Como Alberto Fernández a fines del año pasado, pero excusado ahora por las consecuencias a todo nivel del avance del coronavirus, Horacio Rodríguez Larreta quiere su propia ley de emergencia económica.
En las próximas horas, el jefe de Gobierno anunciará junto a un paquete de medidas el envío a la Legislatura del proyecto que sus colaboradores del área económica pulieron en estos últimos días y que, cuando se apruebe a partir de la semana que viene, le permitirá redireccionar partidas presupuestarias para atender las necesidades más urgentes por la pandemia.
En el entorno del alcalde se atajan de antemano: “No son superpoderes”.
En lo que va de abril, la recaudación porteña cayó en torno al 40%. Unos $40.000 millones, según estimaciones oficiales. En buena medida, por Ingresos Brutos, que se desplomó por el freno en la actividad económica. En marzo, la baja había sido de entre el 30 y el 35%. A esta altura, el recorte de la coparticipación que la Ciudad recibe del Estado nacional y que la Casa Rosada se apuraba por oficializar, hace tan solo un mes y medio atrás, es un recuerdo dulce para Rodríguez Larreta.
Aunque la situación de la Ciudad, el distrito más rico del país, en comparación con otros municipios bonaerense y del interior es mucho menos acuciante.
Con la sanción del proyecto que está por enviar a la Legislatura, el jefe de Gobierno podrá reasignar partidas de áreas paralizadas -no esenciales- por el coronavirus a otras que necesitan ser apuntaladas, como los casos de Salud o Desarrollo Humano y Hábitat. Las obras que había en agenda, como las del tren Sarmiento, la construcción de nuevas comisarias, barreras del Pasaeo del Bajo o las del viaducto San Martín, quedan fuera de programa.
Es que, por ejemplo, en estas últimas semanas creció en la ciudad la demanda alimentaria, a tono con el resto del país. Las raciones diarias pasaron de 130.000 a casi 180.000 en las primeras semanas de abril.
El paquete de medidas económicas incluye además restricción de créditos presupuestarios que no sean imprescindibles ante la emergencia actual, congelamiento en la planta de personal, tope al incremento en remuneraciones y gestiones de financiamiento ante organismos internacionales y hasta bonificaciones para el pago de voluntario de ABL o patentes vehiculares.
Rodríguez Larreta anunciará además en forma oficial lo que este medio adelantó ayer: aportes salariales voluntarios de los tres poderes locales. Es decir, un desmarque del jefe de Gobierno de la Casa Rosada. Los legisladores del Frente de Todos ya habían implementado un sistema de donaciones a comedores con parte de sus salarios. Un grupo de ellos se reunieron hoy con el jefe de la Ciudad.
El Gobierno local incorpora además una novedad: nuevos procesos de transparencia en las compras que realiza la Ciudad. Obligado por los escándalos en torno a las denuncias por la adquisición de barbijos a precios exorbitantes y la contratación de hoteles para alojar a los porteños que son repatriados. La propia Elisa Carrió, según confiaron, puso el grito en el cielo. Y pidió a los dirigentes de la Coalición Cívica un seguimiento riguroso del tema.
En paralelo, los funcionarios porteños terminan de analizar la incorporación de una serie de actividades que la Ciudad pretende flexibilizar y que necesitan el aval de la Casa Rosada. “Estamos analizando una batería de medidas para llevarle al jefe de Gabinete”, explicó Diego Santilli en Radio La Red.
El vicejefe de Gobierno se refirió a la posibilidad de incorporar a la construcción privada y a la gastronomía en su modalidad “take away”. El gastronómico es uno de los sectores más golpeados por la parálisis económica. En estas horas, en el gabinete porteño terminaban de ultimar los protocolos sanitarios para la reanudación de las actividades que fueron autorizadas por la Casa Rosada con la decisión administrativa de la Jefatura de Gabinete del sábado.
Fuentes oficiales resaltaron que algunos sectores de la industria textil también podrían ser incluidos en el menú de propuestas que la Ciudad reforzará ante la Casa Rosada. A pesar de que, en materia sanitaria, lo peor aún no empezó: el ministro de Salud, Fernán Quirós, prevé hasta 3.000 casos positivos de COVID-19 por día en la segunda quincena de mayo.
Seguí leyendo: