El Gobierno avanzó en las últimas horas en la compra de 200.000 test rápidos que se utilizarán en paralelo a los de PCR que la Argentina usa en forma oficial a través del Instituto Malbrán y los laboratorios descentralizados que se empezaron a implementar desde estos días para apurar el diagnóstico de casos de Covid-19 frente al avance de la pandemia en el país y en la entrada de la zona crítica del brote, prevista desde la segunda quincena de este mes.
Según fuentes oficiales, la adquisición de los 200.000 test rápidos, un reclamo que la oposición le reiteró ayer al ministro de Salud, Ginés González García, en la reunión virtual de la comisión de Salud Pública y Acción Social, para tratar de avanzar en la detección masiva de casos, corresponde a una donación de China, aunque resaltaron que no son los cuestionados por su imperfección en el resultado, como los utilizados por España u otros países europeos.
En su intervención de este miércoles ante los diputados de la mencionada comisión, encabezada por Pablo Yedlin, el ministro de hecho aseguró que hasta ahora no había habido respuesta por parte del gobierno chino al pedido del presidente Alberto Fernández, y que el canciller Felipe Solá estaba en conversaciones con su par de esa administración para tratar de apurar algunos pedidos realizados por el Gobierno. Se refería, principalmente, a los test “rápidos” utilizados en un número relevante de países.
Es que los 200.000 test en cuestión que consiguió la administración del Frente de Todos son “lentos”: no se aplicarán para diagnóstico rápido, sino para zonas de circulación, con una estrategia “especial incluso para asintomáticos” y con fines de investigación.
En paralelo, sin embargo, el Gobierno sí avanzó en la compra de un millón de reactivos de PCR que deberían estar disponibles a partir de los próximos días. Una mezcla de compra y donaciones, que serán utilizados por el Malbrán y los laboratorios descentralizados.
El Gobierno insiste en la utilización del testeo a través del sistema PCR, que arrojan resultados en 48 horas y que necesitan un protocolo humano especializado, cuya capacitación corre por cuenta del Malbrán. En el caso de los test rápidos, el resultado se basa en los anticuerpos que generan los pacientes, por lo que pueden demorar cinco o más días.
La adquisición de test masivos había sido vuelta a reclamar en la teleconferencia de ayer por el PJ Federal, en boca de Eduardo “Bali” Bucca, y por Juntos por el Cambio. José Cano fue uno de los que hizo hincapié. En esa reunión virtual, el ministro González García subrayó que son muchos más los casos que los informados y que es “difícil” prever cómo será la evolución de la curva en el país, aunque aclaró que la Argentina está “menos mal” que cualquier otro país del planeta.
Esta mañana, el Ministerio de Salud informó, en su habitual conferencia matutina, que hay 1.133 casos positivos de coronavirus de los cuales 34 fallecieron. Y que el número de casos descartados, por laboratorio y por criterio clínico y epidemiológico, era hasta ayer de 5.144.
El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, que trabaja diariamente y codo a codo con las autoridades nacionales, remarcó también esta mañana que no se sabe “la proporción de asintomáticos que hay” en las calles, y admitió que el número es “mayor” de lo que se esperaba al principio. “Se espera un aumento significativo de casos en la segunda quincena de abril y el pico máximo del estrés del sistema en la segunda quincena de mayo”, amplió el funcionario local.
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