El Gobierno está convencido de que en los próximos días la maquinaria crediticia para las pequeñas y medianas empresas empezará a ponerse en marcha. Lo dijo el propio Presidente cuando Infobae le preguntó si tenían previsto algún anuncio para ayudar a las pymes, ya que ninguna estaba obteniendo el prometido crédito.
La respuesta de Alberto Fernández fue clara. “Uno de los requisitos es contar con la garantía del Estado, del Fondo de Garantía Recíproca. Según me dijo Ignacio De Mendiguren, presidente del BICE, que es el que actúa dando esas garantías, el martes o miércoles teníamos casi cien mil empresas que el Estado les había dado la garantía para que vayan al banco a pedir su préstamo, así que yo creo que eso ya se está activando adecuadamente. Hubo este problema, muchos fueron sin pedir previamente la garantía del Estado, ahora ya la tienen y yo supongo que los bancos van a ir entregando los créditos como corresponde. Creo que eso va a quedar resuelto esta semana”.
El mandatario no mintió, claro. Aunque dijo algo que no era cierto. A través de un DNU que se publicó el 1º de abril, el Gobierno creó fondo de afectación específica para el FOGAR de 30 mil millones de pesos para respaldar a micro, pequeñas, medianas y grandes empresas que se presenten a los bancos donde operan para obtener una ayuda destinada a pagar los sueldos. ¿Todos los sueldos? Con menos de 25 empleados, hay un crédito a 24% de tasa por el 100% de una (no dos, no tres, no cuatro: una) nómina de salarios mínimo, vital y móvil, es decir, $16.875. El resto del salario, el que está por encima del mínimo, corre por cuenta de las empresas. Por supuesto, a más empleados, menos porcentaje del salario mínimo. No parece una gran ayuda.
Claro que tampoco llegaron al BICE esos 30 mil millones de pesos. Fue anunciado, fue decretado, fue vuelto a anunciar. Incluso ayer, en declaraciones a Radio Mitre, el titular de la entidad de segundo piso, José Ignacio de Mendiguren, dijo que “el Estado ya aportó los fondos y los bancos (privados) firmaron contratos para conceder préstamos por 90 mil millones de pesos”. Pero la verdad es que todavía se los está esperando. El presidente del BICE también anticipó que dos bancos ya pidieron garantías para ese tipo de préstamos, el Banco Galicia, por 10 mil millones de pesos, y el Banco Nación, por 12.500 millones de pesos. En esa etapa estamos.
Fue su forma de reconocer que recién los bancos empezaron a moverse. Ninguna micro, pequeña, mediana empresa pudo tomarlo simplemente porque la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía aún no giró esos fondos prometidos al BICE, y la mayoría de los actores reales la cadena económica cree que nunca podrá subirse a ese tren. “Nos dejaron solos”, se quejaba un fuerte empresario mediano, cordobés, en la noche del viernes santo, después de escuchar la conferencia de prensa que dio el Presidente.
Más allá del declaracionismo voluntarista, un funcionario de línea del BICE aseguró: “De acá a fin de mes, con nuestros clientes, creo que podremos entregar 1000 millones de pesos. Mucho no van a poder hacer, pero es algo. Claro que quedan miles afuera. No veo por ahora que nadie esté pensando en serio cómo salvar a las empresas. Hay demora en Hacienda, que no manda los 30 mil millones prometidos. Hay demora en la Secretaría Pymes, que es muy lenteja también. Y creo que el ministro Kulfas tiene buenas intenciones, pero no va a jugársela por nadie". Mientras tanto, ningún empresario recibió nada.
Un diputado peronista de diálogo frecuente con el mundo empresario, porque su hermano tiene una empresa en el interior de la provincia de Buenos Aires, resumía de esta manera la indiferencia que padece el empresariado: “Un día estaba mirando el recinto y me di cuenta de que de 257 diputados, había dos, quizás tres, que alguna vez tuvieron que pagar una quincena. No saben lo que es esa espada de Damocles. Los políticos viven en el abstracto mundo de las ideas, tampoco los economistas entienden de verdad. No saben de qué se trata una entrega a tiempo, un sistema logístico, una chequera, no conocen a esa gente que quiere producir lo que inventó y detestan perder tiempo en los despachos de los funcionarios para lograr que le entiendan que necesita importar un equis insumo para fabricar un equis producto. ¿Qué les puede importar, ahora, que las empresas quiebren en masa?".
Suena duro. Sin embargo, un grupo de expertos de la economía política está ideando un plan para que Fernández pueda atacar dos asuntos en simultáneo, la emergencia sanitaria y la emergencia económica. “Parece sencillo, pero no lo estaría siendo, vaya a saber exactamente por qué”, explicó uno de ellos.
Por un lado, el diseño de una sala de situación que permita concentrar la información disponible en materia de sectores económicos, por región, por provincia, por empresa, por tamaño. “Cruzar esa información con los datos de la AFIP de los últimos dos años es sencillo, está todo informatizado”, explicaron.
Por el otro, armar un equipo estrechamente ligado al Presidente. Un coordinador que sea de su confianza extrema y tenga capacidad de ejecutar decisiones, más diez personas que tomen demandas. Esos pedidos se cruzarán con la información disponible y, desde allí, se hará una recomendación en 48 horas, que debe llevar a una urgente resolución. “No debería pasar una semana desde que un caso llega al equipo y se implementa una solución”, agregaron.
Este equipo, precisaron, debe supervisar antes y después sus políticas con un comité de expertos en materia económica, suficientemente validado por su prestigio nacional e internacional, cruzado por orientaciones más o más o menos ortodoxas, más o menos heterodoxas, pero con una trayectoria que nadie pueda poner en duda en cuanto a su capacidad científica y profesional.
Este comité debe consensuar sus decisiones antes de elevarlas al Presidente y cumplir un protocolo de acción interno, de modo que no esté permitida la difusión de las discusiones o disidencias. “Tiene que ser impecable en sus reglas de funcionamiento”, aseguraron.
Quizás lo más importante es lo que se busca. Al tanto de estas ideas que están rondando el despacho presidencial, aunque todavía el Presidente no las termina de atajar, Carlos Brown, ex ministro de la Producción de Eduardo Duhalde y actual director del BICE, dijo: “Lo que tenemos que armar es algo así como un SAME para las empresas argentinas, estoy seguro de que Alberto podrá hacerlo, políticos y funcionarios tienen que ayudarlo".
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