Luego de analizar los últimos datos sobre el impacto del coronavirus en la Ciudad de Buenos Aires y de algunas discusiones internas, el gobierno porteño está dispuesto a habilitar las salidas recreativas.
Los detalles del protocolo serán revisados durante este viernes, antes de que el presidente Alberto Fernández confirme la extensión de la cuarentena hasta el 24 de mayo, probablemente en un anuncio en el que también participen el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y el gobernador bonaerense Axel Kicillof.
De no haber cambios, la administración de la Capital Federal prevé habilitar las salidas recreativas exclusivamente los fines de semana. Para evitar que se llenen las calles de personas en los mismos horarios, las autoridades trabajan en un esquema de franjas divididas por número de terminación del DNI.
En esta primera etapa, las salidas serán cortas y en cercanías del domicilio, es decir, en un radio de 500 metros.
Esta mañana, en el reporte que realiza dos veces por la semana el Ministerio de Salud, Fernán Quirós evitó hablar del tema pero planteó el concepto general que regirá durante esta nueva etapa del confinamiento. “Vamos a definir reglas generales, pero el comportamiento va a depender básicamente de la decisión de cada individuo de cómo cumplirlas y de cómo cuidarse”, precisó. Esta definición implica que el jefe de Gobierno no dudará en retrotraer algunas de las medidas si se registra un desborde en las calles o alguna circunstancia que acelere la curva de contagios.
La Ciudad de Buenos Aires y el resto de los mandatarios habían quedado facultados a habilitar los paseos el 25 de abril, cuando el Presidente decretó la última prórroga de la cuarentena. Sin embargo, Rodríguez Larreta y los gobernadores de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba entendieron que todavía no estaban dadas las condiciones para permitir las salidas en los grandes centros urbanos y en un hecho inédito se unieron para rechazar en conjunto esa posibilidad.
Para torcer esa decisión, se tuvieron en cuenta dos elementos que se registraron en los últimos 15 días: la cantidad de contagios se mantuvo estable, más allá de que la Capital Federal tuvo una leve aceleración con respecto a otros distritos, y la población demostró un hartazgo generalizado ante las medidas restrictivas.
Para habilitar los paseos, funcionarios de diversas áreas estuvieron analizando qué están haciendo los países europeos donde la pandemia golpeó antes que en Sudamérica. En Madrid, por ejemplo, se dividió el día en cuatro franjas. De 6 a 10 y de 20 a 23, los mayores de 14 pueden realizar paseos y actividades deportivas livianas. De 12 a 19, los menores de 14 años pueden dar una vuelta acompañados por un adulto responsable. De 10 a 12 y de 19 a 20, se abren las puertas para los mayores de 70. El plan porteño no sería idéntico al madrileño, pero podría tener algunas similitudes con respecto al esquema de coordinación.
Hay dos preocupaciones puntuales que ocupan hoy los esfuerzos del gabinete de Rodríguez Larreta: la situación en los barrios de emergencia y cómo desalentar la utilización del transporte público, considerado uno de los de principales focos de contagio de coronavirus.
Para atender el primero, se reforzó la presencia en las villas y se dispusieron centros de atención primaria. Por ejemplo, en la Villa 31 se instaló un gazebo donde los vecinos que tienen algún síntoma pueden hacer consultas. Si los médicos consideran que el paciente pudo haber contraído COVID-19, se lo traslada inmediatamente a un hospital público, donde se avanza con el hisopado y el resto del protocolo sanitario. A la par, hay un equipo sanitario que visita puerta por puerta a los vecinos que en algún momento manifestaron algún tipo de malestar en los últimos días para someterlos a pruebas PCR. En ese aumento de testeos, se explica la suba de casos registrados en las últimas horas. La Villa 1-11-14 es el otro barrio humilde donde la situación es compleja.
Para organizar al transporte, también se está mirando qué hacen las potencias que comenzaron a abrir las puertas de sus economías gradualmente. “Es paradójico: durante años trabajamos para fomentar los medios públicos y ahora tenemos que hacer todo lo contrario”, reflexionó esta semana un funcionario del área dedicado al tema. Tienen claro que los traslados serán distintos a la “normalidad” que regía hasta el 20 de marzo: no habrá personas paradas en colectivos, ni vagones de trenes y subtes desbordados. Uno de los planes que se trabaja a mediano plazo es reforzar el sistema de bicicletas gratuitas y fomentar la circulación a pie, incluso readecuando veredas y carriles de las calles.
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