Rogelio Frigerio: “No es momento para el carancheo político, ni de uno ni otro lado”

En una entrevista con Infobae, el ex ministro del Interior pidió que la oposición se comporte “parecido” a lo que Cambiemos pretendía cuando era Gobierno. “Celebro que Rodríguez Larreta no haya caído en la tentación de contestarle al Presidente”, dice. El peso de la gestión Macri

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Dos días antes de que Alberto Fernández decretara el aislamiento social, preventivo y obligatorio, en vísperas del viernes 20 de marzo, Rogelio Frigerio se recluyó con la familia en su casona de campo de Villa Paranacito, Entre Ríos, un oasis natural surcado por ríos. Vía Zoom, el ex ministro del Interior habló con Infobae de la relación de la Casa Rosada con la oposición, la discusión entre duros y moderados, del peso por la gestión de la que fue parte, los errores, la autocrítica personal, su flamante consultora, la renegociación de la deuda y la vida en el llano.

-¿Disfruta el llano? ¿No extraña que suene el teléfono?

-Yo no lo extraño, igual todavía suena un poco el teléfono...

-Pero imagino que no como antes.

-No, por supuesto. Para mí fueron cuatro años muy duros, muy intensos, de dejar de lado muchas cosas, como los amigos, la familia, así que esta cuarentena me permite ponerme al día al menos en el aspecto familiar.

-Entiendo que el chat de WhatsApp que tenían con los ministros sigue activo.

-Sí, sigue...

-¿Solo abandonó Marcos Peña el chat?

-Marcos creo que se fue enseguida, antes de irnos, y el chat siguió. Creo que después no se fue nadie. Me parece bien, hace cinco meses que dejamos el gobierno, no debería extrañar.

-Montó una consultora con Emilio Monzó hace algunas meses, ¿los afectó la crisis por la pandemia?

-Y, afectó porque nos fuimos de vacaciones ni bien terminó la gestión, y recién retomamos en febrero la idea, y hasta que la pusimos en marcha y armamos la sociedad anónima con Nicolás Massot también, eso llevó un tiempo. Y después empezamos a visitar a potenciales clientes, y eso obviamente se cortó con la cuarentena. Pero bueno, pudimos avanzar algo, así que estamos trabajando cada uno desde su casa.

-¿Asesoran a otros colegas o empresas?

-Básicamente sector privado. Ayudamos en la estrategia de la empresa, en un contexto difícil como este.

Rogelio Frigerio y Emilio Monzó (NA)
Rogelio Frigerio y Emilio Monzó (NA)

-¿Dónde está parado hoy? Hay una discusión que el Gobierno reaviva todo el tiempo entre el sector moderado de Cambiemos, integrado en buena medida por los que tienen gestión, y la famosa “ala dura”, que cuenta, por ejemplo, con Mauricio Macri, Patricia Bullrich o Miguel Ángel Pichetto.

-Yo estoy en el llano, no tengo ni cargos públicos ni cargos partidarios, y no me cabría el mote de ser responsable por gestionar. Habría que preguntarles a los dirigentes que mencionó si se sienten cómodos o incómodos en esos lugares. Yo creo que todavía la oposición se está reconfigurando. Es lógico porque hace poco salió de la conducción del poder. Hay muchos liderazgos que hoy se tienen que volver a validar.

-¿Pero usted cree que algunos de los dirigentes que mencioné no están cómodos con el lugar que tienen?

-No lo sé, pero no necesariamente quizás se sientan representados en esa división entre moderados y responsables, y duros. Yo trato de no simplificar tanto el tema porque es bastante complejo. Yo creo que la oposición tiene que ser parecida a la que nosotros pretendíamos cuando éramos gobierno, y que en algún momento también la encontramos. Una oposición que garantice la gobernabilidad, que se siente a discutir, que logre acuerdos en muchas políticas públicas. Durante los cuatro años de gobierno en muchas oportunidades contamos con esa oposición. Me siento cómodo con eso y no con una oposición como la que reprochábamos en esos cuatro años, que ponía palos en la rueda permanentemente. Sin la oposición a la que yo aspiro no hubiéramos podido gobernar. No hubiéramos podido ser tampoco el primer gobierno en casi un siglo no peronista que termina su mandato.

-¿Esto que usted resalta, y han machacado mucho con eso a fines del años pasado, de ser el primer gobierno no peronista en terminar un mandato en casi un siglo, es el único logro que tiene el gobierno de Macri?

-No creo que sea el único logro, pero tampoco lo minimizaría. Creo que es un punto de inflexión en la historia de nuestra democracia. No me parece menor haber demostrado que se puede gobernar, y entregar un gobierno de la manera que dicta la Constitución después de tantos años. Por supuesto que hubo otros avances en muchas áreas, que seguramente la historia va a poner en su lugar. No me apresuro a tratar de reivindicar aspectos de nuestra gestión.

-¿Y cuál es para usted la principal crítica al gobierno que integró los últimos cuatro años?

-El gobierno de Cambiemos tenía un adecuado norte en términos de modernización del aparato productivo, de una integración inteligente con el mundo, de un fortalecimiento de las instituciones. La orientación era la adecuada. Creo que para tener resultados positivos para la gente había que hacer cambios profundos que no se pudieron hacer por falta de volumen político. Ganamos a partir de una ampliación primaria de lo que era el PRO, no sin muchas contras pudimos lograr hacer entender que era fundamental el acuerdo con la UCR y con la Coalición Cívica, también convocar a dirigentes de otros espacios políticos, algunos del peronismo. Pero una vez que ganamos no pudimos ampliar esa base de sustentación política, y no alcanzó.

-¿No pudieron o no supieron?

-Creo que no se tomó la decisión política. Si tengo que hacer una autocrítica personal, aquellos que estábamos convencidos de que ese era el camino no pudimos imponer ese pensamiento. No tuvimos la capacidad de lograr esa empatía para convencer a los que manejaban más resortes de poder de lo que manejábamos nosotros. Ya es tarde igual.

Eduardo "Wado" de Pedro y Rogelio Frigerio, durante la transición (Ministerio del Interior)
Eduardo "Wado" de Pedro y Rogelio Frigerio, durante la transición (Ministerio del Interior)

-¿Y tuvieron que hacer muchos esfuerzos para que el gobierno no se desintegre y que llegue unido hasta el final?

-Yo creo que fue un trabajo artesanal de todos los días, pero insuficiente. No alcanzaba solo con mantener unida la coalición de gobierno. Había que ampliar.

-¿Coincide con Patricia Bullrich y algunos otros dirigentes de Juntos por el Cambio que sostienen que Alberto Fernández se “enamoró” del aislamiento?

-Lo que yo planteo es que el ejercicio de la función pública te obligue a construir una personalidad con una enorme dosis de humildad, porque te enfrentás a dificultades que no podemos resolver o que son difíciles de resolver. Necesariamente tenés que salir y tener otra actitud frente a lo que le toca al que te sucede en la función pública. Para mí, esto que está ocurriendo en todo el mundo, es de una enorme complejidad, que claramente va a marcar un antes y un después en la historia. No se puede tomar a la ligera. En esa situación de extrema gravedad hay que ser muy cuidadoso con lo que uno dice.

-¿Pero eso lo dice por la oposición o por el Gobierno?

-Por todos aquellos que tienen responsabilidad, ya sea de gobierno o de oposición, o los empresarios, los representantes de los trabajadores, en general. Creo que no es un momento para profundizar grietas si no todo lo contrario. No es un momento para el carancheo político, ni de uno ni de otro lado: aquel que crea que puede sacar un rédito político de esto, desde la oposición o desde el Gobierno, se equivoca muchísimo. Es un momento para mostrarle a la gente que la está pasando mal una dirigencia seria y responsable que trabaja de manera mancomunada. Algunas cosas en ese sentido se hicieron bien. La convocatoria original del Presidente a un grupo de expertos para que asesoren en materia de salud, la misma convocatoria a toda la oposición para que acompañe las medidas que ese comité de expertos recomendaba, me pareció muy oportuno.

-¿Y cree que esa convocatoria que hizo al principio el Gobierno se perdió en estas últimas semanas? ¿Cree que la dirigente es responsable o ve más carancheo político, como usted lo definía, en estos últimos días?

-Bueno, la grieta no está saldada para nada. Es un problema tremendo de la Argentina. Estéril, sin sentido. No hay que responder a las provocaciones o agresiones de quienes están en los extremos, tanto de un lado, como del otro. Eso a veces puede leerse como debilidad, yo lo entiendo. Los extremos son más cómodos, pero son nocivos.

-Y cuando ve en la conferencia de hace una semana al Presidente con Horacio Rodríguez Larreta al lado criticando en duros términos a un sector de Juntos por el Cambio, ¿qué siente? Alfredo Cornejo dijo que fue una actitud “desleal”.

-A mí no me gustó, no me gustó, fue innecesario. Me gustó que Horacio no se haya metido en eso. Así como pondero la actitud del Presidente de convocar a la oposición, creo que los comentarios aludiendo a la oposición en ese marco no fueron felices, y la verdad que celebro que Horacio no haya caído en la tentación de retrucarle y retroalimentar esas diferencias. Cuando ocurren estas cosas hay que hacer un enorme esfuerzo para mantenerse centrado.

Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, en la conferencia de hace una semana
Alberto Fernández, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, en la conferencia de hace una semana

-Lo quiero llevar al tema económico. El Banco Mundial pronosticó hace poco que la Argentina iba a ser uno de los países más afectados de la región detrás de México en relación a la caída del PBI. ¿Cuál cree que es la receta para salir de esta crisis?

-No tengo una receta. Esta pandemia destruyó todos los pronósticos. Si uno considera que cada mes de cuarentena implica una caída del producto de entre 2 y 3 puntos, y venías de una economía contrayéndose antes de la pandemia, probablemente la proyección sea aún peor. Yo no tengo una receta. Lo que hace falta es entender que los problemas que repetimos los argentinos no son problemas de un gobierno, del que le toque gobernar. Son los problemas de siempre.

-Y en este debate público alimentado por la oposición entre economía y salud, ¿usted considera que es una falsa discusión?

-Sí, para mí es un debate que no tiene sentido. Es obvio que es más importante la vida humana, pero no es necesariamente contradictorio con diseñar una hoja de ruta para ir lentamente aliviando la situación económica. Hay que ponerle la misma cabeza que se le puso a los temas de salud, hay que convocar a todo el arco político para diseñar también instrumentos de corto y mediano plazo para aliviar la crisis económica. Hasta ahora esos reflejos que se tuvieron para la salud no se están teniendo.

-Hay dirigentes de la oposición que sostienen que la respuesta a la crisis económica no alcanza. El Presidente remarca siempre que el esfuerzo económico y presupuestario es inédito, pero hay especialistas que aseguran que ese esfuerzo podría ser mucho mayor, en especial por la comparación con otros países de la región, ¿coincide?

-Lo que pasa que la Argentina tiene un Estado quebrado y no tiene crédito, a diferencia de otros países, para mí esa comparación no es válida.

-¿Y qué responsabilidad tiene el gobierno de Macri en ese Estado quebrado?

-La misma responsabilidad probablemente que los gobiernos de los últimos 30 años que no han resuelto estos problemas. También es bastante evidente que la Argentina tiene un Estado deficitario hace décadas. Es lógico que tengamos menores respuestas por parte del Estado, inclusive que gobiernos vecinos.

-El martes, en una charla virtual, y en esta discusión en torno a la economía y la salud, Pichetto dijo que Pedro Cahn es casi el presidente en ejercicio, ¿coincide?

-En todo caso, la mesa de expertos en temas sanitarios es aceptada por todos los que tienen responsabilidad en el manejo de la administración pública en los distintos niveles. Lo que sí veo es que falta la misma energía y la misma inteligencia puesta en los otros problemas que tiene como consecuencia la pandemia.

Rogelio Frigerio y Miguel Ángel Pichetto (Senado)
Rogelio Frigerio y Miguel Ángel Pichetto (Senado)

-¿Y sí coincide con lo que dicen algunos colegas suyos de que esta pandemia con Macri en el gobierno una oposición kirchnerista hubiera actuado distinto que esta oposición de Juntos por el Cambio?

-(Hace silencio) Es muy difícil. Lo que sí puedo plantear es que nosotros, no de manera homogénea ni estable, tuvimos en muchos pasajes de nuestro gobierno el acompañamiento de una parte de la oposición que nos permitió gobernar. Quiero salir de esa idea de que los buenos están todos de un lado y los malos del otro, es una idea simplista.

-O sea que ustedes tienen o tuvieron malos.

-Así es la vida. Es imposible que de un lado estén todos los buenos y del otro todos los malos.

-¿Considera, por ejemplo, que hubo cierta injusticia a la luz de los resultados electorales por parte de la conducción del PRO con su sector o con Monzó en esto de la necesidad de ampliar?

-Más allá de las cuestiones personales, que las hablo frente a frente con mi amigo, con Emilio, acá hubo un error político, una idea de creer que se podía solo, de que solos podíamos enfrentar los problemas del país, que no hacía falta compartir el poder. Fue un error de todo el Gobierno, de aquellos que lo pensaban y de aquellos que no lo pensaban. Nosotros no tuvimos la capacidad de lograr convencer a los otros. Hacemos nuestra autocrítica.

-Aquel fin de semana de septiembre de 2018, que terminó con la supresión de medio gabinete, Mario Quintana fuera del Gobierno y esa crisis que, a mi criterio, fue un quiebre en la coalición, ¿fue mucho más fatídico de lo que creemos?

-Fue complejo, yo lo viví desde adentro. La sociedad estuvo en vilo ese fin de semana. Yo lo veía con mi familia. La sociedad tomó conciencia de la gravedad de la situación.

-¿Fue tan grave a nivel político e institucional?

-Fue un momento duro, muy difícil, quizá el más difícil del gobierno, en un contexto económico complejo, que se salió de la manera que se pudo salir. No creo que se salió de la mejor manera, no creo que se hayan llevado adelante los cambios que requerían esa situación tan compleja, pero se sorteó una crisis institucional complicada.

-¿Le quedan rencores de esa época? Me imagino a Elisa Carrió, por ejemplo, que fue muy dura con usted.

-No... Cada uno sabe lo que hace, lo que dice, por qué lo dice. Hay muchos fantasmas en la política. Yo estoy en el llano, no tengo ningún cargo, ni lo busqué. Ninguna de mis acciones o decisiones en cuatro años tuvo por detrás ninguna especulación de preservación personal. Cada uno se tiene que hacer responsable de lo que hace y dice. No tengo rencores. Por supuesto estos meses fueron de mucha introspección, de pensar mucho sobre lo que pasó y lo que hicimos, y oportunidades perdidas. Esto como cuando jugás un partido de fútbol y no ganás el campeonato, pero dejaste todo en la cancha. En mi caso personal siento eso.

Mauricio Macri, Alfredo Cornejo y Rogelio Frigerio (NA)
Mauricio Macri, Alfredo Cornejo y Rogelio Frigerio (NA)

-Pero más allá de que dice haber dejado todo, es cierto que han dejado indicadores económicos y sociales complejos. ¿Le pesa eso?

-Sí, por supuesto. Pesa porque además vivo en la Argentina y mis hijos estudian acá y seguro elijan vivir en esta tierra. ¿Cómo no me va a pesar no haber podido aprovechar esos cuatro años? No estoy satisfecho, obviamente, ¿cómo voy a estar satisfecho con lo que hicimos si no le pudimos resolver los problemas de todos los días a la gente? La pobreza, la inflación, el Estado deficitario. Por supuesto en otras cosas avanzamos.

-¿Y qué cree que fue lo que quiso hacer Macri?

-No dudo ni un segundo de la buena intención. Había cosas en las cuales había mucha claridad hacia dónde había que ir. No había la misma claridad en términos del programa económico.

-¿Habla con Alberto Fernández?

-Hace rato que no hablo. Está con muchos problemas en el día a día. Yo no tengo responsabilidades en la función pública, ni siquiera cargos partidarios.

-¿Tiene ganas de volver a un cargo ejecutivo o electivo?

-En este momento estoy disfrutando de las cosas que dejé de lado en los últimos 10 años me animaría a decir. No añoro el poder... Por mis venas corre la política, tengo todavía muchos objetivos en mente por cumplir en mi país y para mi país, pero no necesariamente eso está vinculado con tener un cargo político o público en el corto plazo.

-¿Tiene un acuerdo político con Rodríguez Larreta?

-No, tengo muchas coincidencias.

-¿Es su candidato a futuro?

-Me parece que hasta es irrespetuoso con la gente hablar de candidaturas para dentro de cuatro años. Es irrespetuoso incluso hablar para el año que viene.

-¿Cuánto le preguntan los clientes por la renegociación de la deuda?

-Sí, hemos tenido muchas charlas con fondos de inversión, es un tema de enorme complejidad y también de enorme impacto, si se resuelve o si no se resuelve. El tema de la deuda es muy importante, no en el cortísimo plazo, pero a mediano plazo resolver el problema de la deuda va a ayudar en la recuperación. Creo que estamos muy cerca de poder llegar a un acuerdo, con lo cual sería una lástima. Quiero creer que estando tan cerca de poder llegar a un acuerdo, estamos trabajando con inteligencia y con mucha muñeca para conseguirlo.

Horacio Rodríguez Larreta, Rogelio Frigerio, Diego Santilli y Martín Lousteau (Nicolás Stulberg)
Horacio Rodríguez Larreta, Rogelio Frigerio, Diego Santilli y Martín Lousteau (Nicolás Stulberg)

-¿Qué está leyendo en esta cuarentena?

-Estoy releyendo a (Franz) Kafka. Tengo acá una biblioteca de mi abuelo, tengo la biblioteca mía grande en mi otra casa, pero tengo acá varios libros. Y agarré uno de Kafka y uno de (Leonardo) Padura. Acá trabajo, estamos trabajando a distancia con Emilio y con Nicolás en la consultora. Y trabajo acá en el campo, soy productor de nueces, de nogales, de pecan, y estamos armando con mi hermano un vivero. Me dedico a trabajar la tierra.

-¿Eso lo vende al mercado interno?

-No, todo exportaciones.

-¿Y a dónde exportan?

-Hay un mercado abierto con Brasil, con Estados Unidos, y estamos intentando abrir China, que es el más grande.

-Si yo tuviera que ponerle un rótulo para esta nota qué sería, ¿ex ministro y consultor político o productor agropecuario?

-No me gusta que me encasillen. Hoy soy consultor político y de empresas, soy también productor agropecuario y soy creo, todavía, un dirigente político.

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