Transcurre un día más de cuarentena y Gustavo Sáenz, gobernador de Salta, intenta reducir su enojo por la noticia que le dieron hace pocas horas. Un hombre, proveniente del sur, atravesó todo el país en un colectivo y, en todo el trayecto, no fue controlado por ninguna autoridad sanitaria. Cuando ingresó a Salta le hicieron un test y descubrieron que tenía coronavirus. Ese caso positivo se convirtió en el cuarto de la provincia, luego de 26 días consecutivos sin contagios. Fue golpe de efecto que lo ofuscó.
“Que esta persona no haya tenido un control en 2.000 kilómetros es un tema que hay que analizarlo con las autoridades nacionales y provinciales. Tiene que haber un control en los lugares donde inicia el viaje la gente", asegura en diálogo con Infobae. Durante la entrevista hablará de la situación crítica que vive el turismo, la determinación de no aplicar la hora de esparcimiento que habilitó el Presidente y la decisión de utilizar un porcentaje importante de los test de la provincia para testear los geriátricos.
-¿Qué posición tomó Salta con respecto a la decisión del Presidente de habilitar una hora de esparcimiento y que sea regulada por los gobernadores?
-Decidimos que en Salta no se habiliten las salidas recreativas. Hemos flexibilizado cuestiones que no estaban flexibilizadas ni exceptuadas. Les pedimos a las autoridades sanitarias nacionales que nos autoricen por una cuestión de reactivación económica y porque en la provincia no tenemos circulación viral. Hemos dado la posibilidad de activar la obra privada, las profesiones liberales e independientes, y el comercio online. En este marco no vemos que estén dadas las condiciones para flexibilizar el aislamiento. La aplicación y el control se nos van a hacer muy difíciles porque tenemos que controlar las otras actividades que exceptuamos.
-Es decir que tuvo que elegir entre controlar los protocolos del sector productivo que fue liberado o una posible apertura para el esparcimiento.
-Sí. Y aparte no teníamos en mente hacerlo. No estamos en condiciones de controlar. Se hace difícil porque tenemos un conglomerado muy grande de gente, sobre todo en Salta capital. En el interior le hemos dado la posibilidad a los intendentes, si presentan los protocolos necesarios, sobre todo en los lugares donde hay poblaciones muy chiquitas, que puedan hacerlo.
-¿Es difícil controlar ambas cosas por la cantidad de efectivos de fuerzas de seguridad que dispone?
-Es muy difícil. Mucho más que en otras provincias. Tenemos que controlar tres fronteras internacionales. Con Paraguay, Chile y Bolivia. Aparte limitamos con seis provincias. Tenemos ingresos por todos lados. Se nos hace bastante complejo el control. En la última semana ingresó una persona, que le dio positivo el examen de coronavirus, que provenía del sur. Nadie la controló en todo el trayecto.
El sistema de salud es precario y está bastante colapsado, y en este momento está golpeado por el dengue
-¿Ese hecho cambió su opinión sobre la posibilidad de iniciar un camino de apertura?
-Habíamos determinado, antes de que pase esto, poner horarios para el ingreso en los límites con otras provincias. Pero después de lo que pasó, hasta que no se garanticen las medidas de seguridad, con los documentos únicos de transporte, no lo vamos a hacer. También tuvimos 41 bolivianos que llegaron desde Bahía Blanca y querían ingresar como si fuesen argentinos. Ya hicimos la denuncia. Habían adulterado el documento de circulación.
-La flexibilización está atada a la responsabilidad individual. Lo ha manifestado el Presidente en reiteradas oportunidades. ¿Usted teme que la gente no siga los protocolos y esa falla genere un retroceso en el camino de apertura que se inició?
-En Salta tenemos más de 1.400.000 habitantes. Yo soy un agradecido del comportamiento de los salteños, independientemente de que hay muchos irresponsables que todavía no entendieron la magnitud del problema. Los buenos índices que tuvimos son gracias a que han cumplido las normas. Apenas nos apareció el primer caso positivo, tomamos medidas restrictivas.
-¿Cómo lo abordaron?
-Dispusimos la utilización del barbijo en forma obligatoria. Seguimos insistiendo, a través de una campaña, con la distancia social de dos metros, el lavado de manos y la higiene. Nosotros en la provincia comenzamos a controlar todos los geriátricos, tanto públicos como privados. La capacidad del personal que trabaja con ellos y las medidas de seguridad y salubridad. Estamos haciendo un trabajo muy grande con los geriátricos. Yo siempre digo que prefiero que nos juzguen por haber hecho cosas de más que por no haber hecho lo suficiente.
-¿Qué fue lo que sucedió con el último anuncio del Presidente, cuando decidió extender la cuarentena y anunció que abriría una hora de esparcimiento en todo el país? Al día siguiente muchos gobernadores dijeron que no aplicarían la medida. ¿Habló con ustedes? ¿Hubo un cortocircuito?
-Había gobernadores que ya habían tomado la decisión de habilitar un tiempo para hacer gimnasia. Él había consultado con la parte epidemiológica. Es una medida que tenía en la cabeza. Más por una cuestión de salud mental, porque había muchos llamados en el 911 manifestando que necesitaban salir. Estaba en su cabeza pero no manifestó la posibilidad de sacar esa medida en la última teleconferencia que tuvimos.
-¿Les sorprendió que lo haya anunciado sin consultarles, teniendo en cuenta que viene haciendo los anuncios en forma coordinada con todos los gobernadores?
-A mí no tanto. Porque en una reunión anterior había analizado la posibilidad que se pueda salir a caminar a 500 metros de las casas. Ya lo venía pensando y analizando. Calculo que también tiene que ver con que en los grandes centros urbanos hay mucha gente que vive en departamentos. En Salta hay muchos lugares donde la gente vive en casas y les es más fácil salir a tomar un poco de aire. Nosotros veremos más adelante si podemos, si estamos en condiciones, de poder flexibilizar esas salidas.
Una vez que pase el aislamiento y si no hay circulación viral, junto a otras provincias del norte vamos a buscar fomentar el turismo interno
-El Presidente aseguró que hay datos que marcan que hay que encaminarse hacia un proceso de circulación paulatina y que los gobernadores deben entender que no se puede dejar a la gente adentro de sus casos por mucho tiempo más.
-Tanto Alberto como los gobernadores vimos un relajamiento de la cuarentena en algunos sectores. Es preocupante que la gente piense que esto ya ha terminado. Estamos peleando contra un enemigo invisible que en el mundo no saben cómo contenerlo. A los gobernadores nos preocupa que al flexibilizar algunas actividades nos pueda ir mal. Independientemente de que se puede retroceder en las medidas si no funcionan. Nosotros estamos trabajando en ver que actividades que están muy golpeadas se pueden flexibilizar. Por ejemplo las peluquerías, los oficios o los changarines.
-¿Usted lo que tiene dispuesto es seguir el protocolo que diseñaron para las actividades, evaluar si el cumplimiento es efectivo y en el caso de que no sea así, dar marcha atrás con la flexibilización?
-Sí. Esa es la postura que tenemos. Hablamos con los colegios de abogados, contadores y arquitectos. También con las cámaras de la construcción y el comercio. Nosotros pusimos los horarios. A la mañana no puede haber nadie en los comercios y por la tarde solo pueden entrar dos personas a cada uno de los locales.
-¿Qué áreas le pidieron flexibilizar al gobierno nacional?
-La obra privada, las profesiones liberales e independientes, el comercio online y por venta telefónica.
-¿En este tiempo que transcurrió, cómo fue la aplicación?
-Bastante bien, salvo en algunos comercios a los que les advertimos que si no cumplen, van a ser clausurados hasta que termine esta situación.
-Tienen solo cuatro casos confirmados de coronavirus. Tres ya fueron dados de alta y están en sus casas. El último es el que ingresó proveniente de Río Negro. Además, logró estar 26 días sin nuevos contagios. ¿En qué reside el éxito de esa tasa de contagios?
-En Salta no hay circulación viral. El último caso fue un golpe grande porque veníamos muy bien. El éxito reside en el comportamiento de la gente. En llevar adelante el aislamiento como corresponde y en que las medidas de control sean inflexibles en todo momento. Controlar, controlar y controlar. Y garantizarle a la gente que los estamos cuidando, mientras ellos se cuidan quedándose en sus casas. Radica en eso. Y, por sobre todas las cosas, en Dios, que nos está dando una manito.
Pusimos muchos de los test PCR a disposición de los geriátricos, creemos que es una gran inversión
-Contó que están haciendo test en todos los geriátricos. ¿Cuál es el fundamento de esa decisión política?
- Primero hicimos un relevamiento de todos los geriátricos de la provincia y después decidimos avanzar con el testeo, y la aplicación de las vacunas correspondientes, para saber que todos están bien. Pero, por sobre todas las cosas, es fundamental las condiciones de la gente que los cuida. La forma en que deben hacerlo y las medidas de salubridad e higiene. Ahí apuntamos también.
-¿Los test que utilizan son los rápidos o los de PCR, que son los que utiliza el Instituto Malbrán?
-Son los de PCR. Nosotros no tenemos test rápidos. Los hemos puesto a disposición de los geriátricos. Creemos que es una gran inversión la que estamos haciendo.
-¿El Gobierno les manda reactivos a ustedes para que puedan hacer los test?
-Nación nos va a mandando de a poco, como les manda a todas las provincias. Seguramente a las que tienen mayor circulación y mayores problemas, les mandará más. Lo mismo con temas de respiradores. Nosotros también buscamos adquirir.
-En una entrevista con Infobae, la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, dijo que la salida del parate económico podía generarse haciendo una mayor cantidad de testeos. ¿Comparte esa postura?
-En el mundo se ha demostrado que la primera medida, la que más sirve, son los test masivos. Sobre todo por la cantidad de gente asintomática. De hecho este hombre que llegó de Río Negro no tiene ningún síntoma. Sería fundamental. El tema es que es muy difícil y muy costoso hacerlo. No sé si están dadas las condiciones para que el gobierno nacional lo haga. Aparte, no hay.
-¿Ustedes están buscando adquirir más test?
-Venimos buscando conseguir test y demoran muchísimo. Te dicen un precio y al otro día te lo cambian. Es complejo el tema. En España han demostrado que se han comprado un montón de test que después no funcionaron, que dieron falsos negativos.
-¿Entonces, en la actualidad, usted no tiene la posibilidad de hacer un testeo grande en Salta para tratar que la gente que no está infectada vuelva a su vida normal?
-No. No estamos en condiciones de hacerlo. Por la cantidad que tenemos. Nosotros no tenemos más de mil test en las provincias. Es lo que hemos recibido más los que estamos buscando. En Salta tomamos la decisión de hacerles a los grupos más vulnerables, que en este caso son los viejitos, para evitar lo que ha pasado en otros países con esos grupos de riesgo.
-¿Tuvo problemas con los precios en la compra de insumos médicos y alimentos durante la pandemia? Es decir, que los proveedores hayan subido los precios frente a la gran demanda.
-Si. Lo hemos tenido. Los tiene todo el mundo. Hay una especulación muy grande. Uno hace la compra o pretende hacer la compra y te dicen que dentro de 20 días llegan, pero no te garantizan que lleguen. Entonces después volvemos para atrás. Nos ha pasado con barbijos y con respiradores. Nos pasa con todo. En este momento no tienen en stock la cantidad que uno necesita y muchas veces, con tal de vender, te dicen que sí, que ya van a llegar, que te quedes tranquilo.
En Salta no tenemos circulación viral y decidimos activar la obra privada, las profesiones independientes y el comercio online
-No pueden confiar...
-Hay gobernadores que estaban pidiendo que les presten test hasta que les llegue la compra que habían hecho. Pero nada garantiza que lleguen o que llegue en el tiempo que uno los necesita. Yo eché atrás un montón de compras y órdenes de compras por este tema. Porque si no te entregan en tiempo y forma, después no te sirve para nada.
-¿Con los alimentos le pasó de comprar a un precio y que, dos semanas después, le pasen un precio más elevado?
-No. Con los alimentos no hemos tenido problemas. Porque ya están los precios fijos y nosotros nos manejamos de acuerdo a los precios que maneja Nación.
-Cerró el ingreso de transporte de media y larga distancia a la provincia luego de que se confirmara el cuarto caso de coronavirus. ¿Fue una medida ejemplificadora para mostrar que un paso en falso es un retroceso para todos?
-Sí. Pero también tiene que ver con decirle a la gente que está cumpliendo y quedándose en su casa, que no van a pagar justos por pecadores. ¿Cómo le explico a la gente que está haciendo un gran esfuerzo para no contagiarse que dos delincuentes entraron escondidos en un colectivo y que venían de estar en contacto con una persona infectada? ¿Qué pasaba si no los encontrábamos? La medida es ejemplificadora y es para decirles a los salteños que los estamos cuidando. Pero también hay que cuidar a los argentinos.
-¿A qué se refiere?
-Recorrieron 2000 kilómetros en un colectivo. Tres de los que venían se quedaron en Santiago del Estero, uno o dos en Salta y hubo 50 que llegaron a Jujuy y que los tuvieron que testear para ver en qué condiciones estaban. Esto tienen que ver con el control de los lugares de donde mandan la gente. Yo les aseguro que si mando un colectivo con salteños, van garantizados adonde vayan, porque no hay circulación viral. Que no hayan tenido un control en 2.000 kilómetros es un tema que hay que analizarlo con las autoridades nacionales y provinciales. Los que ingresaron a Salta venían de estar con una persona que tenía coronavirus.
-¿Piensa en algún protocolo nacional para controlar la circulación del transporte de larga distancia y los ingresos a las provincias?
-Sí. Tienen que ser más estrictos y la gente también tiene que entender. Acá los padres quieren que sus hijos que están estudiando vuelvan a sus casas. Pero si vuelven, hacen la cuarentena en sus casas y alguien de sus familias sale a trabajar, no se cumple con el aislamiento. Esas situaciones son difíciles de controlar. Y no son los únicos casos.
-¿Qué otros hay?
-Pasa lo mismo con los trabajadores golondrinas. No hay ningún tipo de control, de protocolo de seguridad, que le dé garantías a la gente que los que vienen en un colectivo desde afuera estén sanos. Deberían testearlos cuatro días antes de viajar. Eso le daría garantías a las provincias. Pero si tenemos una cantidad de gente recorriendo el país, como el caso de la persona que ingresó a Salta, y no son controlados, entonces es muy difícil. Sería bueno que a los estudiantes y trabajadores golondrina se les haga un testeo antes que viajen a sus provincias.
-¿El regreso de muchos trabajadores golondrina es un problema que se replica en las provincias del norte?
-Sí. En Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Tucumán. Lamentablemente los empresarios les pagan y después se desentienden. La poca plata que tienen la deben gastar en un lugar para vivir o en la comida. Y pasa lo que está pasando ahora. Les cuesta mucho regresar a sus casas. La gente está muy asustada en Salta. Sé que cerrar el transporte de larga distancia es una medida dura, pero la gente ha hecho un esfuerzo muy grande. No podemos retroceder.
-Salta es uno de los puntos turísticos más grandes que tiene la Argentina. ¿Cuántos ingresos perdieron por la caída abrupta del turismo?
-Es incalculable lo que ha perdido el turismo. Lo que hemos perdido los salteños. Es uno de los sectores más castigados por esta pandemia. Estamos viendo cómo ayudamos al sector. Están bastante complicados los gastronómicos, los hoteleros y los guías de turismo. Hay gente que está muy golpeada, independientemente de lo que sucede en la economía en general. El turismo ha sido el sector más golpeado de todos en Argentina.
-¿Cuál es el mensaje a esas ciudades y personas que viven exclusivamente del turismo, más allá de la ayuda económica del gobierno?
-Es empezar de nuevo. Estamos buscando entre algunas provincias del norte, una vez que pase esta etapa de aislamiento y si no hay circulación viral, fomentar el turismo interno. Por lo menos que puedan absorber los gastos. Lo estamos hablando con los gobernadores de Jujuy y Catamarca. Y después, desde el Estado, ver cómo podemos ayudar. Lo estamos haciendo. Pero no alcanza.
Sería bueno que a los estudiantes y trabajadores golondrina que vuelven a la provincia se les haga un test antes de viajar hacia Salta
-¿Cuál es la situación financiera de la provincia después de este parate económico que ya lleva más de un mes?
-Al igual que todo el país, estamos pasando un momento muy duro, priorizando lo que hay que priorizar, que es la salud de los salteños. Poniendo en condiciones el sistema de salud. Nosotros asumimos con una triste realidad hace cuatro meses con el tema de las comunidades originarias y desde ese momento empezamos a trabajar y comprar ambulancias. Empezamos a comprar más insumos para los hospitales y a contratar médicos y enfermeros. A nuestro sistema de salud también lo golpea el dengue. Es precario y está bastante colapsado, pero lo vamos mejorando de a poquito.
-¿Cuánto cayó la cantidad de ingresos?
-Los ingresos de la provincia han caído casi un 40%. En los municipios es terrible la situación porque tampoco tienen recaudación. Nadie paga los impuestos. Es complicada la condición en la que estamos.
-¿Le costó hacer cumplir la cuarentena en los lugares donde están instalados los pueblos originarios?
-Es muy difícil poder hacer cumplir en lugares como esos, teniendo en cuenta en las condiciones que viven. Algunos no tienen ni casa. Son chozas hechas con chapas y ladrillos. Hay lugares en los que hemos podido dar mayor libertad porque no hay circulación viral. Este es un caso.
-En la última semana se generó un fuerte debate entre el oficialismo y la oposición por la decisión de algunos jueces de excarcelar a presos con condenadas menores u otorgarles la prisión domiciliaria a algunos que tenían condenas por causas graves. ¿Cuál es su postura?
-Soy respetuoso de los distintos poderes del Estado, pero no estoy de acuerdo con la liberación de presos de esta forma. Es verdad que, por una cuestión humanitaria, se les debe brindar garantías de seguridad y salubridad. Pero la salida de personas que fueron condenadas por delitos graves no es la solución. Es una falta de respeto a la gente, a las víctimas y a sus familias. Es una falta de respeto a las instituciones. En Salta, por ejemplo, no tenemos la cantidad suficiente de tobilleras electrónicas para controlar a los presos que podrían cumplir la condena en sus domicilios. Esta no es salida.
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