Alberto Fernández se prepara para encarar el ritual de cada víspera de extensión del aislamiento social, preventivo y obligatorio que decretó por primera vez al caer la noche del jueves 19 de marzo: el análisis de los pedidos de los gobernadores -en este caso de los principales aglomerados urbanos-, la ronda de consultas con el comité de expertos que asesora a la Casa Rosada, el encuentro virtual con los mandatarios provinciales y el consejo de los funcionarios de mayor confianza abocados a la crisis en torno al avance del COVID-19 antes del anuncio, previsto para el fin de semana, de prórroga de la cuarentena con más flexibilidades.
A última hora de la tarde de ayer, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que concentra los pedidos de los gobernadores y del jefe de Gobierno porteño, recibió en su despacho de Casa Rosada al ministro de Salud, Ginés González García, y a Vilma Ibarra, secretaria Legal y Técnica. El ministro coordinador se fue después a las apuradas, entrada la noche, a Olivos.
El ministro de Salud monitorea a diario la evolución de la curva de contagios, que este martes sumó 134 y alcanzó 5.020 positivos en el país, concentrados en buena medida en la Ciudad y el Gran Buenos Aires. Ibarra estudia los alcances legales de la cuarentena, las atribuciones provinciales y las flexibilizaciones que planea el Gobierno a partir de la próxima semana.
El Presidente, el ministro de Salud y los sanitaristas que lo asesoran ya reconocen públicamente el cansancio social del aislamiento. Incluso Fernández había tomado nota del hartazgo antes del anuncio grabado y sin prensa del sábado 25 de abril en el que habilitó las salidas diarias de una hora, que le valió un cortocircuito hasta con Axel Kicillof. El gobernador esperó a que terminara el mensaje presidencial que lo tomó de imprevisto para telefonear a Horacio Rodríguez Larreta, compartir la sorpresa con el jefe de Gobierno y empezar a analizar los pasos a seguir. Al otro día, junto a Omar Perotti y Juan Schiaretti, decidieron en conjunto no adherir a la recomendación del decreto nacional.
A última hora de este martes, Rodríguez Larreta, Diego Santilli y sus principales colaboradores estudiaban los pedidos que hasta este jueves elevarán a la Casa Rosada sobre las actividades que la Ciudad pretende retomar a partir del lunes. “Estamos ganando días”, explicaban en alusión a la necesidad de estirar la mayor cantidad de días posibles para la toma de decisiones para la evaluación de la curva de contagios y su tiempo de duplicación.
Ayer, Cafiero conversó además un largo rato en su despacho con Felipe Miguel, su par porteño, sobre la nueva etapa del aislamiento.
El Gobierno había anunciado hace dos sábados la fase del aislamiento denominada “segmentación geográfica”: las restricciones dispuestas por la Casa Rosada pueden contar, hasta el domingo, con “excepciones provinciales”, aunque en los distritos con más de 500 mil habitantes el aislamiento continuó hasta estos días con casi la misma dureza de hace un mes y medio atrás.
El Presidente, los funcionarios de Salud y los expertos siguen con atención el “tiempo de duplicación de casos”, que todavía no es de más de 25 días pero que en los últimos días, por efecto de la cuarentena total, se acercó a ese número. En paralelo, las presiones sociales y de los distintos actores de la economía empezaron a sentirse con más fuerza para encarar una reapertura progresiva.
Ayer, por caso, el gobernador Omar Gutiérrez, de Neuquén, anunció que desde hoy se avanzará en la habilitación “gradual y progresiva de las distintas actividades a lo largo y ancho de la provincia”. “También, en ocho ciudades y pueblos, habremos de habilitar las salidas recreativas para nuestros ciudadanos”, resaltó el mandatario. La provincia no registra casos positivos desde hace tres días.
En Río Negro, por ejemplo, en las ciudades sin circulación social del coronavirus fueron habilitadas las actividades comerciales: tres veces por semana, en horarios restringidos de cuatro horas por la mañana, en 30 municipios de un total de 39. El distrito tuvo en el parte oficial de ayer por la noche cuatro nuevos casos confirmados.
En Santa Fe, con excepción del Gran Santa Fe y el Gran Rosario, también se habilitaron desde esta semana actividades mayoristas y minoristas con los protocolos sanitarios. Este martes registró solo un nuevo caso positivo de COVID-19.
Ayer, en tanto, Kicillof siguió abocado a tiempo completo al estudio de nuevas habilitaciones para los municipios que elevaron pedidos a la gobernación. En territorio bonaerense hay 52 distritos, en especial del interior, libres de coronavirus, según publicó ayer este medio en base a las cifras que monitorea la Unidad de Datos de Infobae.
La mayor preocupación sigue centrada en el Gran Buenos Aires. Hasta este martes por la mañana, el ranking de los 10 distritos con más positivos detectados -en números absolutos- lo encabeza La Matanza (147), seguido de San Martín (125), Merlo (91), Quilmes (86), Pilar (71), San Isidro (68), Vicente López (64), Tigre (63) y Morón (59).
En el caso de La Plata, la capital provincial, el intendente Julio Garro ultimaba en estas horas una listado de actividades comerciales, de empresas y de pymes locales para que restablezcan el funcionamiento con protocolos sanitarios. Hay desde peluquerías y salones de belleza hasta hormigoneras y fábricas de ladrillos. En la intendencia esperan la venia del gobernador.
En Lanús, Néstor Grindetti, de Juntos por el Cambio, como Garro, también avanzó en la misma línea. Lo mismo se repite en decenas de distritos.
Es que los intendentes, a pesar de la decisión de continuar con el aislamiento en línea con la Casa Rosada, empezaron a ver desde la semana pasada un relajamiento social: más ciudadanos en las calles y presión de los comercios para empezar a levantar sus persianas.
El mismo panorama de la Ciudad, que tiene de reunión permanente al jefe de Gobierno y sus colaboradores. Hasta último minuto, Rodríguez Larreta, Diego Santilli y se equipo estudiarán, de hecho, la posibilidad de ceder a la posibilidad de habilitar el esparcimiento diario de una hora, cuyo puntapié dio el jefe de Estado hace dos sábados. Un intendente bonaerense de Cambiemos planteó, en ese sentido, la opción de imponer salidas ordenadas por número de documento.
El jefe porteño espera, mientras tanto, que la Legislatura apruebe este jueves la ley de emergencia económica en la que tuvo que ceder con la facultad para implementar el pago escalonado de los sueldos estatales, y que le da atribuciones a su ministro de Hacienda, Martín Mura, para reasignar partidas presupuestarias.
La caída de la recaudación en la Ciudad fue tan brutal como en el resto del país. El Presidente aún machaca públicamente en privilegiar la salud, como reiteró en cada una de las entrevistas que concedió desde que la pandemia avanzó sin tregua en la Argentina. Pero el debate público está, desde hace varios días, cada vez más centrado en la economía. La modalidad de continuidad del aislamiento no escapa a esa discusión.
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