La principal fuerza de oposición, liderada por el radical Luis Naidenoff y Humberto Schiavoni, del PRO, entregó por escrito una contrapropuesta a Cristina Kirchner para que el Senado vuelva a sesionar. Propusieron un acuerdo político sobre la base de algunas cuestiones que consideran imprescindibles: que los jefes de los bloques o quienes ellos indiquen estén presentes en el recinto, más tiempo para las exposiciones y, entre otros, acotar explícitamente el plazo para las sesiones virtuales a la duración del aislamiento obligatorio.
Específicamente solicitaron un sistema mixto que combine la participación remota de la mayoría de los senadores con la presencia en el recinto de las Autoridades de Cámara, tal como propuso CFK, y en cambio sumar “un máximo de 15 senadoras y senadores, respetando la proporcionalidad política, o autoridades de cámara y presidentes de bloque o quien ellos designen en su reemplazo”.
En la tarde de ayer, apenas salió de la reunión en el despacho de la presidencia del Senado, Luis Naidenoff se encerró en frenéticas reuniones para transmitir lo que había hablado con Cristina Kirchner y con el jefe del bloque del Frente de Todos, José Mayans, y compartió con todos los senadores el documento que ella le entregó en el que regula las sesiones a distancia y establece que los 72 legisladores participarán de manera remota. Aunque las presentó a modo de “recomendaciones”, algunas condiciones sonaron a imposición a los oídos opositores, como la sugerencia de reducir al mínimo la lista de oradores y el tiempo disponible para cada uno.
El bloque radical suma 14 diputados y el del PRO 8. Aunque el oficialismo tiene mayoría propia y puede sesionar, consideran que no hay margen político para hacerlo sin acuerdo.
Schiavoni había juntado a los propios para avanzar en el reclamo del reinicio de las sesiones mientras que Naidenoff, que además es jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, intentaba mediar entre los más duros y quienes se presentaban proclives a un acuerdo político. En paralelo, Diputados consensuó un protocolo de funcionamiento virtual que incluso la oposición del Senado pedirá tomar como ejemplo.
Cerca de Martín Lousteau se alinearon los más molestos con la propuesta que elaboró Cristina Kirchner con su equipo. La consideraron “un avasallamiento” y un plan “rígido” para una sesión.
Entre otros puntos, el plan de CFK es que los senadores vayan a las legislaturas, sedes de la Gobernación o concejos deliberantes para tener garantizada la conectividad, mientras que en el recinto del Palacio sólo estaría ella como titular del cuerpo presidiendo la sesión frente a las cámaras y pantallas junto con el secretario parlamentario y el prosecretario. Juntos por el Cambio contrapuso a esta idea una similar pero no igual: que los senadores que se conecten en forma remotan puedan hacerlo desde organismo oficiales en sus distritos, desde su despacho en la Cámara de Senadores o desde su domicilio particular si las condiciones de conectividad l o permiten.
En ese contexto, citan algunos opositores, los que residen cerca como Martín Lousteau, Guadalupe Tagliaferri y Mariano Recalde, de la Ciudad, deberían ir al Concejo Deliberante porteño, mientras que Esteban Bullrich, Jorge Taiana y Gladys González deberían ir a La Plata. Desde el kirchnerismo responden que si los seis estuvieran con CFK en el Senado tendrían un privilegio en la modalidad de sesión a distancia respecto al resto de los senadores de las provincias. Y apelaron a la intención de mantener “equidad” para el “federalismo”. En la charlas que viene teniendo internamente la oposición, los más duros en cambio aseguran que la Vicepresidenta “no quiere que nadie participe”.
En ese ida y vuelta, esta mañana siguieron las reuniones. Naidenoff conversó con los radicales en forma virtual. Hubo cruces de opiniones. Y luego siguió con una reunión presencial en su despacho con los pocos que están en la Capital. Finalmente consensuaron una carta a Cristina Fernández que firmaron Naidenoff, Schiavoni y Juan Carlos Romero como presidente del Interbloque Parlamentario Federal.
El texto de los opositores incluye además la obligatoriedad de que haya reunión de Labor Parlamentaria en la que los jefes de los bloques consensúen antes de cada sesión el temario que propusieron acotado a iniciativas vinculadas con el COVID-19. También pedirán que el tiempo para cada orador sea el que marca el reglamento: 20 minutos. De todos modos hicieron un guiño a la Vicepresidenta al indica que si los jefes de los bloques acordaran algo distinto en Labor Parlamentaria acordara, así se haría. Y, finalmente, reclamaron como plazo máximo para sesionar en forma virtual 60 aunque aceptarían una prórroga previo acuerdo político con los bloques parlamentarios y si las circunstancias sanitarias lo ameritan.
En declaraciones a Radio Continental el propio Naidenoff había adelantado que "si la Cámara de Diputados está avanzando en sesiones mixtas, creo que en el mismo sentido deberíamos avanzar en el Senado para que los presidentes de bloque o quienes residan en lugares próximos puedan asistir de manera presencial a la sesión”. Y coincidió con su par Mayans al calificar como “positiva” la reunión que tuvo con la Vicepresidenta.
“Tenemos que hacer un gran esfuerzo y establecer acuerdos para lograr el funcionamiento del Senado y, lógicamente, con posiciones irreductibles tampoco se puede avanzar así que, ante la propuesta (de la Vicepresidenta), vamos a llevar una contrapropuesta”, avisó tanto a oficialistas como a su propia tropa.