El jefe del bloque de senadores del Frente de Todos, José Mayans, se irritó. “¿Qué vamos a hacer, un debate?", reprochó por la larga lista de preguntas para el canciller Felipe Solá en la comisión de Relaciones Exteriores justo el mismo día en que Juntos por el Cambio reclamó interpelarlo. ”Estamos haciendo lo que habíamos acordado", salió al cruce en la reunión virtual el presidente de la comisión, Jorge Taiana, a cinco minutos de que se terminara el horario previsto. Clausuró la discusión Solá: “No veo que tenga nada más importante que quedarme a responderles”, terció justo cuando la oposición empezaba a reclamarle precisiones sobre la posición de Argentina en el Mercosur. Se enojó en cambio con la reiteración de cuestionamientos y pidió que “no inventen” pero se quedó una hora más.
Primero con calma y luego molesto, Solá ratificó que el país no dejará el bloque regional y justificó la discusión del 24 de abril en la que a través del secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, el Gobierno rechazó el planteo de Brasil para acelerar un acuerdo con Corea y clausuró el diálogo con ese país, con Israel, Canadá y el Líbano. “Hicimos un gran esfuerzo para que no se rompiera la armonía del Mercosur” aseguró y manifestó que no aceptaron lo que solicitaron los brasileros “por la incertidumbre que vemos en la economía argentina”.
El ministro se explayó sobre las razones argentinas: “No podemos abrir el comercio con Corea porque le vendemos muy poquitas cosas. Hace muchísimos años que negociamos cuestiones sanitarias, nunca pudimos pasar el servicio sanitario de Corea”. Y advirtió que “Corea propone bajar de igual a igual los aranceles, nos inundaría de autos mucho más, es mucho más competitiva en acero, química, empresas farmacéuticas”.
“No es un tema ideológico es un tema de tiempo para estudiar qué significa cerrar un acuerdo con Corea.”, repitió finalmente y hasta se describió como “un admirador de Corea”.
Excepto dos senadores oficialistas que lo respaldaron, el resto fueron cuestionamientos sobre el Mercosur. “No tenemos que tenerle miedo a los televisores coreanos para defender a los aprovechadores de Tierra del Fuego que tienen a los argentinos presos para vender al doble del valor. Brasil puede reaccionar de una manera no cordial. El camino es la salida del Mercosur, este es un camino largo, por más que el lenguaje diplomático sea cortés y cordial el camino va a ser el aislamiento”, le retrucó el salteño Juan Carlos Romero, presidente del interbloque Federal.
“¿Por qué dejamos la mesa de negociación? Bastaba decir este acuerdo no me gusta”, adhirió Esteban Bullrich quien recordó que Paraguay ya emitió un comunicado para continuar las negociaciones con Brasil y Uruguay.
Intensificó la batería de preguntas Martín Lousteau: “En un mes Corea importa lo que Argentina importa en un año. Es un mercado muy interesante pero coincido en que las negociaciones comerciales hay que abordarlas con muchísima cautela y estudios”, arrancó a favor del ministro. Luego consideró “sorprendente” levantarse de una mesa de negociación y preguntó si esto significa que se flexibilizará el Mercosur.
Al responder a los senadores de Juntos por el Cambio Solá elevó el tono. “No nos levantamos de la mesa; si necesitan un invento para hacer oposición, invéntenlo. ¿Quieren que vaya a dar explicaciones a la Cámara? Voy”aceptó públicamente el pedido de interpelación y reiteró que “no nos excluimos de ningún lado, las palabras de Neme son para decir ‘vamos a ver cuándo y cómo"’.
Argentina tiene un interés enorme para desideologizarse” se defendió. Y a Romero le dio una noticia: “Acabamos hoy de recibir de México la apertura para el poroto negro, irá al NEA, fundamentalmente a Salta”. Avisó que se intenta exportar carne al mercado mejicano.
“Argentina no abandona el Mercosur, no se levantó de ninguna mesa, mañana hay una mesa para conversar, no den vuelta la carga de la prueba, es exactamente lo contrario, lo que recibimos es que tenían un convenio y lo querían acelerar. Nosotros somos primero un espacio de integración, comercial, financiero si se pudiera, cultural, de infraestructura y de amistad y hermandad”, dijo con énfasis. Y agregó que “no rompemos el Mercosur, mañana vamos a ir a la misma mesa de coordinadores y vamos a discutir todo lo necesario” reiteró.
Incluso mencionó el acuerdo de Argentina con la Unión Europea: “No nos vamos a pelear con algo que está concluido aunque nunca lo hubiéramos firmado y nadie fue consultado. Incluso todavía no se conocen los textos”.
Los operativos de repatriación
Gran parte de la presentación tuvo otro tono. Ante la comisión del Senado, Solá expuso y respondió preguntas extensamente sobre la repatriación de argentinos en el marco del COVID-19 como ya había hecho días atrás en Diputados.
Sin mencionar los cuestionamientos a la llegada de médicos desde Cuba, tanto los senadores radicales Silvia Elías de Pérez como el mendocino Julio Cobos y el senador del PRO Esteban Bullrich consultaron por qué no se tenía como prioridad a los médicos argentinos que necesiten regresar desde el exterior. “La prioridad que dije a los cónsules el 12 de marzo fue por fecha de pasaje y que separen personas sin problemas de las personas vulnerables. Ser médico no significa estar listo para enfrentar la pandemia porque las guardias son lugares hostiles, hay más gente para atender y menos espacio para aprender, los salarios no son los mejores y perdió prestigio trabajar en los hospitales públicos”, describió tomando como ejemplo la imperiosa necesitad de médicos y enfermeros en el Conurbano bonaerense. “No sé si ese médico está dispuesto a ir a un hospital a trabajar, no me gusta que me digan soy médico póngame adelante” se sinceró el Canciller que también expresó sus dudas al preguntarse si ese médico que vendría antes que una persona con problemas volvería a la actividad privada o si aceptaría en cambio ir al Conurbano.
Sobre el final volvió a incomodarse con la senadora tucumana Elías de Pérez: “Usted dice que los médicos argentinos perdieron prestigio”, se indignó ella. Terminaban las tres horas de debate cuando Solá volvió a ofuscarse: “No me cambie la bocha senadora, no dije que los médicos argentinos no tienen prestigio, todo lo contrario”.
Como viene diciendo desde hace varios días, el ministro reconoció que “uno quiere repatriar argentinos y Salud no quiere repatriar virus, las restricciones vienen de cuántos vienen infectados”.
Y reiteró las restricciones de distintos países y compañías. “Estamos cortos de aviones”, admitió y delegó la responsabilidad en las empresas privadas que cancelaron vuelos, especialmente para los argentinos que están en Asia, Oceanía y África que, en caso de venir al país, regresarían vacíos.
“Dependemos de que muchas líneas aéreas modifiquen su decisión, sino vamos a seguir avanzando a este ritmo de 300 o 400 personas por día”, consideró. Y contó la tarea que realizan Aerolíneas Argentinas y la Fuerza Aérea.
“Intentamos no cobrar el 30% al dólar turista y no hubo caso, una respuesta que me supera es que podrían comprar cosas a más bajo precio”, respondió sobre el planteo respecto a por qué no quitan ese impuesto a los varados.
A pedido del senador Oscar Parrilli dio la cifra de CIAR (ciudadanos argentinos) que aún no regresaron: 24.501. De esa lista, 6600 están en Europa; 6100 en América del Sur; 4646 en América del Norte; principalmente Estados Unidos y menos en Canadá; 4200 en América Central; especialmente en México; mientras que en Asia, África y Oceanía quedan 2800. “El 90% quieren volver como sea”, describió.
Hasta el momento volvieron unos 70.000 por vía aérea a un costo de USD 1.500.000 más otro millón en concepto de protección. Desde el 17 de marzo ingresaron por vía terrestre 180.000 argentinos, contabilizó.
Humanizó su descripción al decir que "la voz de los que no han entrado va a ser cada día más desesperante, entiendo perfectamente la necesidad de certeza”. Dio además un cronograma de una semana a diez días con vuelos desde Miami, París, Roma, Costa Rica, Cuba, Guatemala y Colombia, entre otros países. Incluso anticipó que enviarán un vuelo al oeste de Estados Unidos.
“No vamos a mezquinar un peso” avisó pero “no queremos caer en la usura de empresas que pidan cualquier precio”, apuntó.