El pasado 1º de mayo, el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, anunció en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura que buscará una reforma política que tendrá como eje ir hacia un sistema legislativo unicameral. El objetivo, según dijo sin dar mayores precisiones, es reducir el gasto político en un contexto de una situación económica crítica.
En anuncio generó ruido político e interrogantes sobre su oportunidad en medio de la pandemia del coronavirus. En diálogo con Infobae, el mandatario se explayó sobre su fundamento, tras recordar que fue una promesa de su campaña. “No tiene sentido tener dos cámaras con representantes que se eligen de la misma forma en los cuatro distritos electorales que tiene la provincia. La representación actual obedece más a la lógica partidaria que a una representación territorial”.
Actualmente, Mendoza –cuya población asciende a 2 millones de habitantes distribuidos en 150.000 km2- tiene dos cámaras legislativas, una integrada por 48 diputados y otra por 38 senadores. En total, suman 86. Es la segunda provincia con más legisladores después de Buenos Aires, cuya población es de 17,5 millones.
“Se podría tener una sola cámara y que en esa cámara se logre la representación de los 18 departamentos de Mendoza para que, según su población, tengan entre uno y tres representantes. Estamos estudiando cuál debería ser el número necesario de legisladores para incluirlo en el proyecto que enviaremos. Hoy hay departamentos que no tienen ninguno”, señaló Suárez.
Así, según el mandatario radical, “por un lado se podría reducir sensiblemente el número de legisladores de los actuales 86 que tiene las dos cámaras, más sus empleados y asesores. Y se podría garantizar una representación más calificada de todos los departamentos de la provincia, que no son tantos, en los que la gente elija a quienes conoce”.
En cuanto a la reducción del gasto político, sostuvo que “tiene dos aristas: bajar costos y dar una señal de empatía y razonabilidad hacia la gente, con una cámara más moderna, representativa y mas eficiente”.
Polémica por la posible reducción del gasto
Consultado por este medio, el politólogo Andrés Malamud relativizó el argumento de reducir el gasto político al pasar a un sistema unicameral. “No tiene sentido. Primero porque el ahorro es ínfimo; segundo, porque se puede compensar de muchas otras maneras, reduciendo la dieta de los legisladores por ejemplo”. Según averiguó este medio, el sueldo de los senadores y diputados provinciales mendocinos ronda los $180.000 de bolsillo.
“Habría que tener un estudio del gasto real de los legisladores actuales y sus empleados para evaluar el posible ahorro en el gasto político. Lamentablemente, ninguna de las dos cámaras mendocinas hace transparentes los recursos que maneja, no publica cuánto ganan los legisladores, cuántos empleados tiene cada uno, ni a cuánto ascienden sus contratos o sueldos. Para encarar una reforma del sistema legislativo de estas características deberían estar disponibles los datos del gasto actual”, advirtió Mercedes De los Santos, directora de Ciudadanía e Instituciones de Gobierno de la Fundación Directorio Legislativo.
La unificación legislativa en una sola cámara requiere modificar la Constitución mendocina, que es de 1916. Todos los mandatarios mendocinos desde el retorno democrático intentaron reformarla, pero siempre se trabó el debate por la posibilidad de habilitar la reelección del gobernador, que hoy no está permitida.
El tema fue parte de la campaña electoral de Suárez, y para sortear ese escollo, el mandatario le confirmó a Infobae que piensa excluir el tema para poder avanzar en la reforma constitucional. Estimó que el proceso llevará entre un año y año y medio, como mínimo. Hace falta declarar la necesidad de la reforma por ley -para lo cual deberá buscar consensos con la oposición- y, en la siguiente elección, someterla a consideración de la gente.
Qué opina la oposición
Después de su anuncio en la apertura de sesiones, desde el PJ salieron a responderle. “Estamos dispuestos a discutir cambios en la constitución de la Legislatura, pero también seamos coherentes y discutamos el verdadero gasto del Estado. Es el Ejecutivo el que administra gran parte del porcentaje del total del Presupuesto”, afirmó el senador Mauricio Sat en su cuenta de Twitter.
En el mismo sentido, Germán Goméz, jefe de la bancada peronista en Diputados, reclamó que se revisen también otros gastos en los que incurre el Gobierno. “En lo discursivo: gesto de austeridad y de reducción del gasto público, me parece un debate muy importante y necesario, pero sería bueno comenzar con las acciones por casa @rodysuarez, me refiero por ejemplo a lo de Vialidad, Gastos de custodias, etc”.
Por su parte, el presidente del Bloque PJ-Frente de Todos en el Senado, Lucas Ilardo, opinó en diálogo con Infobae: “Es un tema interesante, porque hay departamentos chicos que no tienen representación. Pero no es lo importante en este momento. Lo importante es atender a las personas más perjudicadas en esta coyuntura de la emergencia. Suárez lo anunció en la apertura de sesiones porque no tenía ningún otro anuncio importante para hacer”.
Por otro lado consideró: “La unicameralidad es relativa desde el punto de vista del gasto. La Legislatura mendocina, pese a ser bicameral, es una de las tres más baratas del país, junto con la de Catamarca y San Luis -que también son bicamerales- que tienen menor gasto”.
En base a un estudio que realizó su equipo -según le dijo a Infobae-, “las más caras son las de Chaco y Tucumán, que son unicamerales. El costo de una legislatura depende de la cintura política para reducir la cantidad de contratos para cada legisladores y el nivel de gastos”. La Legislatura de Chaco tiene 31 legisladores y la de Tucumán, 49.
Y apuntando a Suárez, Ilardo agregó: “Mi planteo es que hay que discutir el gasto político, pero hay que empezar por casa y dar una discusión honesta. Empezando por todos los ex ministros de (el ex gobernador Alfredo) Cornejo que son asesores del actual Gobernador”.
En defensa de la austeridad en el gasto político, fuentes de la Gobernación mendocina destacaron que Suárez fue “el primero que salió a dar el ejemplo al bajarse el 75% de su sueldo durante el mes de marzo, lo cual obligó a los legisladores provinciales a también reducirse sus dietas”. Ese dinero se destinó a la compra de reactivos para detectar el COVID-19, según informaron en el ejecutivo provincial.
También recordaron que “este mes, Suárez impuso un aporte del 20% de su sueldo y de todos sus funcionarios, e invitó al Poder Legislativo y Judicial a hacer lo mismo, para destinar ese dinero a los programas vinculados a la lucha contra el COVID-19”. Y precisaron que se le dará prioridad a la compra de 10.000 celulares inteligentes para que puedan acceder a las clases virtuales niños y adolescentes que hoy no tienen forma de conectarse.
Ventajas del sistema bicameral
Mendoza es una de las ocho provincias que junto con la Provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Entre Rios, San Luis, Catamarca y Salta, tienen actualmente un sistema bicameral en el país. El resto tiene una única cámara legislativa.
“Tradicionalmente los órganos legislativos, desde la República Romana en adelante, fueron bicamerales. Tiene que ver con la representación, ya que cada cámara estaba ligada a distintos sectores sociales. Así sigue funcionando, por ejemplo, en el Reino Unido”, señala el abogado y académico Gregorio Badeni. En el Parlamento británico, la Cámara de los Lores concentró históricamente la participación de la aristocracia feudal, mientras que la Cámara de los Comunes representó los intereses de la burguesía y luego también de las clases populares.
“En nuestra Constitución, siempre tomamos el sistema bicameral, copiando como modelo la Constitución de los Estados Unidos, la única presidencialista que existía en ese entonces. La bicameralidad representa diversidad de intereses”, agrega este profesor universitario especializado en derecho constitucional y en Ciencia Política.
Malamud también destaca el impacto que tiene el sistema bicameral sobre la representación y la calidad de la legislación. “Una segunda cámara agrega lectura al texto de una norma en discusión, cuatro cabezas pensando son mejor que dos. Demora la ley, pero lo que sale sancionado se supone que es mejor”.
Badeni coincide y así lo grafica: “El sistema bicameral tiene la ventaja, según la experiencia de Estados Unidos, de bajarle el tono a la ferocidad de los intereses. Una cámara era el platillo donde se enfriaba el café de la otra, para llegar a una solución razonable, y no apasionada”.
Sin embargo, De los Santos sostiene que “ambos sistemas tienes sus ventajas". "En América Latina, la mayoría de los Congresos unicamerales, tienen un sistema de doble lectura, por lo que en términos de eficiencia, pueden funcionar muy bien igual”, explica.
Malamud destaca, no obstante, otra ventaja del sistema bicameral: el que tiene que ver con la base de la representación. “El sistema bicameral tiene sentido cuando hay heterogeneidad de preferencias y de representación”.
Este licenciado en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y doctorado en el Instituto Universitario Europeo puntualiza: “De 193 países, 170 son unitarios y el resto federales. Estos últimos son los que tienen mayor población – como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Australia-, y son todos bicamerales. El federalismo y el sistema bicameral se adecúan mejor a sociedades más diversas”.
Si bien este análisis explica la existencia de una Cámara de Diputados y un Senado a nivel nacional, ¿se traslada también al interior de las provincias? “Depende la provincia. Hay distritos con realidades muy distintas y otros no. Mendoza es muy diversa, el sur es muy distinto del norte. Entonces, los intereses del sur se diluirían quizás en una unicameral”, analiza Malamud.
Y pone el ejemplo de Santa Fe, el tercer distrito de país por cantidad de habitantes -3,5 millones-, cuyo sistema bicameral tiene una representación por departamento y por población. En esta provincia hay 50 diputados y 19 senadores, 69 en total.
Buenos Aires, que alberga al 37,5% de los habitantes del país, tiene 92 diputados y 46 senadores. Son elegidos por las ocho secciones electorales en las que está dividida la provincia, en una cantidad preestablecida, de acuerdo a la cantidad de votantes de cada sección. Suman 138 en total. En 2001, el entonces gobernador Carlos Ruckauf propuso suprimir el Senado, sin éxito.
Salta, con 1.400.000 habitantes, cuenta con una Cámara baja integrada por 60 diputados y un Senado integrado por 23 senadores. En tanto, Entre Ríos -cuya población es apenas inferior- tiene 34 diputados y 17 senadores provinciales.
Corrientes, con 1.100.000 habitantes, elige a 30 diputados y 15 senadores en sus dos cámaras provinciales. San Luis -cuya población ronda los 500.000 habitantes- tiene una Cámara de Diputados de 43 integrantes y la otra, con 9 senadores. En tanto Catamarca -con una población de 400.000- tiene la misma cantidad de diputados provinciales que San Luis, pero casi duplica sus senadores, 16.
Los riesgos de la unicameralidad
Los 16 distritos restantes tienen una única cámara legislativa, el sistema que adoptaron los dos últimos en lograr su autonomía: la Ciudad de Buenos Aires y Tierra del Fuego.
Al ser sancionada en 1996, la Constitución porteña estableció un régimen unicameral de 60 integrantes, lo mismo que había hecho Tierra del Fuego, en 1991, con una legislatura única, pero de 15 integrantes.
Badeni alerta sobre otro riesgo del sistema unicameral. “Es más fácil para el Ejecutivo controlar a una única cámara y eso puede ser una tentación. Pero eso no significa que en la práctica funcionen mal, hay muchos casos que funcionan bien”.
Malamud coincide: “El sistema unicameral, no solo reduce la representación de intereses diversos, sino también que reduce la chances de una mayor oposición. Además, cuando hay una sola cámara, la elección es concurrente con la del Poder Ejecutivo. Si gana por mucho, arrasa con también en la elección de legisladores. Cuando hay una segunda cámara, hay renovación parcial y entonces el ejecutivo tiene un menor control de todo el parlamento”.
Badeni comparte esa prevención. “En el Congreso nacional, si la ultima elección presidencial hubiera sido con un Legislativo unicameral, hoy tendríamos un Parlamento totalmente oficialista”.
En la visión de Malamud, “el bicameralismo es darle poder a los minorías, algo que para una visión democrática pura está mal ya que las minorías no tendrían que tener representación. Pero si quiere favorecerse la representatividad democrática, es mejor la bicameralidad”.
Consultado por Infobae sobre este punto, el gobernador Suárez tiene una mirada diferente. “Le da gobernabilidad a quien gane. Mientras se garanticen las minorías, va a haber representación de ellas”, sostuvo. Y ante la consulta de si esto no podría implicar un potencial manejo totalitario, señaló que propondrá “otros mecanismos de participación ciudadana, como la revocatoria de mandato o el plebiscito”.
De los Santos, por su parte, destaca el caso de Córdoba, que pasó de un sistema bicameral a uno unicameral en 2001. Desde ese momento, tiene 70 legisladores, un número que ubica a su Legislatura en cuarto lugar, detrás de Buenos Aires (135), Mendoza (86) y Salta (83), y apenas por arriba de Santa Fe (69). “Hoy la legislatura cordobesa funciona bien y hubo reducción de recursos”, señaló De los Santos.
De esos 70 legisladores provinciales, 26 son electos por cada departamento y 44 proporcionalmente por todos los votantes. En este sentido, Malamud advirtió: “Pese a ser una cámara única, Córdoba tiene dos sistemas de elección, por departamento y por población. No tienen el beneficio de la legislación al no tener una doble lectura, pero mantiene el beneficio de la representación”.
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