El último martes al mediodía el intendente de San Miguel, Jaime Méndez, denunció, a través de sus redes sociales, que cerca de 20 presos habían regresado a sus casas en el municipio para cumplir sus condenadas con prisiones domiciliarias. Algunos de ellos, según reveló, estaban presos por secuestros, abusos sexuales y narcotráficos. Delitos graves. Su denuncia pública rebotó y se amplificó en el medio de la discusión que el oficialismo y la oposición mantenían por la decisión de la Justicia de excarcelar algunos internos con condenas menores o decidir que otros cumplan la pena con prisión domiciliaria.
El jefe comunal de Juntos por el Cambio dialogó con Infobae sobre la salida de los presos, la sobrepoblación que existe en los penales bonaerenses, el accionar de la justicia de la provincia de Buenos Aires y la postura que tomó el gobierno de Axel Kicillof frente al tema.
-Las excarcelaciones de presos o el cumplimiento de la condena con prisiones domiciliarias, ante la posibilidad de un contagio masivo de coronavirus, generaron un debate político y público en la última semana. Usted denunció que en San Miguel volvieron a sus domicilios condenados por delitos graves. ¿Cuál es la situación actual en el municipio que gobierna?
-Hablo en general de los que no preocupa a nosotros, sin meterme en lo jurídico o en lo procesal, porque no tenemos toda la información. Nos preocupa muchísimo que tengamos en San Miguel, de golpe, a 20 o 30 presos que están en sus casas. Presos que estaban en la cárcel por delitos graves. Lo que yo transmití es la preocupación que tengo como intendente por la seguridad y la paz de nuestros vecinos.
-Es decir, que hubo jueces que otorgaron la prisión domiciliaria a presos con delitos graves. ¿Qué tipos de delitos?
-Tenemos casos de delitos por robos agravados, venta de droga y abuso sexual.
-¿Tiene certificado que esos presos volvieron a los domicilios donde estaban viviendo antes de estar detenidos?
-Si, lo tenemos certificado, pero no recibimos ninguna información oficial. Ni de la Justicia ni de nadie. Esto lo sabemos porque escuchamos a nuestros vecinos que nos llamaron muy preocupados.
-¿Cuál fue la primera denuncia que recibió?
-Empezó con un caso de una persona que volvió a su barrio, que había vendido droga durante mucho tiempo y que había tenido al barrio alterado. Nos había costado erradicarlo a partir de denuncias de vecinos y otras que nosotros mismos hicimos. Muchos allanamientos. Fue un caso emblemático que logramos sacar. Hace unos días nos llamó una vecina, que había sido una de las denunciantes, contándonos que esa persona estaba en el barrio. Así nos fuimos enterando los casos uno a uno y los fuimos comprobando.
-¿Siente que el regreso de esos presos a sus casas es un retroceso en lo que respecta las causas judiciales por venta de droga?
-Por supuesto. Imagínese lo que esto significa para las fuerzas de seguridad, que arriesgaron sus vidas en los operativos, para los vecinos, las familias de las víctimas y las propias víctimas. En algunos casos llevaron mucho tiempo de trabajo. Hay dos o tres casos de venta de drogas que afectaron a todo un barrio. Los vecinos, cuando hay una persona que vende drogas en el barrio, sufren muchos problemas. Es una amenaza para sus hijos y genera situaciones de inseguridad, porque la gente que compra necesita la plata para comprar y por ahí eso motiva otros delitos. Es un gran retroceso.
-¿Frente a este retorno de los presos a sus domicilios qué medidas puede tomar el gobierno municipal?
-No tenemos ninguna facultad para definir nada que tenga que ver con la justicia. Simplemente tenemos que preocuparnos, averiguar y ocuparnos de estos temas para que los vecinos estén con la mayor tranquilidad posible. Tenemos que brindar mayor seguridad. Estamos tratando de averiguar en la justicia cómo se resolvieron estos casos, para ver si en algunos está la posibilidad de que den marcha atrás.
-¿Habló con el ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak, sobre esta situación que están viviendo en San Miguel?
-Sí. Me llamó para ponerse a disposición. Fue una conversación muy amable. También tuve una comunicación con el procurador general, Julio Conte Grand, que se puso a plena disposición y nos está tratando de ayudar con este tema. Sentimos ese apoyo. Estamos en esa etapa de averiguar bien cuál es la situación real. Porque hasta ahora toda la información que tenemos tiene que ver con lo que averiguamos nosotros a través de la denuncias de vecinos y del conocimiento que tenemos del territorio.
-¿Recibieron apoyo por parte del gobierno bonaerense?
-Fue esa comunicación con el ministro. Esa fue la comunicación que tuvimos con el gobierno. Me explicó que esto depende de la Justicia más que de una directiva del Poder Ejecutivo.
- Es el mismo mensaje que dieron Alberto Fernández y Axel Kicillof en simultáneo, advirtiendo que las salidas de los presos dependen exclusivamente de la Justicia. ¿Comparte esa mirada?
-Mi intención no es meterme en un debate profundo e integral sobre las causas y las motivaciones de todas estas liberaciones o prisiones domiciliarias. Yo lo planteo desde la realidad y desde lo que veo en las calles de San Miguel. Ni quiero, ni pretendo, ni me animo a meterme en la profundidad de las causas de estas prisiones. Yo transmito lo que veo que es una realidad. No lo digo en el aire. Lo digo porque conozco entre 20 y 30 casos. Y digo el número así y no exacto porque estamos averiguando y confirmando uno tras otro. Posiblemente sean más.
-¿Cuál es su opinión con respecto a las excarcelaciones o prisiones domiciliarias de presos? ¿Cree que en algún caso específico se deberían llevar adelante?
-No hay ninguna duda que las personas que están encerradas, porque un juez lo decidió, merecen estar en condiciones dignas. Sobre todo en una situación de pandemia como la que estamos viviendo. Todos sabemos que el virus es muy contagioso. Y los lugares como la cárcel, donde en muchos casos hay hacinamiento, donde convive mucha gente, son especialmente dignos de ser mirados y protegidos. Y, sobre todo, los presos que tienen factores de riesgo. Que pueden contagiarse y ser víctimas de esto más que otros. Yo no tengo ninguna duda que eso tiene que ocurrir.
-¿Entonces, cuál es el límite?
-La solución de esos casos no puede ser que los presos, sobre todo si cometieron delitos graves, como está ocurriendo en San Miguel, vuelvan a sus casas. Eso genera miedo en los vecinos. Esa es mi posición. Es más, yo me ofrezco para ser parte de una mesa para solucionar eso. Si esto se hubiera hecho pensando en toda la gente, no solamente en los presos, pensando en el vecino común, me podrían haber convocado a una mesa para ver que solución ofrecemos, como podemos colaborar para los presos de San Miguel que necesitan un cuidado especial.
-El dilema al que se enfrenta la Justicia y el Gobierno es que si las cárceles quedan como están, hay una posibilidad alta de un contagio masivo, pero si dejan salir a presos que están por causas graves, la sociedad les hará sentir el descontento. ¿Comparte esa apreciación?
-Si, por supuesto. Es el gran dilema y hay que encontrar una solución. Sería muy poco humanitario, de parte de todos, que no nos ocupáramos de los presos con lo que puede ocurrir. También por el bien de sus familias. Hay que resolverlo, pero esta no es la solución. Hay que buscar otra. Si alguien requiere mi opinión, yo estoy dispuesto a ser parte de la solución. Los vecinos está preocupados porque saben que los presos están de nuevo en sus barrios.
-En Chubut un preso que volvió a su casa a cumplir con la prisión domiciliaria fue golpeado por sus vecinos. ¿Teme que en San Miguel pueda pasar hechos similares?
-El vecino de San Miguel, en general, es pacífico. Hoy está cumpliendo con la cuarentena mansamente. Está con miedo por la pandemia y ahora también está con miedo por la presencia de los presos en los barrios. Además, nosotros tratamos de estar muy encima y que no haya ninguna reacción. En principio no veo un escenario así, pero hay que estar atentos.
-El problema de la superpoblación carcelaria es un tema que se viene arrastrando hace años. Diferentes gestiones al frente del Ejecutivo no lo han resuelto. ¿Es una deuda pendiente?
-Si el problema existe, hay que resolverlo. Y si viene hace tiempo, obviamente, quiere decir que todavía no se ha encontrado la solución. La pandemia ha servido para que seamos conscientes de muchas cosas que ya no van a ser iguales. Situaciones que han quedado a la luz y en las que hay que poner el foco. Por ejemplo, que los abuelos tengan que ir una o dos veces por mes a hacer una cola de tres cuadras. Hoy es un problema más grave por el virus, pero debería ser un problema siempre. Lo mismo con el sistema carcelario. Si ahora quedó más expuesto, mejor. Para que se ponga más el foco y se resuelva.
-En la semana hubo un contrapunto entre el ex juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni y el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. Uno advirtió que es importante que se haga espacio en las cárceles y que se avance con las liberaciones, y otro afirmó que ese no es el camino para solucionar el problema y que si fuera por él no saldría ningún preso. ¿Se siente identificado con alguna de las dos posturas?
-Esas fueron opiniones sobre un tema puntual. Mi opinión es que hay que resolver este problema. Hay que encararlo. Los dirigentes políticos estamos obligados a resolver los problemas de la gente. De toda la gente. De los presos, también. El problema es como se está resolviendo. Si hay riesgo de que haya un motín violento y se generé un gran caos, entonces hay que resolverlo rápido.
-¿Cómo?
-El hecho de que haya que resolver una situación crítica de los presos, algunos de los cuales tienen factores de riesgo, que merecen una atención, no significa que haya que poner en riesgo a otras personas. Muchas veces los dirigentes nos encontramos con dificultades para resolver problemas. Ante esas dificultades hay que ser creativos. No hay que aferrarse a un extremo u a otro.
-¿Esta discusión sobre la salida de los presos rompió la calma que existía entre la oposición y el oficialismo en este momento de la pandemia?
-Yo creo que esto, más allá de ser un tema que está instalado en la agenda, y que eso hace que por ahí se vean con más claridad las posiciones de uno u otro espacio político, no debería afectar el trabajo en conjunto que se está haciendo durante esta pandemia entre el gobierno nacional, provincial y los municipios. Yo planteo este problema de los presos pero sigo completamente alineado a trabajar en conjunto. Esta situación crítica exige que trabajemos entre todos.
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