Unos 15.000 trabajadores de la industria automotriz, del sector autopartista y de las concesionarias reanudarán gradualmente desde el lunes próximo sus actividades siguiendo un estricto protocolo de seguridad para evitar los contagios, en un esquema que incluye 100 testeos rápidos de coronavirus por día, el control de la temperatura, un solo turno laboral y transporte provisto por las empresas.
Así lo reveló a Infobae el titular del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), Ricardo Pignanelli, quien destacó que “los protocolos de salud ya los terminamos el viernes” y que “la actividad se retomará de manera progresiva hasta llegar al 50% de la actividad”.
“Nosotros ya estábamos trabajando al 50% por la caída del mercado y la exportación, así que la producción estaba adaptada a este nivel desde hace dos años, en que se hacían turnos rotativos”, detalló el sindicalista, que precisó que igualmente se llegará a ese porcentaje “dentro de un mes, porque las actividades se reanudarán escalonadamente y siguiendo las medidas de seguridad”.
Según Pignanelli, “hay algunos protocolos que todavía están por aprobarse, pero en las terminales ya lo tenemos prácticamente acordado y autorizado, así como en las concesionarias y plantas de VTV".
En tanto, destacó que para SMATA la aprobación de los protocolos no fue sencilla porque primero deben ser tratados por los municipios, luego por las gobernaciones y finalmente por el gobierno nacional.
Señaló que “por lo general arrancaremos en un solo turno de trabajo y en algunas automotrices se harán en el mismo turno varias especialidades, pero la modalidad es adaptable a cada empresa”, mientras hizo hincapié en que “ahora habrá que aplicar las medidas de prevención que pasaron por los comités mixtos de higiene y seguridad que tenemos", entre las que, aseguró, "el distanciamiento será más fácil justamente porque trabajaremos al 50% de la producción”.
Para el líder de SMATA será un desafío coordinar todas las prevenciones para evitar los contagios y, en particular, el tema de la movilidad hacia y desde los lugares de trabajo, ya que el Gobierno pidió que se evite el uso del transporte público: “Para las automotrices no es complicado porque ya existe un sistema de transporte de las empresas –consideró–, y con la mayoría de las autopartistas también se acordó utilizar ómnibus y combis propios o los autos de los trabajadores, que suelen vivir cerca”.
“Vamos a tener que recurrir a ese viejo apotegma que decía que hay que ir de casa al trabajo y del trabajo a casa”, dijo Pignanelli al recordar la frase de Juan Domingo Perón.
Además del uso del barbijo, de las antiparras, del distanciamiento y del transporte provisto por las empresas, el protocolo incluye el control de la temperatura a cada empleado y los cuidados para que no se aglomere el personal en las puertas de acceso y en los vestuarios (en algunos casos se pedirá que los operarios no se cambien la indumentaria), aunque Pignanelli indicó que será “muy útil” lo acordado con las terminales: habrá 100 testeos rápidos por día entre los trabajadores, que primero se harán de acuerdo con la zona en la que vivan e incluso de acuerdo con sus edades, sobre todo entre los que tienen entre 40 y 50 años. “Tiene un costo, pero es seguridad para la gente”, afirmó.
Agregó que “habrá que poner esfuerzo en la sincronización: los resultados de los testeos van saliendo cada 48 horas y si encontrás a alguno que es portador sano, le ponés la punta del compás, lo hacés girar y sabés que al otro día habrá que aislar a todos los demás que estuvieron en contacto con él”.
El dirigente gremial dijo que en el caso del personal de las concesionarias, que también volverá a trabajar el lunes, “será más fácil aplicar el protocolo porque ahí el distanciamiento es habitual”. De todas formas, aclaró que habrá “personal que seguirá licenciado y que va a cobrar el 70% del sueldo bruto, entre quienes están los que integran los grupos de riesgo, como quienes tengan enfermedades preexistentes o mujeres que tengan que quedarse a cuidar a sus hijos”.
Por otra parte, Pignanelli confirmó que el aumento salarial pactado para el primer trimestre del año “fue diferido hasta julio” por la crisis del sector y que el 7,7% de mejora que había sido acordado “se dividirá en tres y se pagará en los últimos trimestres para llegar al aumento anual completo".
“Las empresas no van a poder decir que la gente no colaboró en este arranque de la actividad”, dijo el titular del gremio mecánico, y añadió, en tono risueño: “Ahora que con los empresarios somos socios en las pérdidas, vamos a ver si también lo seremos cuando vuelvan a tener ganancias”.
El jefe del SMATA defendió, además, el acuerdo marco alcanzado entre la CGT y la UIA para suspender trabajadores a cambio de una rebaja salarial. “Lo que firmó la CGT está muy bien porque es una base. Hay algunos sindicatos que quizá no llegaban a esa base y la CGT les dio el piso de negociación. Después, cada uno verá lo que puede conseguir”, manifestó.
Pignanelli dijo que no coincide con los sindicalistas que, como Hugo Moyano, criticaron el acuerdo UIA-CGT porque “hay que actuar en nombre de la unidad del movimiento obrero”. “Lo que acordaron es una base que va a ayudar a los gremios, igual que cuando (Néstor) Kirchner decía que podía pactarse cierto porcentaje de aumento salarial y cada uno trataba de acordar por encima de esa cifra”.
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