El Gobierno puso en vigencia un nuevo protocolo de actuación para extremar las medidas de cuidado en los buques que lleguen al puerto de Buenos Aires provenientes del exterior, con el objetivo de evitar que se siga propagando el coronavirus en el país. La medida fue anunciada mediante la Disposición 36/2020, publicada este viernes en el Boletín Oficial.
La normativa, que fue firmada por el gerente general de la Administración General de Puertos, José Beni, entró en vigencia de forma inmediata y se deberá cumplir “sin perjuicio de la aplicación de medidas que establezcan restricciones u obligaciones temporales diferentes, aprobadas por la Autoridad Sanitaria”.
Se trata de un conjunto de reglas de prevención que tendrán que seguir “todos los buques provenientes del extranjero, tanto de carga como de pasajeros en crucero internacional”, que quieran amarrar en la Ciudad de Buenos Aires. Además, se ratificaron conductas de higiene a tener en cuenta por el personal portuario, como la de respetar “distancias de seguridad de al menos 2 metros” y disponer “de alcohol en gel al pie de las planchadas”.
Entre otras cuestiones, estos navíos deberán presentar “como mínimo con 72 horas previas a la entrada al canal del Río de La Plata y con anterioridad al embarque del Práctico”, la Declaración Marítima de Sanidad que establece "las condiciones sanitarias de la embarcación al arribo, más la información que corresponda conforme a la procedencia y toda aquella que le sea requerida” para garantizar que sus tripulantes no sean posibles infectados.
Los barcos que provengan de la Hidrovía Paraná-Paraguay y que no hayan tocado ningún puerto argentino también están obligados a presentar esta misma documentación. Aunque en este caso debe ser “con al menos 48 horas previas” a su llegada, ninguno que llegue desde el exterior podrá ingresar al muelle sin autorización previa.
En tanto, se agregó que “se extremarán los cuidados de contactos con los tripulantes”, si el buque en cuestión viene de las zonas definidas como de alto riesgo de contagio por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hasta el momento, estos lugares son “los Estados miembros de la Unión Europea, miembros del Espacio Schengen, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Estados Unidos de América, República de Corea, Estado del Japón, República Popular China, República Islámica de Irán, Brasil y Chile, sumado a los países que se pudiesen agregar en el futuro cercano”.
En tanto, el protocolo aclaró que “si durante la estadía en puerto se informara de un caso sospechoso de coronavirus COVID-19″, el navío “interrumpirá inmediatamente todas las operaciones, desembarcará o se impedirá el embarque de todo personal que no sea tripulante” y "se dará intervención inmediata a la Prefectura Naval Argentina (PNA) y a Sanidad de Fronteras, a fin de evaluar el cuadro”.
Además, quienes estuvieron “en contacto con la operación” se mantendrán apartados “en un sector de la instalación portuaria y no podrán abandonar la misma hasta tanto la Autoridad Sanitaria lo permita”, al tiempo que “toda coordinación que se deba realizar” con el barco se hará “a través de su Capitán u oficial de guardia que está a cargo en ese momento”.
Si fuera necesario evacuar a un tripulante o pasajero, “se deberá coordinar tal procedimiento con la PNA, bajo instrucciones de Sanidad de Fronteras”. De ser así, el buque "permanecerá en muelle, en cuarentena, con planchada levantada” hasta que se logre el objetivo.
En este sentido, el Gobierno precisó que “los pacientes evacuados podrán ser trasladados a los siguientes establecimientos médicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Hospital General de Agudos Dr. Juan A. Fernández; Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich; y Hospital de Infecciosas Francisco Javier Muñiz, siempre con coordinación de la Autoridad Sanitaria y del SAME”.
En el caso de que el posible infectado se resista al aislamiento, “se extremarán las prevenciones del personal de la fuerza de seguridad", el cual "deberá utilizar guantes, barbijos y protección ocular” para hacer que esa persona cumpla con el protocolo.
Por último, la norma estableció que “en todo momento se extremarán las medidas de higiene y limpieza, de las áreas de trabajo y circulación”, “no se permitirán visitas a buques extranjeros, de personas ajenas a la operación de los mismos” y “sólo se permitirá el desembarco de tripulantes por razones de estricta necesidad, como por ejemplo tener que ir a recibir atención médica a tierra, debidamente acompañado por personal de la agencia Marítima y respetando las indicaciones que en cada caso correspondan por la historia de viaje y patología del tripulante”.
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