Exclusivo: el non paper que explica la decisión de la Argentina frente a la crisis política en el Mercosur

Fue redactado por Cancillería cuando se supo que Brasil, Paraguay y Uruguay continuarían negociando tratados de libre comercio con Corea del Sur, Canadá, India y Líbano, pese al rechazo explícito de la Casa Rosada. Fundamenta la decisión de suspender la participación argentina en ese bloque

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Alberto Fernández en la quinta de Olivos. (Presidencia)
Alberto Fernández en la quinta de Olivos. (Presidencia)

Alberto Fernández cree en la integración regional y apoya la continuidad del Mercosur, pero tiene profundas diferencias con Brasil, Paraguay y Uruguay respecto a las estrategias que deben ejecutarse para enfrentar en el Cono Sur las consecuencias económicas y sociales que derivarán tras la crisis del coronavirus.

El presidente argentino sostiene que la apertura económica será letal para el sistema productivo regional y por eso rechaza ahora la decisión de Jair Bolsonaro (Brasil), Mario Abdo Benítez (Paraguay) y Luis Alberto Lacalle Pou (Uruguay) de cerrar acuerdos de libre comercio con India, Líbano, Corea del Sur y Canadá.

En Olivos explicaban anoche que Alberto Fernández no trataba de representar una posición ideológica estatista ante el pensamiento liberal aperturista de Bolsonaro, Benítez y Lacalle Pou, sino de plantear una perspectiva realista ante las consecuencias inevitables del paso de la pandemia por América Latina.

El jefe de Estado considera que firmar esos acuerdos con Corea del Sur, Canadá, India y Líbano implicaría inundar al mercado argentino con productos extranjeros que pueden profundizar aún más la actual crisis del sistema industrial nacional. Y, a través del canciller Felipe Solá, exigió congelar esas negociaciones hasta nuevo aviso.

No. Respondió la diplomacia de Brasil, Uruguay y Paraguay.

Felipe Solá en la asunción del presidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle Pou. (Presidencia)
Felipe Solá en la asunción del presidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle Pou. (Presidencia)

Con esa taxativa respuesta, Alberto Fernández decidió ejecutar una ofensiva diplomática que se centró en la redacción de un Non Paper elaborado por la Cancillería y aprobado anoche en la quinta de Olivos.

No hubo ninguna gestión urgente para abrir una línea negociación con Brasilia, Asunción o Montevideo, y la única comunicación fue un posteo en Twitter y el Non Paper que se remitió de manera extraoficial a los tres socios restantes del Mercosur.

Anoche, las relaciones exteriores en la región quedaron en stand by a la espera de un movimiento político que ningún jugador -por ahora- desea ejecutar.

Entonces, Argentina decidió suspender de hecho su participación institucional en el Mercosur, y la diplomacia tradicional quedó así encallada en una red social y en un Non Paper de cinco párrafos a un espacio de interlineado.

Ese Non Paper tiene que ser decodificado para que se entienda el sentido de su jerga diplomática y la profundidad de su intención geopolítica.

El documento oficial surge a continuación de una videoconferencia protagonizada por coordinadores nacionales del Mercosur, adonde Argentina solicita suspender la negociación de los tratados de libre comercio y Brasil, Paraguay y Uruguay se niegan.

El Non Paper rescata la importancia del Mercosur como foro regional, respalda las actuales gestiones diplomáticas para finalizar las negociaciones restantes con la Unión Europea (UE) y el EFTA (European Free Trade Agreement), y revela que Argentina se autoexcluye de las deliberaciones comerciales del organismo multilateral por sus diferencias con “las posiciones de algunos socios” (lease Brasil).

Jair Bolsonaro, presidente del Brasil
Jair Bolsonaro, presidente del Brasil

El Non Paper, al que excedió en exclusiva Infobae, sostiene: “El Gobierno argentino a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto participó de la reunión de coordinadores nacionales del Mercosur mediante una videoconferencia realizada en la tarde del 24 de abril de 2020”.

La República Argentina señaló que la integración no es solo un mandato de la geografía y de la historia sino parte de nuestro presente y de nuestro futuro. Allí sostuvo que la integración regional es una forma de afrontar la pandemia global y sus consecuencias económicas y sociales. Es imperiosa en un mundo en el que los organismos internacionales predicen la caída del PBI en los países de mayor desarrollo, una disminución brusca del comercio global de hasta un 32 por ciento y un impacto imprevisible en la sociedad.

También indicó que en su política interna la Argentina se previene de los efectos de la pandemia mientras protege las empresas, el empleo y la situación de las familias más humildes. Lo hace a diferencia de las posiciones de algunos socios, que plantean una aceleración de las tratativas hacia acuerdos de libre comercio con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India, entre otros.

La Argentina dejó en claro que la incertidumbre internacional y la propia situación de nuestra economía aconsejan detener la marcha de esas negociaciones. También afirmó ante sus socios que en este escenario el Gobierno argentino seguirá acompañando la marcha de los acuerdos del Mercosur con la Unión Europea y la EFTA (European Free Trade Agreement), sin entrar en debates por ahora estériles.

Esta posición, transmitida a los socios del Mercosur, no surge de un capricho sino de una visión sobre el modo de fortalecer las relaciones con las naciones del bloque regional: la hermandad no solo es noble sino potente, y se funda en la reconstrucción del tejido social y productivo de nuestros países".

Alberto Fernández en la quinta de Olivos. (Franco Fafasuli)
Alberto Fernández en la quinta de Olivos. (Franco Fafasuli)

Alberto Fernández tiene diferencias personales e ideológicas con Bolsonaro, trato amable con Lacalle Pou y una medida indiferencia con Benitez. El presidente apuesta al Mercosur, pero su foco de atención política está en controlar la pandemia y diseñar un plan económico que permita salir rápido de la crisis social post COVID19.

El Mercosur se debe asimismo una profunda discusión para resolver sus términos de flexibilización institucional. Esto significa si es posible aprobar un acuerdo con la resistencia o la abstención de alguno de sus cuatro socios. El coronavirus postergó sine die este debate geopolítico, y nada permite suponer que se hará durante los meses restantes del 2020.

La coartada política que utilizó la Casa Rosada ante sus socios del foro regional fue que se corría de las negociaciones que emprenda el Mercosur hasta que termine la crisis del COVID 19. Es sólo una coartada que no lleva a ningún lado: si Brasil, Paraguay y Uruguay avanzan con los acuerdos de libre comercio, Argentina se opondrá, tiene argumentos jurídicos para forzar su cancelación y no descarta su renuncia como miembro fundador.

Eso llevará a que Brasil, Paraguay y Uruguay repliquen que es necesario cambiar las reglas de juego en el Mercosur, una hipótesis de trabajo que Argentina no descarta. Mientras tanto, el foro regional será una ficción diplomática hasta que sus socios definan su continuidad o su entierro definitivo.

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