El problema que se asoma es la llegada del invierno. Las bajas temperaturas y la aparición de las enfermedades respiratorias características de esta estación del año. Si el escenario es complejo en este momento, lo será mucho más cuando los días fríos empiezan a acomodarse uno detrás del otro. Son tres meses de invierno. Tres meses en los que el objetivo principal que tiene el gobierno de la provincia de Buenos Aires es mantener la curva de contagiados aplanada. Que, como dijo el presidente Alberto Fernández el último domingo, exista la posibilidad de que no haya un pico de contagiados, sino un proceso lento y progresivo que se extienda en el tiempo y evite el colapso sanitario.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, se reunió este martes con el Comité de expertos - epidemiólogos, infectólogos y médicos - que lo asesoran y les preguntó si puede llevar adelante una cuarentena focalizada. Es decir, empezar a abrir algunas actividades comerciales y productivas en localidades donde no haya circulación viral y ni focos de contagio de coronavirus. En el caso del territorio bonaerense serían los municipios del interior que no tienen infectados o cuentan con una tasa de contagio mínima.
Los epidemiólogos le dijeron que podría llevar adelante esa clase de aislamiento pero que debería ser con protocolos diseñados para cada actividad y con un control exhaustivo sobre el cumplimiento efectivo de los mismos. En caso contrario, el riesgo de contagio aumentaría y podría generarle un suba en la tasa de infectados. Para un economista como Kicillof la cuenta es sencilla. La salida de la cuarentena tiene que ser muy paulatina, bajo un estricto control y abriendo actividades por zonas geográficas. Esa cuidadosa articulación deberá ser aún más minuciosa en el invierno.
Los expertos además le dijeron que evalúe cada una de las actividades que le pidieron abrir los intendentes y que lo haga en forma pormenorizada. Eso es lo que hará este miércoles, para poder mañana enviar un primer informe al gobierno nacional sobre las actividades que podrían realizarse en algunas localidades y los protocolos que tendría cada una de ellas. Finalmente, el martillo lo bajará Alberto Fernández. La última decisión siempre la tendrá el Presidente.
La mayoría de los jefes comunales reclamaron la apertura de los comercios minoristas, la posibilidad de que puedan trabajar aquellos que tienen un oficio y la habilitación para los profesionales independientes. El Gobernador tuvo tres rondas de consultas con los jefes comunales. El domingo recibió a los intendentes peronistas del primer y tercer cordón del conurbano; el lunes se encontró con cuatro jefes comunales de Juntos por el Cambio que fueron a La Plata en representación de las 61 intendencias opositoras y el martes mantuvo una videoconferencia con los alcaldes peronistas del interior.
Kicillof evaluará, depurará la lista de actividades y la hará llegar al Poder Ejecutivo nacional. Las medidas de apertura que se tomen serán de carácter transitorio y estarán sujetas a una permanente revisión para determinar, en función de la evolución epidemiológica, si pueden continuar o si deben suspenderse. El gobierno provincial asume que el desarrollo de las actividades no puede poner en riesgo los objetivos sanitarios.
Hubo una idea que los epidemiólogos resaltaron durante el encuentro y que le brindó mayor claridad a Kicillof sobre el escenario más próximo. Le advirtieron que hasta septiembre será imposible volver a una vida normal, si el objetivo es, como lo han repetido tanto el Presidente como el gobernador bonaerense, privilegiar la salud por sobre la economía. Las actividades no pueden volver a sus carriles normales en los meses de más frío, donde aumentará la cantidad de personas que contraigan otro tipo de virus - que generan síntomas compatibles al COVID-19 - y el sistema de salud deba afrontar la difícil tarea de contener a todos y diferenciar quiénes tienen coronavirus y quiénes no.
Después de la charla con los expertos el mandatario provincial entendió que hasta que no pase el frío no podrán asumir ni decir que el coronavirus está dominado y que pasó la peor etapa de la pandemia. “Todo este tiempo nos sirvió para prepararnos. Preparar el sistema de salud, buscamos concientizar a la gente y establecer protocolos de higiene. El crecimiento progresivo de contagiados nos permitirá recuperar pacientes con coronavirus y tener camas disponibles para los que contraigan el virus”, reflexionó un integrante del Gabinete bonaerense. La mirada sobre lo que viene siempre es día a día.
La tensa calma que hoy se vive en La Plata está asociada a que el sistema de salud bonaerense se ha ido acondicionando y a que la demanda de camas para pacientes con coronavirus se mantiene baja. Hasta el momento, la mayor parte de los infectados de la provincia están internados en hospitales y clínicas privadas. Muchos de ellos podrían no estar en los centros médicos debido a que son parte del grupo de baja complejidad. Podrían, por ejemplo, estar en algunos de los predios que los intendentes armaron en el conurbano con camas comunes o, en el mejor de los casos, en sus casas, cumpliendo con una cuarentena estricta y tomando los medicamentos correspondientes.
Los profesionales médicos que formaron parte de la reunión en La Plata resaltaron en forma unánime que el aislamiento obligatorio ha sido muy efectivo para achatar la curva de contagios, motivo por el que recomendaron continuar con la cuarentena y diseñar un esquema de apertura minucioso para que se desarrolle lentamente. Eso permitiría extender en el tiempo la propagación del virus de manera progresiva.
Otros de los temas que se tocó en la reunión fue la utilización del barbijo casero o tapabocas. Los expertos avalaron su uso para toda la población, pero consideraron que es indispensable llevar adelante una capacitación sobre cómo utilizarlo e higienizarlo. Entienden que la utilización masiva permitiría reducir los riesgos de transmisión por infectados asintomáticos. Además, serviría para protegerse de todas las enfermedades respiratorias estacionales. El Gobernador aún no decidió si los hará utilizar en forma obligatoria en la provincia.
Buenos Aires es el distrito del país con más infectados de coronavirus. El martes se confirmaron 66 nuevos casos y el total ascendió a 667. Kicillof está convencido que la salida de la cuarentena será muy extensa. Le quedó aún más claro después del encuentro con los epidemiólogos. A partir de ahora, y con toda la información que recolectó en el cónclave, empezará a transitar el proceso que desemboca en la decisión política sobre la flexibilización de la cuarentena.
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