El presidente Alberto Fernández aseguró que “una deuda sostenible es una deuda que no postergue a la Argentina”, y afirmó que, en el marco de la pandemia del coronavirus, la negociación con los acreedores fue llevada adelante “con la misma buena fe” que hubo desde el principio.
Tras encabezar este jueves por la tarde una reunión en la residencia de Olivos junto con los gobernadores para anunciar la propuesta para renegociar la deuda externa, Fernández afirmó que Argentina “no aprovechó esa coyuntura mundial para dilatar la solución al problema” de su endeudamiento.
“Nos propusimos hacer lo mismo que en 2003. En aquella oportunidad debimos hacer frente a un default heredado y en esta ocasión a un default virtual. Pero asumimos el compromiso de salir de esta situación. Vamos a pagar la deuda sin que haya más postergaciones para los argentinos”, sostuvo el Presidente.
A continuación, Fernández dijo que “también nos propusimos ser serios, no aprovechar ni siquiera la coyuntura del coronavirus que ha dado vuelta la economía del mundo para dilatar la solución de este problema. Sabemos que tenemos un problema que resolver, sabemos que la economía del mundo se ha dado vuelta, y nosotros, con la misma buena fe que encaramos este debate con los acreedores, lo seguimos llevando adelante. Y aún en estas circunstancias tan adversas seguimos proponiendo una solución”.
En esa línea, aseguró que las necesidades que el país “tenía en diciembre se han incrementado a partir de la debacle por la pandemia” de coronavirus. “Cuando asumimos, nos pusimos un sendero. Queríamos que el FMI viniera y auditara la deuda argentina para que compruebe que era insostenible y analizará cómo debía reestructurarse el pago de los bonos con los acreedores privados”, resaltó.
"Deuda sostenible para nosotros es una que no postergue a la Argentina, que podamos pagarla sin postergar las necesidades que la Argentina tiene, que tenían en diciembre y que se ha incrementado a partir de toda la debacle que ha generado la pandemia”, destacó el primer mandatario.
En tanto, Fernández agradeció la presencia de los mandatarios provinciales y aseguró que con esta decisión, “Argentina da un paso para la construcción de un país más justo y más federal”. “Quiero darles las gracias al jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, al gobernador de Jujuy, Corrientes, Mendoza, a todos los gobernadores de la oposición, a los nuestros por acompañarnos siempre, pero quería que todos entendamos que estamos dando un paso muy importante para Argentina que tiene que ver con cómo queremos construir la Argentina del futuro”, resaltó.
En otro tramo de su discurso, que duró poco más de cinco minutos, Fernández comentó: “Como hablaba el otro día con ‘Coqui’ Capitanich, lo hablábamos hace un rato con Cristina, tal vez esta sea la oportunidad para empezar a construir otro país, un país más justo, más solidario, más igual, realmente más federal, porque es tan enorme la crisis a la que nos vemos sometidos, donde la crisis de la deuda es parte, que tenemos la oportunidad de barajar y dar de vuelta y empezar a hacer las cosas de otro modo”.
“Tanta desigualdad en Argentina irrita y lastima los más elementales sentimientos de solidaridad, y tenemos que construir de una vez y para siempre un país que contenga a todos, un país solidario para todos”, agregó.
Por último, dijo que “mañana va a ser un día definitorio para Argentina, los mercados van a saber lo que Argentina está en condiciones de pagar y de cumplir. Me habrán escuchado recién, nos reíamos con Cristina… el discurso del 1° de marzo parece viejísimo, no quedó nada del país del 1° de marzo, pero en aquel momento hice una gran reivindicación de la palabra y al compromiso que se asume, lo que nos comprometemos hoy, es algo que Argentina va a poder cumplir, no estamos firmando cheques en blanco ni papeles que no vamos a poder cumplir”.
La Argentina propuso a los acreedores un período de gracia de tres años para empezar a pagar deuda, y una quita de USD 41.500 millones entre capital e intereses, y dio un plazo de veinte días para aceptarla, al advertir que “hoy no se puede pagar nada”, en medio de la pandemia de coronavirus. La propuesta incluye una quita de USD 3.600 millones en stock de capital, equivalente al 5,4%, y de USD 37.900 millones en intereses, que llega al 62%.
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