En los tiempos de coronavirus, la Justicia tuvo que adaptarse a trabajar por zoom, videoconferencias o llamadas de whatapps. Desde el avance de la implementación de la firma digital hasta la presentación de escritos online. Aunque con las limitaciones propias del sistema Lex 100, que muchos de los integrantes del Poder Judicial cuestionan por su lentitud y falencias, los tribunales nacionales se fueron adaptando a la nueva metodología. Y creen que, aunque la cuarentena obligatoria llegue a su fin, algunos cambios llegaron para quedarse.
A los jueces y fiscales les molestan los comentarios que escuchan en los medios de comunicación diciendo que “la justicia no trabaja”. Incluso, grabaron un video para demostrar lo que están haciendo.
En la Sala I de la Cámara Federal, por ejemplo, están contentos con el trabajo remoto. “Nosotros usamos zoom, trabajamos todas las causas todos los días y firmamos digitalmente”, dice el juez Mariano Llorens, uno de sus integrantes.
Llorens fue el juez que quedó internado a fines de marzo con síntomas sospechosos de coronavirus. Las pruebas diagnosticaron que era negativo de COVID-19 y que solo se trataba de una neumonía bacteriana. La noticia trajo alivió a los funcionarios de Comodoro Py 2002. Es que fue a raíz de esa internación lo que activó que todos los funcionarios del edificio de Retiro restringieran su circulación por el edificio y aceptaran usar la metodología digital.
Es más, algunos señalan que trabajan más que antes en medio del confinamiento. “No paro -dice a Infobae una fiscal federal de la provincia de Buenos Aires-. Tenemos un distrito muy grande y han habido casos de todo tipo durante este aislamiento. Al home office se le suman las tareas de la casa y los chicos”.
Se trata de una feria extraordinaria porque la situación es extraordinaria: una pandemia que afecta al mundo y que impone el distanciamiento social como principal herramienta, además del lavado de manos, obliga a repensar los modelos de trabajo en el mundo y, en este caso puntual, en los tribunales.
Los primeros jueces y fiscales que estuvieron de turno en los primeros días del aislamiento se vieron desbordados. Prueba de ello fue la carta que le escribió el juez federal Luis Rodríguez a los ministros de Seguridad de la Nacional y la la Capital Federal el primer día de que entró en vigencia la medida. Les rogó que reforzaran los controles. Infobae relató cómo se armó una suerte de protocolo de trabajo que fueron repitiendo el resto de los tribunales en turno que lo fueron reemplazando, turnos que -vale aclarar- ya no duran 15 días como habitualmente, sino 7 días, en medio de esta emergencia.
Los tribunales que no están de feria aprovecharon la emergencia para ponerse al día con causas atrasadas, pero también para resolver cuestiones que le son propias. Se toman indagatorias o se hacen audiencias por videoconferencias para evitar los trabajos o los escritos se suben online, sin horarios de ventanilla, como habitualmente.
En todos los tribunales penales de primera instancia, segunda instancia y tribunales orales llovieron pedidos de excarcelaciones, prisiones domiciliarias y hábeas corpus por parte de defensa reclamando libertades de sus clientes por el temor al contagio de la pandemia.
Así pudieron de hecho salir (rumbo a detenciones domiciliarias) a algunas personas enfermas y después algunos de los llamados “presos políticos”, como Amado Boudou y Luis D’Elia. Desde el Gobierno, en nombre de la secretaría de Derechos Humanos, se pide también la excarcelación de Martín Báez o Ricardo Jaime, condenado por la tragedia de Once.
“Hay situaciones y situaciones. Algunos pertenecen efectivamente a grupos de riesgo y hay muchos que quieren aprovechar la oportunidad”, dijo un juez a Infobae. La Cámara Federal de Casación Penal avanzó en instruir a los tribunales inferiores a morigerar las penas en ciertas condiciones. Ese acuerdo también se hizo sin una reunión cara a cara sino por diálogos vía Whatsasapp.
La definición de esos pedidos ante los tribunales orales también se hace de manera digital. Y si los jueces necesitan dialogar algo en conjunto, la vía es whatsapp o zoom.
Otro fiscal de Comodoro Py señaló que se armó una suerte de rutina para poder organizarse. Se levanta muy temprano, como cuando iba a su despacho, corta al mediodía y vuelve a retomar a la tarde. Es que por los pasillos del edificio de Retiro casi no circula gente. Solo los pocos empleados que están obligados a subir notificaciones o fallos al sistema y que no están habilitados para hacerlo de manera remota.
Lo que pasa en Comodoro Py es igual a lo que sucede en el Palacio de Tribunales, en todos los fueros, o en el Consejo de la Magistratura donde el jueves pasado también sesionaron vía Zoom. Fue curioso porque como las audiencias suelen ser públicas se difundió vía youtube la sesión entre todos los consejeros y los interesados podían divertirse mirando los fondos de las casas de casa consejero, aunque nada diferente a lo que pasa con un profesor de gimnasia que también habilitó las clases de fitness vía sus redes sociales.
“La Justicia funciona en forma remota y la jornada laboral en casa, atento a las presentaciones electrónicas, es mucho mayor que la normal porque se realiza a cualquier hora”, dice Julio Piumato, el líder gremial de los trabajadores judiciales, enojado cuando oye que la Justicia no trabaja.
Mientras que en la justicia penal los pedidos de salida de prisión fueron la constante, los planteos urgentes se repitieron, según el fuero. Para los tribunales civiles, la demanda se basó en resolver los pagos por alimentos o los habeas corpus en la justicia laboral, a donde recurrieron médicos y enfermeros para garantizar tener los equipos de protección básicos en medio de esta pandemia. Mientras tanto, la Oficina de Violencia Doméstica garantizó la atención en 24 horas. Se sabía, desde el inicio de esta emergencia, que la posibilidad de que crecieran los maltratados se convertiría en certeza con el avance de los días.
Piumato le pidió al Consejo de la Magistratura que provean notebooks para distribuir entre el personal que esta haciendo home office y que les garantice la conectividad a internet para que los judiciales no consuman su crédito. Sin embargo, en el Consejo de la Magistratura están en rojo. Decidieron pedirle fondos al Gobierno y a la Corte Suprema para poder garantizarse el pago de sueldos en junio.
Según señalan desde la Corte Suprema, a diferencia de lo que sucede con el receso de inverno o la de verano, para esta feria extraordinaria no hubo tiempo de planificación, pero se trató de implementar lo antes posible el trabajo de remoto para evitar al mínimo la circulación de personas.
La semana pasada, la Corte aprobó el uso de la firma electrónica y digital en el ámbito de ese tribunal durante la cuarentena para casos excepcionales y de emergencia. Y estableció que en las situaciones en que se aplique la firma electrónica o digital no será necesaria la utilización del soporte papel, quedando lo resuelto en soporte electrónico. Dispuso además que cuando no fuera posible la celebración de acuerdos de ministros en forma presencial, podrán realizarse por medios virtuales o remotos con la misma validez que las presenciales, dispuestas en los artículos pertinentes del Reglamento para la Justicia Nacional. Se espera que así se resuelve el pedido de la vicepresidenta Cristina Kirchner de sesionar en el Senado por videoconferencia.