La Morgue Judicial, un organismo bajo la órbita de la Corte Suprema de la Nación, le pidió al procurador general interino, Eduardo Casal, que “dada la emergencia sanitaria actual” y la recomendación del Ministerio de Salud de la Nación y del Gobierno de la Ciudad de Buenos de no practicar autopsias a cadáveres de personas muertas por COVID-19 por “el riesgo sanitario que su manipulación e intervención implica”, que no le envíe cadáveres de fallecidos por causas vinculadas con el coronavirus, o con probabilidad de haber sido contagiados, aunque no esté aún la confirmación del test.
La nota, firmada por Adriana D’Addario, -a cargo de la Dirección Médica en reemplazo del director interino de la Morgue, Jorge Herbstein, quien se encuentra de licencia médica-, fundamenta el pedido en que “no resulta necesario el traslado a la Morgue Judicial ni realizar autopsia médico-legal, evitándose de este modo un riesgo sanitario adicional”. Si bien no hay aún certezas sobre cuánto tiempo vive el virus en el cuerpo una vez fallecida la persona, la Organización Mundial de la Salud difundió una serie de prevenciones sobre el manejo de cadáveres para prevenir el riesgo de posibles contagios, tanto para las morgues como para las funerarias. Entre ellas recomendó no entrar en contacto con el cuerpo y, excepto que fuera imprescindible, evitar las autopsias.
El pedido fue enviado a la Procuración General de la Nación, ya que es la que le da instrucciones a los fiscales federales y nacionales. Son justamente los fiscales quienes, en el marco de una investigación para determinar la causa de una muerte –ocurrida en un domicilio, en la vía pública o en una investigación criminal-, piden la intervención de la Morgue Judicial para la realización de la autopsia de un cuerpo. Si bien este organismo funciona en el ámbito de la Corte Suprema, su cuerpo de peritos depende del Centro de Asistencia Federal. “Se maneja en forma autárquica”, aclararon desde el Máximo Tribunal.
En el texto -al que tuvo acceso este medio- D’Addario también destaca que la Morgue Judicial “no efectuará screening para la detección de SARS-CoV2”, denominación científica del coronavirus, ya que “no es recomendable hacer una toma de muestras para detección de SARS-CoV2 en todos los cadáveres que ingresan a la Morgue Judicial”. Y en este sentido, advierte que “los testeos masivos o screening, en este caso, no están recomendados en la población general, sino que deben efectuarse en los casos sospechosos definidos por la autoridad sanitaria, quedando la solicitud de estos según dicho criterio médico; ello debido a las recomendaciones epidemiológicas y a la optimización de los recursos sanitarios”.
En este sentido, el oficio reproduce la definición de caso sospechoso establecida por el Ministerio de Salud de la Nación el 30 de marzo: “Toda persona que presente fiebre y uno o más síntomas respiratorios (tos, odinofagia, dificultad respiratoria) sin otra etiología que explique completamente la presentación clínica; toda persona que en los últimos 14 días haya estado en contacto con casos confirmados de COVID-19 o tenga un historial de viaje fuera del país, o tenga un historial de viaje o residencia en zonas de transmisión local (ya sea comunitaria o por conglomerados) de COVID-19 en Argentina; todo paciente con diagnóstico clínico y radiológico de neumonía sin otra etiología que explique el cuadro clínico; todo personal de salud que presente fiebre y uno o más síntomas respiratorios”.
Ante Infobae, la lectura de un fiscal nacional respecto de la nota enviada a la Procuración General fue: “La Morgue se lava las manos”. Este funcionario judicial fue uno de los que pidió al cuerpo pericial realizarle el examen de COVID-19 a cinco fallecidos, cuya causa de muerte estaba tratando de determinar y buscaba descartar la posible vinculación con una infección por coronavirus. Según puso saber este medio, la respuesta de la Morgue fue que solo se había realizado el hisopado para la extracción de la muestra en un solo caso, “en función de los datos clínicos contenidos en la documental médica remitida", siendo el resultado negativo. “La Morgue no puede no hacer el test si se lo pide un fiscal en el marco de su investigación", se quejó el titular de esa Fiscalía.
“Limitaciones de espacio”
En la nota a Casal, la directora médica a cargo de la Morgue recuerda lo dispuesto por la autoridad sanitaria en relación a la obligación de los médicos de consignar en el certificado de defunción, en el apartado “Observaciones”, si el examen dio positivo para COVID-19, o si aún está pendiente el resultado. Asimismo, D’Addario le solicita al procurador general interino que, “una vez confeccionado el certificado de defunción, se libere el cuerpo con celeridad, atento a las limitaciones de espacio físico para el almacenamiento en las cámaras de frío de esta dependencia”.
Según relató a Infobae el fiscal que requirió la intervención de la Morgue en cinco defunciones a su cargo, desde este cuerpo pericial llamaron a su Fiscalía para “hacer las inhumaciones a las dos semanas, cuando normalmente esperan un mes”. Ante la pregunta de una empleada suya sobre si “no era muy rápido", la respuesta -según señaló el funcionario- habría sido: “Tengo la morgue llena”.
Sin embargo, ante la consulta de este medio, fuentes de la Morgue Judicial negaron que la morgue esté "colapsada”. Si bien señalaron que están trabajando “con un plantel reducido” por la no concurrencia de personas en grupos de riesgo, remarcaron que “no hay un problema operativo vinculado a la cantidad de cadáveres” en el edificio de la calle Junín, en la Ciudad de Buenos Aires.
Los números de la Morgue
Esas mismas fuentes precisaron que en marzo último se hicieron 267 autopsias, una cantidad ligeramente inferior al del marzo del 2019, cuando fueron 286. Según los números provistos, anualmente se hacen unas 3.800 autopsias, y el promedio de marzo fue de 8 autopsias por día, cuando el promedio diario habitual es de 10.
“No tuvimos una variación importante de ingresos en marzo y hay que tener en cuenta que los últimos días del mes no hubo circulación de autos, que es una de las principales casuales de muerte. De ahí que haya habido incluso menos”, explicaron.
También precisaron que “hubo 7 cadáveres a los que se les extrajo muestras y se mandaron a hacer el test del COVID-19 en marzo, ya sea por los antecedentes familiares, o porque la persona había estado en vida en contacto con un probable caso de contagio, o por problemas pulmonares, pero todos dieron negativo”. En uno de esos casos, la persona había estado internada en la misma sala del Argerich donde estuvo el primer paciente con coronavirus que murió en Argentina, pero por el análisis de la muestra extraída al cuerpo se confirmó que no se había contagiado. Los análisis se mandaron a hacer al Instituto Malbrán, ya que la Morgue no tiene el equipamiento necesario para realizar el test que permite detectar la presencia de COVID-19.
Entre los cadáveres analizados por los peritos de la Morgue en marzo, hubo 14 casos vinculados a neumopatías. Pero según precisaron fuentes del cuerpo pericial, estuvieron vinculadas a politraumatismos, a una patología tumoral, a tuberculosis, a meningitis, a una perforación esofágica y a una cardiopatía. En otros cinco casos, se descartó por histología que fueran compatibles con COVID-19, según aclararon.
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