Alberto Fernández no tiene una mirada conspirativa del poder, pero ciertos movimientos del establishment económico hicieron que se pusiera en guardia para evitar que su estrategia de extender la cuarentena obligatoria contra el coronavirus se transformará en un cazabobos político.
El presidente considera que hubo “una conspiración” para frenar la prorroga de la cuarentena por sus implicancias en la economía nacional y que esa movida tuvo anoche su continuidad en la exigencia mediática de recortar los sueldos políticos del gobierno peronista.
“Lo dije mil veces, y lo voy a repetir. Primero la vida de los argentinos, después los resultados económicos”, dijo Alberto Fernández a Infobae desde Olivos.
Desde la perspectiva presidencial, la decisión de Paolo Rocca -dueño de Techint- de despedir a 1.450 empleados de sus obras privadas de construcción fue una operación destinada a bloquear el anuncio de la extensión de la cuarentena. Alberto Fernández llegó a esa conclusión por un dato que obtuvo en el Ministerio de Trabajo: Techint nunca envió los telegramas de despido.
“Querían crear un clima. Que los convoque y que ellos me sugirieran que no extienda la cuarentena. No lo hice y no lo pienso hacer”, agregó el jefe de Estado.
-¿Usted habló con Paolo Rocca?-, preguntó este medio.
-No. Me llamó y no lo atendí.
Ante la perspectiva presidencial sobre los despidos ordenados por Roca, que finalmente no sucederán porque se dictó la conciliación obligatoria, Infobae preguntó en Techint. “No hubo conspiración, sólo aplicamos un convenio vigente que ponía a los trabajadores en un fondo de la UOCRA”, explicó un vocero del holding empresarial más importante de la Argentina.
Rocca es un empresario con mucho poder y profundos contactos en el ámbito económico y político. Alberto Fernández quiso saber si el CEO de Techint jugaba en soledad o estaba acompañado por otros protagonistas del establishment local. El presidente cruzó unas palabras con Miguel Acevedo, titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), y cerró el círculo.
Acevedo llegará hoy a Olivos para ratificar que la UIA respalda la cuarentena obligatoria y también para alertar que la situación económica se agravará si desde la administración peronista no se toman ciertas medidas para evitar que la Pandemia termine de sepultar al aparato productivo nacional.
En este contexto, Alberto Fernández tendrá la oportunidad de adelantar a Acevedo un paquete de medidas que se están diseñando o renovando para aplicar durante y después del cese completo de la pandemia obligatoria. Esas medidas son:
1. Permitir la compra vía internet con el envío a domicilio.
2. Permitir que se abran pequeños restaurantes sólo con reserva para evitar un mayor contacto social.
3. Permitir tareas de minería (oro, plata y litio) que se hacen en zonas alejadas de Jujuy, Salta, Catamarca y con escaso contacto social.
4. Promover la obra pública en los barrios para evitar el hacinamiento y mejorar la capacidad adquisitiva de sus habitantes. Serán emprendimientos de pequeña escala, lo que en la jerga se llama “cordón cuneta”.
5. Renovar la ayuda económica excepcional en todas sus formas (AUH, jubilados, pensionados, familias).
6. Pagar en cuotas la ayuda social (por ejemplo los 10.000 pesos de la ANSES) para que haya un ingreso constante y de paso evitar las aglomeraciones en bancos y cajeros automáticos.
Alberto Fernández cree que estas medidas se pueden autorizar o renovar durante la segunda etapa de la cuarentena para beneficiar a los sectores sociales más castigados por la irrupción del coronavirus. También aguarda un giro millonario del Fondo Monetario Internacional (FMI) que tomará como base la cuota que aporta Argentina como socio de este organismo multilateral. Llegaría bajo la categoría de Derechos Especiales de Giro (DEG), y se usaría para empujar la economía nacional cuando la crisis sanitaria haya concluido.
Alberto Fernández mantuvo una larga videoconferencia con los gobernadores nacionales (incluido Horacio Rodríguez Larreta) para explicar los motivos que fundamentaban la extensión de la cuarentena durante abril. Al otro lado de la pantalla ciertos mandatarios provinciales describieron la situación en sus propios estados y propusieron medidas puntuales para mitigar la crisis regional, pero hubo consenso absoluto al momento de apoyar la cuarentena contra la pandemia del coronavirus.
En este espacio de coincidencias, al presidente le sorprendió una propuesta de Juntos por el Cambio que apunta a reducir los sueldos de la clase política en medio de la crisis económica causada por el coronavirus. Alberto Fernández -por ahora- descarta esa posibilidad, considera que no tiene sentido por los montos en juego, cuestiona que se use como modelo una iniciativa que empuja su colega uruguayo Luis Lacalle Pou y no deja de pensar que está unida a la decisión de Rocca de despedir a 1.500 trabajadores de Techint.
Alberto Fernández considera que la propuesta de la oposición sobre un recorte de los sueldos del gabinete nacional sumada a la jugada laboral de Rocca significó una inesperada alteración de la tregua política pactada por la pandemia del coronavirus. El presidente apuesta a mantener en buen estado la relación oficialismo-oposición, y comentó en Olivos que hará lo necesario para que la tregua institucional no se erosione con el paso de los días.
Una tarea difícil cuando la pandemia aún no mostró toda su capacidad de daño, la economía languidece y el hartazgo social ya está agazapado a la espera de un paso en falso en la quinta presidencial.
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