Todo parece indicar que Jujuy será la primera provincia de la Argentina que empezará a flexibilizar la cuarentena obligatoria. El gobernador Gerardo Morales anunció que a partir del próximo sábado se abrirán las puertas de shoppings, restaurantes, confiterías y galerías en un marco de control estricto y de cumplimiento con las normas de restricción y alejamiento social dictadas por la Organización Mundial de la Salud.
Según el propio mandatario, Jujuy acumula ya 31 días sin la confirmación de un nuevo caso positivo de coronavirus, por lo que Morales considera necesario iniciar el proceso de flexibilización de la medida de aislamiento social, con el fin de empezar a recuperar la economía regional.
“Desde el día sábado, empezamos a habilitar, gastronomía, restaurantes, galerías, shoppings, confiterías, con medidas basadas en protocolos de distanciamiento”, advirtió el gobernador, en diálogo con el periodista Luis Novaresio, en Radio La Red.
“Ya vamos camino a abrir todo. Incluso, el día miércoles vamos a anunciar un plan turístico llamado ‘Jujuy para los jujeños’ que va a empezar el 1º de junio. Para arrancar con un turismo interno”, agregó.
El gobernador jujeño indicó que la apertura de esos centros de grandes aglomeraciones de gente no se dará bajo los términos que existían antes de la explosión de la pandemia del coronavirus. Cada establecimiento deberá cumplir con las normas básicas del protocolo de distanciamiento social, como son el límite de clientes, el respeto de la distancia mínima entre ellos y conceptos ya establecidos, como el uso de un barbijo o un tapabocas.
“En los shoppings habrá una cantidad determinada de personas. En los controles va a haber una revisión estricta; además, habrá un sistema de desinfección que tienen que comprar e instalar en la entrada del shopping. Habrá una regulación de determinada cantidad de gente en el shopping”, indicó Morales.
Asimismo, el gobernador aseguró que los restaurantes deberán adaptar su salón con la colocación de mesas a dos metros de distancia, por más que eso suponga una merma en la cantidad de comensales. "Allí van a entrar a jugar las autoridades municipales, para que aquellos a los que no les entran las mesas dentro, puedan ponerlas en la vereda".
Para el mandatario provincial, la recuperación del turismo es uno de los pilares para restablecer la economía de la región. “En lugares como Purmamarca, una mujer que vendía tortillas en un puesto en la calle, antes llegaba a ganar unos 2.000 pesos por día. La zona de Humahuaca es la más golpeada por la falta de turismo”, aseguró.
El gobernador jujeño celebró el hecho de que la provincia haya cumplido un mes sin contagios de COVID-19, lo cual consideró como la comprobación de que no hay circulación del virus Sars-CoV-2 entre la ciudadanía.
Así y todo, advirtió que se redoblarán los controles para aquellas personas que acudan a las guardias de los hospitales públicos, tengan o no síntomas compatibles con coronavirus.
“Adquirimos 6 mil test aprobados por la ANMAT y estamos empezando a darles forma a los test aleatorios en la calle. Queremos empezar a establecer el plan Centinela del que tanto veníamos hablando”, completó.
El Modelo Centinela es un plan de vigilancia que consiste en tomar una muestra representativa de miles de controles aleatorios a la gente, en la vía pública o en sus propias casas, que permita luego proyectar en cantidad de infectados a la cantidad total de la región a analizar.
El modelo fue implementado por primera vez en 2006 por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) y recomendado por la OMS.
Sus principales puntos son:
1. Monitorear tendencias de la ocurrencia del evento para la identificación de umbrales de riesgo y generación de alertas epidemiológicas.
2. Monitorear las características biológicas de los agentes infecciosos.
3. Estimar, de acuerdo a las condicionantes propias de esta estrategia, la carga de enfermedad y demanda de atención en los servicios de salud.
4. Monitoreo de los patrones de distribución geográfica y social de la enfermedad.
5. Monitoreo de la utilización de servicios de salud.
6. La vigilancia de la mortalidad asociada con el evento.
7. Emplear de forma más efectiva y eficiente los recursos humanos y materiales existentes.
8. Orientar y monitorizar el impacto de las intervenciones de prevención y control.
9. Fortalecer la investigación epidemiológica, clínica y de laboratorio y el trabajo multidisciplinario.
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