Casi todos los días, al menos durante un rato, Alberto Fernández pasa por la sala ubicada detrás del quincho de Olivos que desde hace unas cuantas semanas se utiliza solo para las reuniones virtuales. En ese salón, con una larga mesa semicircular, varios plasmas y un sistema de teleconferencia, el Presidente se comprometió este viernes a última hora de la tarde a evaluar la conformación de un comité de emergencia para analizar con la oposición parlamentaria la salida a la crisis social, sanitaria y económica desatada por el avance del coronavirus. Aunque destacó que eso no retrasará las decisiones tomadas por la Casa Rosada.
Así lo resaltó el jefe de Estado en el encuentro virtual de casi tres horas que mantuvo con los jefes de bloque de la Cámara de Diputados, una conversación amena y por momentos distendida -Fernández se disculpó por tutear a los legisladores e incluso subrayó sobre el final el “aporte valioso” sobre una serie de dilemas filosóficos y políticos planteados por Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica- en la que sobresalieron algunos de los pedidos que Juntos por el Cambio colocó en el menú de reclamos a la Casa Rosada desde que la pandemia que tiene en jaque al planeta se apoderó de la agenda.
Desde pasadas las 5 de la tarde, el horario previsto para la reunión, Cristian Ritondo (PRO), Mario Negri (UCR), Ferraro, Carlos Gutiérrez (Córdoba Federal), Romina del Plá (Frente de Izquierda de los Trabajadores), José Luis Ramón (Unidad Federal para el Desarrollo), Alma Sapag (Movimiento Popular Neuquino), Nicolás del Caño (PTS-FI) y Eduardo “Bali” Bucca (Interbloque Federal), esperaron conectados al mandatario, que se atrasó por casi una hora, en buena medida, porque terminaba una entrevista con un medio del interior.
Cómo estaba previsto, Fernández se sentó en la sala de la quinta presidencial junto a Sergio Massa y Máximo Kirchner -también se sumó Fernando “Chino” Navarro-, a cargo de los cierres, breves, de la conversación. La presencia llamativa -aunque previsible-, sin embargo, fue la de Martín Guzmán, que durante algunos minutos explicó la propuesta presentada en forma oficial este viernes a los acreedores privados, y anunciada ayer por la Casa Rosada con la presencia de casi todos los gobernadores, incluido el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, un aliado impensado -y relevante- de la Casa Rosada.
Negri, Ritondo y Ferraro, los tres jefes de bancada del interbloque de Juntos por el Cambio, fueron los más vehementes en los pedidos hacia la Casa Rosada. Pero de manera cordial y coordinada. Reconocieron la respuesta del Estado ante la crisis sanitaria, y reclamaron por más respuestas para los sectores productivos y las PyMEs -recordaron la batería de proyectos presentados en ese sentido-, y machacaron con evitar la parálisis del Parlamento: en la semana habían vuelto a reiterar en la necesidad de sesionar, de manera virtual o presencial, en un recinto más amplio.
E insistieron con la conformación de una suerte de comité para evaluar la salida del aislamiento y atender las urgencias sociales y económicas: el Presidente se comprometió a analizarlo junto a Massa y Kirchner.
En paralelo, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, estaba dedicado a tiempo completo en la Casa de Gobierno junto a sus colaboradores a los pedidos de flexibilización de los gobernadores por la cuarentena decretada el pasado 20 de marzo y extendida, por ahora, hasta el 26 de abril próximo.
La cuarentena, dijo el jefe de Estado, será extendida más allá de la semana próxima. “No estamos en condiciones de abrir todo de una”, ratificó, según pudo reconstruir este medio de algunos de los participanes. A pesar de que, según aseveró, “el pico de contagio” seguía “lento”.
Como “oyentes” fueron seleccionados Álvaro González (PRO), José Luis Gioja (Frente de Todos) y Alfredo Cornejo (UCR), entre otros.
Según fuentes de la oposición, Negri y Ritondo, al unísono, pidieron convocar al Consejo Económico y Social, a lo que el Presidente confirmó que analizaría la instrumentación. El jefe del interbloque de Cambiemos pidió entonces que la conformación incluya a empresarios, sindicatos, opositores y el Gobierno. “Sin importa el nombre”, abundó el radical. En la misma línea insistió Ferraro, que pidió además “controlar” y “aportar”. Fernández, según trascendió, se comprometió a estudiar todas las alternativas.
Los reclamos de la oposición, en ese sentido, fueron más por la crisis económica que por la sanitaria. Fue Bucca, por caso, quién hizo hincapié en la salud. “Vos entendés quizá mejor que muchos de nosotros. La prioridad sigue siendo cuidar la salud”, le devolvió el Presidente.
El mandatario sí tuvo un pasaje duro contra los bancos privados: “A veces siento que es incomprensible lo que hacen”, lanzó. Dijo que no corrían “ningún riesgo”, en medio de la crisis. Y volvió a reiterar fuertes críticas contra el sistema financiero.
Los otros jefes de bloque se dedicaron, en su mayoría, a apoyar las medidas del Gobierno. Con la excepción de Del Plá y Del Caño, que remarcaron por “despidos, suspensiones y recortes salariales”. El mandatario contestó a todos. Uno por uno.
En la semana, los líderes parlamentarios de Cambiemos habían vuelto a plantear la posibilidad de un encuentro con el mandatario con la mesa nacional de la coalición. Y que el Congreso vuelva a sesionar para, entre otras facultades, motorizar a la comisión bicameral que revisa los decretos de necesidad y urgencia publicados por la Casa Rosada.
Fernández, de todos modos, no tiene previsto por ahora acceder a la reunión pedida por la mesa nacional de Juntos por el Cambio, que, más allá de la modalidad, debería incluir a Mauricio Macri, Patricia Bullrich o Miguel Ángel Pichetto, tres dirigentes de la llamada “ala dura” de Cambiemos" con los que por ahora no tiene ningún interés de entrevistarse.
Por el contrario, el Presidente se siente mucho más a gusto con el jefe del interbloque de Cambiemos en Diputados, con varios de los legisladores, con el jefe de la bancada del PRO, con los intendentes opositores del Gran Buenos Aires o con Rodríguez Larreta, su principal aliado de lo que fue hasta el 10 de diciembre pasado la ex coalición macrista.
El jefe de la Ciudad se sentó ayer a la izquierda del Presidente en el anuncio de la oferta de reestructuración de la deuda a los acreedores privados.