Alberto Fernández ya decidió extender la cuarentena obligatoria pero esperará conocer la curva final de nuevos casos de coronavirus en la Argentina de toda la semana para anunciar la duración del confinamiento y las eventuales excepciones productivas que apuntarán a mitigar la profunda crisis económica causada por la pandemia.
El Presidente extenderá las restricciones al menos hasta el 23 de abril y esperará hasta el viernes para resolver si el plazo de confinamiento debería ampliarse unos días más. Si la curva continúa aplanada -es decir, sin un salto exponencial-, Fernández anunciará esa noche que la fase III de la cuarentena terminará el 23 de abril. Pero si aún persisten las dudas científicas, el jefe de Estado se dará un día más para comunicar la duración y la modalidad del nuevo confinamiento.
El mandatario construirá su decisión sobre la prórroga de la cuarentena obligatoria apoyado en tres ejes básicos: la perspectiva científica, el consenso político con gobernadores e intendentes del conurbano y la prioridad de mantener la salud pública como único objetivo ante la pandemia.
Si la curva del coronavirus crece en progresión geométrica el fin de Semana Santa, Alberto Fernández no dudará en extender la cuarentena hasta mayo y aplicará muchísima cautela al momento de incluir nuevas excepciones en la fase III del confinamiento contra la pandemia.
Hasta ayer a la tarde, el presidente debía conciliar dos posiciones diferentes en su gabinete respecto a la extensión y la modalidad de la fase III de la cuarentena. Ginés González García sostenía que se debía prorrogar hasta el 23 de abril y que las futuras excepciones no tenían que poner en peligro la estrategia de evitar los movimientos masivos por los espacios públicos. En cambio, Matías Kulfas y Claudio Moroni afirmaban que la cuarentena ya había cumplido su ciclo y que la economía necesitaba de nuevas actividades productivas para salir del estancamiento post coronavirus.
Alberto Fernández laudó en favor del ministro de Salud, pero sumará a la tercera fase de la cuarentena obligatoria la perspectiva de sus ministros de Producción y de Trabajo si no implica poner en peligro la contención de la pandemia.
Cuando el presidente tenga la opinión científica consolidada respecto a la curva del coronavirus, hará una nueva ronda de consultas con sus ministros y secretarios de Estado -Santiago Cafiero, Wado de Pedro, Gustavo Béliz, González García, Moroni y Kulfas, a la cabeza-, los 24 gobernadores provinciales y ciertos intendentes del conurbano.
Alberto Fernández toma decisiones unipersonales, pero le interesa consultar sobre las medidas de la pandemia que impactan a nivel nacional. El jefe de Estado considera necesario el consenso político -incluida la oposición- y repetirá el método cada vez que lo considera necesario frente a una crisis sanitaria con inédito impacto en el sistema económico nacional.
Cafiero ayer lideró una extensa reunión con representantes de la Confederación General del Trabajo (CGT), la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Cámara Argentina de Comercio (CAC). En ese cónclave se analizaron las posibles nuevas excepciones a la fase III de la cuarentena obligatoria. Se trata de un largo listado de actividades productivas que excluyen a la educación, a los espectáculos públicos y al uso masivo de los medios de transporte.
El jefe de gabinete se llevó a Olivos las propuestas presentadas -por separado- de la CGT, la UIA y la CAC, y ya están bajo la consideración del presidente. Alberto Fernández asume que la economía está destruida y que la reconstrucción productiva será ardua y compleja.
Sin embargo, la prioridad del jefe de Estado es evitar que la pandemia alcance los niveles de Italia, España, Francia y New York. Entonces, desde esta perspectiva política, Alberto Fernández habilitará nuevas excepciones si ello no significa causar un mayor número de víctimas del coronavirus.
“Sigo pensando lo mismo: primero la salud de los argentinos y después la economía”, aseguró el presidente desde la quinta de Olivos.
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