Lo que pasó en el Ministerio de Desarrollo Social primero dejó un gusto amargo. ¿La emergencia obliga a los Estados a arrodillarse ante la corrupción? ¿Hace cuántos años que los mismos proveedores venden cartelizados alimentos al Estado? Después, se comprobó que sistemas parecidos están enquistados en varios estamentos de los gobiernos de la Argentina. ¿No hay otra manera de hacer las cosas? Giuseppe Mancinelli es un economista romano que hizo toda su carrera en la UNOPS, el organismo especializado en uno de los temas más críticos de los Estados como es la compra pública y la ejecución de obras, sobre todo en situaciones de emergencia. Arrancó como pasante en El Salvador y, a lo largo de 23 años, cumplió funciones en Bosnia y Herzegovina, Guatemala y Perú. Está en la Argentina desde 2016 con una doble función, como director adjunto para América Latina y el Caribe y como representante de la oficina de UNOPS en nuestro país. Ama Buenos Aires, tanto que aquí está haciendo la cuarentena, aunque su mujer y sus hijos viven en Miami. Enfocado en entregar el 30 de abril, un tiempo récord, 11 hospitales modulares de 1100 m2 cada uno, equipados con los insumos necesarios para dar atención intensiva y media en las zonas más necesitadas del país, aceptó un diálogo con Infobae sobre el desafío que significa para los gobiernos de todo el mundo la compra pública. “No es con sobreregulaciones que se combate la corrupción, sino con expertos especializados y sistemas digitales", fue uno de los tantos conceptos que desplegó en la entrevista.
-Empecemos por el principio. ¿Qué es UNOPS?
-La UNOPS es parte del sistema de Naciones Unidas, una entidad especializada, de las más recientes. Su fecha de nacimiento es 1º de enero de 1995, cuando en un contexto de reformas de la ONU se buscaron maneras de que fuera más eficiente. Nació para la implementación de proyectos, su brazo operativo para el programa de Naciones Unidas para el desarrollo. Con el transcurso del tiempo el organismo fue ratificado en la Asamblea y cambiando sus objetivos. Hoy en día lo que hace es apoyar a gobiernos en la implementación de proyectos, sobre todo es la tarea que realiza en América Latina.
-¿Dónde residen las dificultades de la mayoría de los gobiernos?
-Los mayores obstáculos residen no tanto en las decisiones políticas que toman, sino en la operatoria de las contrataciones. Por ejemplo, en la dificultad que generan normas que en muchos son excesivamente estrictas en contratación pública, lo que hace que no siempre estén claras para los proveedores. O, directamente, son tan complicadas que toma mucho tiempo llevar adelante la licitación. Es habitual que, para evitar la corrupción, se produjo lo que llamamos sobreregulación. En algunos casos el Estado paga tarde, todo eso hace que los proveedores tiendan a cubrirse con los precios. O no tienen seguridad por el resultado final de la licitación y no se logra resolver a tiempo, por eso se caen las propuestas. Para evitar esas operatorias complicadas, muchos muchos países recurren a nosotros, una entidad referente de Naciones Unidas para la compra pública, por mandato del secretario general.
-¿Por qué UNOPS es más eficiente o eficaz en la compra pública?
-Aplicamos un concepto de gestión pública justa y equitativa. Herramientas para una compra eficaz y transparente que se expresa en diferentes aspectos. Tenemos una metodología para asegurar que la participación del sector privado sea abierta y en competencia, que se aplique con integridad y transparencia, que trate de agilizar a través de la innovación tecnológica. También que respete criterios de diversidad en todo sentido, incluso de género, ya que miramos especialmente aquéllas empresas que están totalmente integradas por mujeres. O que compañías que estén asentadas en lugares alejados de los grandes centros urbanos. Lo que buscamos es promover una rentabilidad sostenible, darle el mejor valor a dinero desde un concepto más integral. Por cierto, arrancamos por lo esencial, que haya competencia efectiva.
-O sea que lo que le viene pasando en la Argentina es algo que le sucede a otros países.
-Hay países que no tienen problemas severos de corrupción, pero siempre el tema de la compra pública es relevante y crítico en la mayoría, al punto que podría decir que se trata de un problema general y mundial. A menudo no se le ha dado la importancia necesaria, siempre se lo vio como un acto administrativo, no como una verdadera política de Estado. En todas las naciones se trata de un monto muy grande en la economía de un país, pero es un problema si solo se lo enfoca como un acto administrativo. De hecho, no se habían desarrollado programas académicos o maestrías en compra pública, pero ahora que existen. Y se van mostrando especializaciones, porque no pueden ser idénticos los perfiles de la persona encargada de la compra en un área que en otra. En cada caso tiene que ser el adecuado, conocer las especificaciones técnicas o científicas del asunto. No se le puede dejar la compra a un generalista, porque seguramente lo va a hacer mal.
-¿Así que hay maestrías de compra pública? La verdad que es sorprendente.
-Sí, últimamente se han desarrollado, incluso en América Latina. En los últimos años también se desarrolló en la región una red para compra pública. Es un tema relevante y de interés común, y hay mucho esfuerzo tratando de unificar un sistema para darle eficiencia, transparencia y equidad.
-¿Cómo son los países que están a la vanguardia de la compra transparente? ¿Qué lineamientos deben seguir?
-Lo básico es que la compra tiene que ser electrónica, para asegurar que los proveedores no se conozcan. No hay que hacer ningún pedido en papel, hay que despapelizar las administraciones públicas. Las licitaciones tienen que ser electrónicas. UNOPS tiene ese sistema totalmente electrónico, los proveedores así no tienen chance de cartelizarse. Hay que poner especial atención sobre ese tema, es el más relevante. El esquema digital hace que se reduzca la discrecionalidad y manipulación, también, ya que el papel puede ser alterado, modificado. No hay manera de manipular la información.
-¿Cómo trabaja UNOPS en la Argentina?
-Nosotros articulamos con la Cancillería hace ya varios años. Damos a conocer lo que podemos aportar y hay ministerios que se interesan y ahí hacemos un convenio de cooperación. Desde finales de 2016 trabajando con el Ministerio de Obras Públicas en un programa de mejoramiento de condiciones de habitabilidad por el cual se refaccionaron muchas viviendas sociales, a través de mecanismos que combina el enfoque técnico con el enfoque social. Hubo que hacer un relevamiento en los hogares de las familias y por otro lado, aportamos el componente técnico, dejando la ejecución a organizaciones sociales como fue, por ejemplo, el caso de Los Topos, ex presidiarios que desarrollaron un emprendimiento importante en materia de calidad en la construcción y transparencia.
-¿Y de qué manera trabajaron para la instalación de los 11 hospitales modulares?
-UNOPS puede aplicar normas de contratación especial en el marco de una emergencia, como lo viene haciendo en muchos lugares del mundo. En la región, lo hizo en Haití y en Perú, por mencionar dos casos, también en Africa con la crisis del ébola y en Myanmar, pero fueron muchos más. Tiene la metodología para implementarlo y viene demostrando una gran eficiencia, ya que despliega un marco de actuación con menos tiempo para licitación. Se hace una investigación de mercado de cuáles son las empresas que pueden tener capacidad para realizarlo, se hace llamado a empresas capacitadas, UNOPS evalúa a las empresas y se las contrata. No se omite ninguno de los comités de control y revisión de transparencia, que en este caso fueron expertos sanitaristas que viven en diferentes países, y actúan también en una ventana de tiempo más acotada, pasando por varios filtros que se controlan a sí mismos y rápidamente.
-¿Se convoca a empresas de varios países?
-Sí, tenemos un portfolio de todo el mundo y convocamos a una licitación pública. En este caso, terminó ganando una empresa argentina, Ecosan, que proveyó 11 módulos hospitalarios, casi todos de 1100 m2. cada uno, cuyas estructuras pueden armarse en apenas 48 horas. De hecho, está trabajando muy rápidamente y en pocos días van a estar todos construidos.
-¿Qué consejos puede dar en materia de capacitación?
-Uno de los temas más importantes es tener una carrera de funcionarios en la compra pública. El estado tiene que darle un rol de política de estado. Crear personal que sepa manejar la contratación pública, que no sea algo oscuro. Las normas de contratación tienen que ser lo menos engorroso posibles, sin sobreregulación. A veces se cree que sobreregulando se puede controlar la corrupción, pero es al revés. Cuando es demasiado engorroso no se combate la corrupción, sino que se la termina favoreciendo. Por otro lado, haciendo bien esto se logran ahorros públicos importantes. En un contexto mundial difícil en materia económica, yo creo que los países deben prestar mucha atención a los ahorros también, de modo que puedan reinvertir en más servicios públicos y bienes para la comunidad. Es otra manera, por cierto, de contribuir al combate contra la corrupción.
-Última pregunta. Los fondos son de los estados, ¿no? Quiero decir, en el caso de los hospitales modulares, por ejemplo ¿los fondos son del presupuesto del Ministerio de Obras Públicas?
-Sí, en todos los casos los fondos son del sector público, nunca son de UNOPS. Porque cuando fue creada en 1995 fue creada con una característica particular, que es la de no tener fondos propios. Cada vez que UNOPS implementa un proyecto, lo hace con fondos de un gobierno o de un donante.
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