Alberto Fernández consiguió el viernes, después de la reunión virtual de tres horas, el respaldo político de los 23 gobernadores y del jefe de Gobierno porteño para extender el aislamiento social, preventivo y obligatorio al menos hasta el 10 de mayo, la nueva fase del confinamiento.
En la tarde de ayer, de hecho, los 24 mandatarios provinciales dieron el visto bueno para una solicitada de apoyo a la decisión sanitaria de la Casa Rosada de prolongar la cuarentena, implementado por primera vez desde el viernes 20 de marzo, es decir hace más de un mes, para hacerle frente al avance del coronavirus en el país. Con resultados positivos en el achatamiento de los contagios.
En la teleconferencia en la previa del fin de semana, el Presidente había adelantado su decisión, ratificada el día anterior con datos científicos aportados por el comité de expertos que lo asesora desde mediados de marzo, con diferencias entre los distritos con poca circulación del virus y los grandes conglomerados urbanos. Con potestad por parte de los jefes provinciales para darle curso a aperturas reguladas del confinamiento.
Lo llamaron “semáforos sanitarios”. La nueva etapa del aislamiento: focalizada por distritos, con base en la cantidad de contagios y en la circulación del virus. Ayer, 15 provincias registraron cero casos: Chubut, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Cruz, Tucumán, Catamarca y Formosa, estas dos últimas sin positivos de COVID-19.
En el mensaje de ayer por la noche, el jefe de Estado aclaró que la implementación de nuevas actividades eran para aquellos distritos con “menos de 500.000 habitantes” -una definición geográfica que ya se había fijado con antelación-, sin transmisión comunitaria y con la obligación de informar a diario al Gobierno nacional de la evolución de casos, entre otros requisitos.
Es decir, con la excepción de la Ciudad y la Provincia, y las grandes ciudades del interior, como Mar del Plata, el Gran Rosario, Gran Córdoba, Gran Mendoza, Salta o el Gran Tucumán, entra otras.
Pero además de la flexibilización de más actividades en esos poblados, Fernández agregó que, desde este lunes, estarían habilitadas las salidas en un radio de 500 metros para toda la población, sin distinción de edad o grupos de riesgo, bajo extremos cuidados.
“Podremos salir a airearnos un poco”, abundó más tarde por la señal C5N.
Sin demasiadas precisiones, y a la espera del decreto que durante todo el día ultimó la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, el anuncio del Presidente dejó en una posición incómoda a Horacio Rodríguez Larreta y a Axel Kicillof, jefes de los distritos con mayores casos de COVID-19: según el reporte de ayer por la noche, la Ciudad y la Provincia concentraban 2.246 infectados del total de 3.780 en todo el país.
Es que el Gobierno, según trascendió en los últimos días, pasó de discutir internamente una rutina diaria y cuidada para los menores a avalar la salida de toda la población para caminar.
La decisión oficial de habilitar salidas diarias de una hora de cualquier argentino -la delegación de UNICEF le había aconsejado al mandatario permitir el esparcimiento al aire libre de los menores- era discutida anoche bajo un fuerte hermetismo y con inquietud por las administraciones bonaerense y porteña, que de antemano no querían darle curso a la iniciativa nacional.
¿Cómo decidir y comunicar después de la expectativa generada por el jefe de Estado?
“Ahora es una decisión de cada provincia”, explicó cerca de las 11 de la noche Fernández por la señal C5N.
El anuncio, para colmo, estuvo precedido por un grosero y descortés silencio de la comunicación oficial, llamativo por tratarse de un tema de tamaño impacto social. Los medios se apostaron en la puerta de Olivos desde temprano, sin confirmación sobre el horario del mensaje presidencial. Al final fue después de las 21, grabado, sin acceso a la prensa ni posibilidad de preguntas. Con la inclusión de Carla Vizzotti, portavoz del Ministerio de Salud junto a Ginés González García, con cada vez más protagonismo.
El mandatario eligió, un rato más tarde, una entrevista con un canal de televisión.
Anoche, colaboradores de Kicillof -que en la teleconferencia del viernes se sentó en Olivos al lado del jefe de Estado- y de Rodríguez Larreta apuraban reuniones y conversaciones de urgencia a la espera del decreto para definir qué hacer con las salidas diarias.
En la Ciudad no había una decisión tomada. Aunque la cúpula del gobierno local se inclinaba por seguir cómo hasta ahora.
“Vamos a esperar la letra fina del decreto”, decían. “No lo veo cercano”, respondió Diego Santilli, vicejefe de Gobierno, días antes del anuncio presidencial sobre la posibilidad de habilitar el esparcimiento controlado de menores.
La administración local viene de una fuerte controversia social por la decisión de obligar a los adultos mayores a pedir autorización para salir a la calle a comprar o para trámites urgentes. La Casa Rosada da ahora vía libre incluso para los grupos de riesgo.
Pasadas las 22 de este sábado, Rodríguez Larreta mantenía una reunión virtual con varios ministros y asesores para debatir la idea. El anuncio presidencial los dejó desorientados.
En el caso de la Provincia, Kicillof debatía con sus colaboradores qué hacer. Pero fuentes de la gobernación daban cuenta de que el gobernador no quería saber nada con habilitar las salidas diarias. A pesar de que este domingo se oficializarían nuevas excepciones en algunos distritos bonaerenses.
El Conurbano bonaerense es el mayor foco de preocupación del país. Un intendente de llegada privilegiada a la Casa Rosada lo definió ante este medio hace algunas semanas, cuando empezaban a aparecer los primeros casos, con una definición acuciante: “Estamos al frente de una estación de una estación de servicio, una chispa y estallamos por el aire”.
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