El anuncio de la nueva fase de aislamiento social, que estará vigente hasta el 24 de mayo y será comunicada esta noche por el presidente Alberto Fernández, contempla una novedad y una advertencia al mismo tiempo que no será menor en este clima de flexibilización social: se impondrá una “cuarentena ajustable”. Este concepto, que ya utilizan en Casa Rosada, implica un concepto que el jefe de Estado dejará bien en claro durante su discurso: no bien se observe un nuevo pico de contagios de COVID-19, se decretará automáticamente el retorno a un aislamiento restringido como el que se viene dando hasta ahora.
“Hay que cruzar los dedos y evitar que todo lo que hicimos no se tire por la borda en una semana. Pero si vemos que hay un brote de contagios, volvemos a foja cero”, explicó a Infobae un destacado funcionario del Gobierno que trabaja en los detalles del nuevo decreto.
De esta manera, la idea de “volver a foja cero” o imponer una “cuarentena ajustable” será clave para entender los riesgos que implica esta nueva etapa de flexibilización del aislamiento social impuesto en adelante por Alberto Fernández.
Este es el compromiso que asumió el Presidente ante los epidemiólogos en las reuniones permanentes que mantuvo en estos últimos días. Los expertos avalaron la idea de flexibilizar la cuarentena pero alertaron de que ante un riesgo de nuevos brotes en determinados lugares se vuelva a un esquema de restricciones como era en la primera fase de aislamiento. Es una experiencia que se dio en algunos países y un modelo de apertura de cuarentena que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda. Alberto Fernández está plenamente alineado con esta tesis.
“Hasta ahora hemos flexibilizado en etapas lógicas y se fue cumpliendo el esquema de apertura social con aplanamiento de la curva. Pero hay que estar abiertos a volver sobre los pasos para evitar errores”, aclaró otro allegado al Presidente.
El tema de aclarar la idea de una “cuarentena ajustable” es sumamente relevante para el Gobierno en función de una eventual postal de calles, comercios y transportes públicos abarrotados de gente con el peligro latente de contagios masivos.
En el Gobierno admiten que hubo una “fuerte aunque normal” presión del sector empresarial y gremial para empezar a flexibilizar la cuarentena y mover otra vez la economía. Ya está claro que habrá rubros como las industrias del calzado, indumentaria, papeleras, tabacaleras, automotrices, plásticos y químicos que podrán abrir sus puertas en esta nueva etapa. También hay coincidencias en ampliar las salidas recreativas y la Ciudad de Buenos Aires habilitaría los paseos durante el fin de semana.
El jefe de Gabinete Santiago Cafiero trabaja en confeccionar el listado de excepciones a la cuarentena que se darán a conocer esta noche en el anuncio oficial del Presidente para la nueva fase de aislamiento social. Aquellas actividades sobre las que hay dudas o que generan cierta incertidumbre sobre la peligrosidad de contagios son consultadas en detalle con el Presidente. Y la secretaria de Legal y Técnica de la Presidencia, Vilma Ibarra, se encarga de pasar en la letra de un decreto este listado que redacta el jefe de Gabinete. Se estima que cerca de las 16, Ibarra empezará a redactar el decreto para que Alberto Fernández pueda darlo a conocer en el anuncio y de inmediato se publique en el Boletín Oficial.
El tema que aún está en debate y que genera más dudas respecto de la decisión de establecer esta nueva etapa de cuarentena es el transporte público. Se sabe que por más aumento de frecuencias de trenes, subtes o colectivos que se impongan en adelante el peligro de hacinamiento social y contagios es inmediato. En el Gobierno alertan sobre ejemplos concretos. La línea Roca de trenes es una de las más concurridas del AMBA. Por allí circulan 1,2 millones de personas por día. Y las frecuencias de trenes están saturadas. No hay posibilidad de ampliar mucho más los horarios y vagones. Por ello se teme que este pueda ser uno de los efectos más graves de una apertura indiscriminada.
Por otra parte, hay un creciente temor en el Gobierno por un eventual brote de contagios en las villas miseria tanto de la CABA como del conurbano bonaerense. Este es un tema que dialogaron ampliamente Alberto Fernández con Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof. Este último le comentó al Presidente sobre el operativo de “búsqueda activa de casos febriles” que ya impuso en cinco municipios del Conurbano donde hay más de 30 barrios populares en cada uno de ellos y casos de contagio en aumento. Este esquema prevé un operativo de rastrillaje para detección y aislamiento de aquellos casos sospechosos de COVID-19. Por ello, en el Gobierno quieren dejar bien en claro que si se da un aumento de contagios se volverá al esquema inicial de cuarentena restringida sin más discusión.
Para esta noche se prevé que habrá un anuncio del Presidente con explicación de gráficos como ocurrió en la segunda fase de cuarentena. Se estima que el gobernador Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta estarán al lado de Alberto Fernández. La idea es dar una conferencia de prensa una vez finalizado el mensaje del Presidente. No irá a la quinta de Olivos la vicepresidente Cristina Kirchner que ya habló en detalle del nuevo esquema con el jefe de Estado. En el caso del gobernador bonaerense y el jefe de Gobierno porteño, en la Casa Rosada creen que su presencia en el anuncio es relevante porque se trata de los dos mandatarios de los distritos más poblados del país y donde mayores riesgos de brotes de contagios de COVID-19 existen. La idea es unificar el mensaje.
Todo indica que hacia las 22 ya se habrán dado a conocer los anuncios que, de acuerdo al concepto de cuarentena ajustable, podrían cambiar en cualquier momento si no generan los resultados esperados.
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