se anime a tomar medidas unilaterales en el contexto de esta pandemia.
-Desde que empezó la pandemia a esta parte, las encuestas muestran un nivel de aprobación alto en lo que respecta a la imagen y gestión de Alberto Fernández. ¿El liderazgo y la conducción del Presidente se instaló con fuerza en este tiempo?
-Creo que lo ha hecho muy bien. Y eso, evidentemente, repercute en la consideración de la gente. Es un liderazgo que ha sido aprobado por los argentinos. En definitiva eso habla de que los argentinos, por lo menos en temas que son delicados y nos rozan a todos, nos ponemos de acuerdo.
-En los últimos días el Presidente cuestionó a Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. ¿Esta armonía que se logró entre la oposición y el oficialismo durante la pandemia puede romperse en el corto plazo?
-Yo creo que puede haber distintos puntos de vista. Pero nosotros, los dirigentes políticos, tenemos que tener una mirada más a largo plazo, dejando un poco de lado los intereses personales. Es lo que nos ha dejado como enseñanza esta pandemia. Se habla de una nueva normalidad en el mundo. Una nueva normalidad en lo económico, lo social, lo deportivo y lo educativo. Es probable que la nueva normalidad también llegue al sector de la política.
-¿Y qué pasaría si llega?
-Me parece que si llega va a ser sumamente aprobada por la sociedad. Vamos en ese camino. Alberto puede tener diferencias con la oposición, porque sino seríamos todo lo mismo. Pero me parece que se han expresado con respeto, que no se ha puesto en juego el interés general, que se puede mirar distinto sobre un tema en particular, pero que eso no quita que se deba cambiar el rumbo. Porque el rumbo que se está transitando, en lo sanitario y en lo económico, es un rumbo correcto.
-¿Cómo sería la nueva normalidad en la política?
-Hemos usado el ataque como un modo sistemático de relación entre los dirigentes políticos. Pero hablo de décadas y décadas hacia atrás. Es probable que desde Unitarios y Federales hacia adelante la agresión haya sido el modo de comunicación. Me parece que eso tiene que ir cediendo. Se puede pensar distinto pero se puede respetar también al adversario, que no es un enemigo. Y después, el modelo es la misma sociedad. No somos nosotros. Nosotros contamos qué pensamos y cómo haríamos las cosas. Y es la sociedad la que toma definiciones respecto de eso.
Hoy tenemos en movimiento el 92% de la actividad económica de la provincia
-¿Esta situación extraordinaria puede cambiar la forma de hacer política entre oficialismo y oposición en Argentina?
-Lo que está pasando con los gobernadores de Mendoza, Jujuy, Corrientes, Río Negro, Neuquén y Rodríguez Larreta en CABA es una situación que le da tranquilidad a la sociedad porque es visible que estamos trabajando juntos. Si somos inteligentes y capaces la nueva normalidad en la política debería ser hablar, consensuar y, en algún punto, diferenciarnos. Porque tiene que haber varios partidos y que uno esté enrolado en uno o en otro. Pero pasadas las elecciones, el interés general tiene que ser el que nos establezca cuál es el horizonte de trabajo que tenemos que tener.
-En Argentina los acuerdos políticos no son muy duraderos. ¿Este trabajo en conjunto no va a ser solo una anécdota después de la pandemia?
-Esperemos que no. Yo pertenecía a un sector absolutamente distinto al del gobierno nacional anterior. Sin embargo, San Juan fue una provincia que invirtió mucho en obra pública. Muchísimo con fondos provinciales. Y también recibía aportes del gobierno nacional. Lo político no rozó mi trabajo institucional, que es el norte que la sociedad nos pone y es lo que tenemos que cumplir como funcionarios. Me parece que esto va a ser parte de la nueva normalidad. Tener correcta relación institucional y tener diferencias políticas, pero no poner lo político por encima de lo institucional. Porque no es lo que la sociedad pretende de nosotros.
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